El blanqueo electoral

  • La ultra derecha pretende utilizar el proceso electoral y el diálogo para lograr la impunidad por delitos cometidos, entre los cuales está el llamado, que ellos mismos hicieron, para imponer sanciones que han causado estragos a la calidad de vida del venezolano.

Se conoce en ámbito mediático el blanqueo, como las actividades realizadas por las bandas de traficantes de drogas y otros delincuentes para ocultar y legitimar sus acciones, buscándole una partida de nacimiento al dinero que obtienen en forma ilícita, para justificar ante la sociedad, lo que han obtenido mediante negocios ilícitos.

En el lenguaje periodístico también se utiliza la expresión lavado de dinero. Para ello, el interesado, cuenta con una amplia red de servidores que por sus nexos con la banca, instituciones financieras en general, comerciantes y empresarios deshonestos, le facilitan estas operaciones que legalmente, se denominan legitimación de capitales.

De esta manera, si tienen éxito, se burlan de las autoridades, de las leyes establecidas, la moral pública y de toda la sociedad, lo que sucede con mucha frecuencia a pesar de los esfuerzos por evitarse.

Esas operaciones de Blanqueo o de Lavado, están siendo llevadas muy hábilmente al mundo político y concretamente al escenario electoral.

Observamos entonces, en el panorama nacional y esto quizá pueda extrapolarse a otras latitudes, el mundo político, ha sido asaltado, por personajes que no tienen como misión, utilizar la política y los cargos que genera, en función del pueblo y del interés nacional, sino, en función, de sus intereses personales y familiares y en la mayoría de los casos, también, para fortalecer los aparatos que han logrado construir, llámense o no partidos, para desde allí lograr sus propósitos personalistas y ególatras.

Ejemplos que grafican lo que digo, hay por centenas y poco a poco la población consciente de esta nefasta realidad, opta, por marginarse de la política y considerar que todos los políticos son iguales; iguales en lo tracalero.

En Venezuela, en particular, el escenario político electoral, es propicio para el enmascaramiento de estos malos procederes. Vemos por ejemplo, como personajes de poca monta intelectual, pero que se han encumbrado con las actividades políticas con audacia y maña, son habilidosos, logran penetrar esos estamentos y hasta envestirse de una inmunidad que raya en la impunidad.

Se da el caso, que por negociaciones al margen de la Ley o por atentar contra el erario nacional o por conductas impropias y dolosas en la Administración pública, son sancionados, inhabilitados para ejercer cargos públicos, precisamente por conductas deshonestas, entonces, acuden al escenario electoral en busca de impunidad.

Estas bandas organizadas, utilizan, a lo que ellos llaman partidos políticos y sus cómplices, para salir a defenderlos, a colocarlos en papel de víctimas, valiéndose del mismo dinero, que le han sustraído al pueblo. Asaltan, el entarimado electoral, para lograr sus propósitos.

De esta manera, se presentan como candidatos a cuanto cargo público electoral esté en oferta y sobre todo en el ámbito parlamentario y presidencial, porque allí funciona más, el papel de víctima y utilizan las propias leyes vigentes para cobijar sus sucias actuaciones en la vida nacional y en los cargos que han ejercido.

Comienzan a crear matrices de opinión: mira que ventajistas son, pretende inhabilitar candidatos para no tener contendores, mira que ventajistas son, tratan inhabilitar a los opositores por el sólo hecho de presentar sus candidaturas, pero ocultan, que las verdaderas causas de inhabilitación son las corruptelas en las que están involucrados y pretenden opacarlas, presentándose como candidatos, alegando que es un derecho constitucional, su participación.

Es cierto, que si tienes las condiciones especificadas en la Carta Magna y las normas respectivas, para ser candidato, puedes serlo, puedes postularte, pero también es perfectamente cierto que si estás vinculado a procesos de corrupción en la administración pública, la sociedad también tiene el derecho de defenderse, vetándote, en defensa del patrimonio público nacional, que corre riesgo, por los antecedentes que presenta el corrupto. Es allí precisamente donde está la justificación de la inhabilitación, la defensa de la sociedad y del patrimonio de todos los ciudadanos.

Pero los corruptos son hábiles y mañosos, utilizan la fortuna mal habida para crear una falsa conciencia, para dejar correr por los medios una narrativa que los favorezca, dentro y fuera de Venezuela. Así es como planifican intensas campañas por todos los medios y redes posibles para pasar como víctimas, cuando la realidad es que son victimarios y han utilizado sus cargos públicos, su influencia para dilapidar el patrimonio nacional y amasar sus fortunas personales y familiares.

El Blanqueo electoral debe ser condenado, la moral pública, las leyes vigentes, deben ser el escudo para enfrentarlos y denunciarlos.





 



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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