Nació y comenzó a hacerse la Venezuela real, ésta sobre la cual andamos cada día y donde nos enterrarán, durante veinte años, entre 1810 y 1830, desde el 19 de abril hasta la muerte del Libertador. Duró dos décadas su nacer y el manifestar su perfil definitivo. Tuvo cual toda criatura salida a la luz un padre, una madre, del connubio entre Bolívar y la Libertad. Esas dos divinas fuerzas de origen de esta tierra conformaron y se quedaron para siempre cual poderosas arterias volcánicas fluyentes a lo largo de su cuerpo geográfico, de su paisaje, de su gente, de su espiritualidad, de su civilización. Entender a Venezuela significa saber a Bolívar uncido a la libertad por cuanto ambos consubstancian la tierra que somos nosotros. No hay otro país en el mundo donde estas dos divinas fuerza de manera tan patética se expresen: el héroe creador de la libertad o la libertad creadora de su Dios. Mythos kai arhhé, imaginación activamente creadora fusionada al ser del origen: Cuando la historia da vida a la historia con la energía de la verdad.
Nace la Venezuela real, ésta sobre la cual caminamos, amamos, moriremos, con la Guerra de Independencia. Con ese histórico acontecer físico y espiritual también las nuevas instituciones advienen poseídas de peculiares esencias aportativas cuya materia fundamental conformante la libertad se nomina. Se señalarán brevemente los singulares espacios intelectuales hacedores de esta civilidad llamada Venezuela:
1.- Desaparece la Capitanía General, surge la República de Venezuela, democrática, autónoma, con una genuina Constitución o Carta Magna, la primera, acompañada de su correspondiente jurisprudencia.
2.- La Iglesia Católica no se divide orgánicamente pero una buena parte de ella se identifica con la Independencia. Libro clave al respecto: Juan German Roscio, El triunfo de la libertad sobre el despotismo (Filadelfia, USA, 1817).
3.- La democracia: Bolívar junto con los teóricos de la Emancipación desencadena, despiertan en el seno de la sociedad venezolana el poderoso, arrollador sentimiento de la democracia. Predican el derecho a acceder todas las personas a los beneficios materiales, espirituales, sociales, artísticos producidos por el País.
4.- Las artes plásticas: La pintura del período colonial, anónima, de mano esclava, de temática religiosa, servil, desaparece. Advienen con la Independencia artistas jóvenes con acorde formación académica quienes expresan en sus dibujos, en su cuadros episodios de la Guerra Emancipadora: paisajes, ambientes, sucesos paradigmáticos cuales "El 19 de Abril", "El 5 de Julio" de Juan Lovera; retratos de próceres, lugares de los recientes aconteceres de Carmelo Fernández; el retratista de Bolívar en sus últimos años José María Espinosa, entre otros.
5.- La moral, la urbanidad: Sale a la luz en 1854 el insólito volumen Manual de urbanidad y buenas maneras para el uso de la juventud de ambos sexos del pedagogo Manuel Antonio Carreño: Educa ese tratado a sus lectores en la ética doméstica, en las buenas costumbres urbanas. Su motivación parte del pensamiento de Bolívar "Moral y luces son los polos de una república, moral y luces son nuestras primeras necesidades" (Discurso de Angostura, 1819).
6.- El castellamericano: Demuestra el filólogo Andrés Bello en su Gramática publicada en 1847 la diferencia entre el castellano de América y el de España. Dice en ese enjundioso estudio, en uno de los párrafos del Prólogo: "No tengo la pretensión de escribir para los castellanos. Mis lecciones se dirigen a mis hermanos los habitantes de Hispano-América".
7.- La geografía: Estimuló la Independencia el estudio científico, serio, riguroso, de la geografía del País. Se editan en 1841 el Atlas físico y político de Venezuela, y el Resumen de la geografía de Venezuela, realizados ambos por Agustín Codazzi con ilustraciones del pintor Carmelo Fernández.
