Prohibido el besuqueo y apurruñamiento

Con un Cartelito, en diapositiva, con letras a veces rojas otras veces negras que decía "Se prohíbe el Besuqueo y Apurruñamiento en esta Unidad, los conductores de vehículos particulares y buses en Venezuela, tiempo atrás, le daban un parao en seco, a las parejitas que utilizaban esas unidades para transportarse, evitándose con ésta advertencia situaciones incómodas o desagradables, no para los que estaban en plena acción, sino, para los observadores y algunos metiches, que nunca faltaban.

También se colocaban, por si acaso, en alguna plazas y lugares de esparcimiento, un tanto alejados o de poca luz. En los buses que trasladaban pasajeros al interior del país, se reforzaba la advertencia, se colocaban en sitios estratégicos como en la "cocina", como llamaban antes a los asientos traseros, en el medio del bus y para que no dijeran, no lo vi, también, en la parte derecha de la ventana del conductor.

La agarradera de manos, era muy difícil evitarla, porque se usaban cobijas y mantas, para arroparse durante el viaje, a pesar de que el ayudante del chofer, que se sentaba a su lado, de vez en cuando y de cuando en vez, echaba unas rondas para ver si todo estaba en perfecto orden.

En más de una oportunidad, los pasaos, los que se la daban de analfabetas y no sabían leer, eran dejados en las alcabalas, para que las autoridades hicieran respetar la normas de decencia pública.

Estos cartelitos desaparecieron con el tiempo, se legalizó de cierta manera el besuqueo, el manoseo y la apurruñadera, la modernidad acabó con esta sabia advertencia popular, que evitaba transitoriamente estos comportamientos, que de acuerdo a los parámetros sociales de la época, sólo se permitían en la intimidad y a buen resguardo. Lo vidrios Ahumados de los vehículos, las Dicotecas y los Auto Cines, hoy también en desaparición, enterraron definitivamente los cartelitos.

Pero en esos viajes, había sorpresas y sorpresotas. Recuerden la canción viajando en el Bus de Euclides Leal, donde narra la desagradable aventura que vivió en uno de eso largos viajes, cuando ya prácticamente había conquistado a la compañera de viaje que tenía a su lado y en una de las paradas se montó la propia, con sus hijos, que lo abrazaron al instante y la impropia al ver la escena se fue malhumorada para la "cocina", porque en el trayecto ya le habían ofrecido villas y castillos. ¡Sorpresas te da la vida!.

Pero fíjense, que estos sabios cartelitos, que fueron tan populares, parece que surgirán nuevamente, sobre todo cuando ahora, por las Redes Social, todo se sabe, todo se oye, todo se graba, todo se ve, nada se oculta, y se ponen de moda las acusaciones por pederastia, acoso sexual, solicitudes entre las parejas de una cuota inicial, para ver como es la cosa y otros pedimentos de libre imaginación.

Hasta los piropos, tendrán que ser aprobados por la Real Academia de la Lengua y ser publicados en un Manual de Buenas costumbres para no herir sensibilidades.

Aquellos piropos, como por ejemplo: "Estas como un apartamento del Banco Obrero", es decir, con todas las comodidades, ni se les ocurra; "Está como me la recetó el médico", ni lo pienses; mucho menos "Si como caminas cocinas", ni se les ocurra; "Tantas curvas y yo sin freno", altamente riesgoso; "Tanta carne y yo pasando hambre", mejor muérete de inanición. Todos ellos a luz de lo que observamos son ahora inapropiados.

Y tenga mucho cuidado con los recuerdos del pasado, que ahora están de moda. Si Ud. hace treinta o cuarenta años, miro de reojo a una chica que ya hoy en sesentona, corre el riesgo de ser acusado de "Acoso Sexual Retro", mejor que ni la vuelva a mirar y ella se recuerde de esa travesura y te diga ahora me voy a desquitar por aquella mirada "tumba cocos", que me echaste.

Lo cierto es que el caso del Dalai Lama, trae a colación todos estos recuerdos y riesgos. El Dalai, con este beso y la posterior solicitud, hizo sonar las alarmas que despertaba a la sazón, el Presidente Ruso Leonid Brezhnek, quien daba tres besos, uno en cada mejilla y el tercero en la propia boca, más el abrazo del Oso Ruso. Fue célebre el beso por ejemplo, que le dio al Presidente de la República Democrática Alemana, Eric Honecker, muy publicitado en esa oportunidad, que no existían las Redes Sociales. Un célebre artista ruso, Dmittri Vrúbel, quien inmortalizó este beso haciendo un grafiti sobre el muro de Berlín dijo: "Dios mío, ayúdame a sobrevivir este amor mortal"

En los corrillos diplomáticos se hablaba de los "Tres Brezhnek", los tres besos que regularmente propinaba a ilustres visitantes. También se decía, que muchos de esos diplomáticos, se escondían, cuando lo veían venir por los pasillos, para evitar los tres, más el abraso del Oso Ruso.

Y hablando de besos, recuerdo que España, se comen a besos, hay quienes dan tres, cuatro y hasta seis besos, y cuando un piensa que han terminado, le zampan otro. Pero no deben olvidarse, tampoco, de una célebre canción "Un Beso de Amor" que dice en una de sus estrofas: me puedes dar un beso en la mano, me puedes dar un beso de hermano, pero un beso de Amor, no se lo dan a cualquiera, ¡OLÉ ¡



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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