8.- La historia: Reclaman los sucesos de la guerra de Emancipación su historiador, no sólo la descripción militares, civiles, políticos, sino sus interpretaciones con base a la ideología de la libertad, del republicanismo democrático. El primer tratado historiográfico respetable, completo en tres volúmenes en 1841 se publica, escrito por Rafael María Baralt, Resumen de la historia de Venezuela, con retratos de los libertadores —guerreros y estadistas— pintados por Carmelo Fernández.
9.- La literatura: Los venezolanos crean en esos veinte años (1810-1830) una literatura genuina, insólita, reflectante de una original realidad surgiente y hacedora de una nueva historia para estos pueblos, absolutamente desvinculada de la literatura tradicional europea en su organicidad. Por eso en esta singular literatura de la independencia venezolana quedaron excluidos (de manera natural, espontáneamente) los géneros consagrados del teatro (tragedia, comedia), la narrativa (novela, cuento), la lírica convencional de la época en el Viejo Continente (la poesía europea en ese momento permanecía inmersa en el movimiento estético romántico), la ensayística literaria erudita, fundamentalmente. Los venezolanos quienes escriben en esos veinte años (1810-1830) rompen la encadenada y la rígida secuencia del desenvolvimiento intelectual europeo (las "escuelas", las "modas", los "estilos") en su eslabonamiento literario.
10.- La poesía: Define el perfil más notable de la poesía escrita durante la Guerra de Independencia la libertad. Tanto en la morfología de su elocución escrita u oral cuanto en la exposición del pensamiento, de lo ideológico, sobre una libérrima, desafiante franquía manifiesta descansaban. Indicaron los poetas de la Emancipación su sentimiento de la libertad con la vida misma, también —al mismo nivel—, con la justicia, con la democracia. Sea cual sea el episodio contenido en sus estrofas, siempre con esa profunda emoción apuntada hacia la vida, la justicia, la democracia lo expondrán.
MADRIGAL
Detente peregrino,
riega la tumba de olorosas flores,
del bravo granadino
y cuando el cielo de la Patria implores
sus heroicas hazañas tan presente.
Él fue el que en la eminente
cima de Palacé cubrió de espanto
y de luto y de llanto
al bárbaro español que devastaba
a la fértil Granada.
Él con sangre regaba
los campos de la Gloria, y en la nada
entró, venciendo al enemigo fiero.
De Leonidas ilustre compañero
y muerto con honor, mas no vencido
No entrará en el olvido.
Nuevas generaciones
vendrán, y nuestros hijos conmovidos
cantarán algún día
con tristes ecos y ayes doloridos
dulces himnos y fúnebres canciones
al héroe de Antioquia.
(Composición lírica sobre Atanasio Girardot, 1813).
Permitió ese sentido intrínseco del sentimiento de la libertad en los Poetas de la Independencia apartarse del dogmatismo de la metrificación española; liberan a sus versos, estrofas, formas composicionales de las férreas reglas de la métrica de la verificación castellana, inyectan a sus frases rítmica absoluta espontaneidad, aceptan sólo la hermosa herencia de la ódica del hemisferio occidental, proveniente ésta en sus orígenes de la lírica griega antigua, de la lírica latina clásica, enriquecidas en su largo recorrido por las avenidas del tiempo con la ódica francesa, italiana, ibérica, anglosajona.
Oda Bolívar compuesta por las muchachas de El Yagual (Apure) en 1817 durante la campaña de Los Llanos.
¡Mi General Bolívar! por Dios te pido
que de tus oficiales me des marido:
¡vaya! ¡vaya! Que mes des marido.
Mi General Bolívar tiene en la boca
Un clavel encantado que me provoca:
¡vaya! ¡vaya! ¡vaya! que me provoca.
Mi General Bolívar tiene un caballo
que entre la pelea parece un rayo:
¡vaya! ¡vaya! ¡vaya! parece un rayo.
Mi General Bolívar tiene en la espada
Un refrán engravado: "¡Muera la España!"
¡vaya! ¡vaya! ¡vaya! Muera la España.
Con las balas que tiran los chapetones
se peinan los patriotas los canelones:
¡vaya! ¡vaya! ¡vaya! los canelones.
A las armas van nuestro libertadores
¡el cielo les conserve sus amores!
¡vaya! ¡vaya! ¡vaya! ¡a sus amores! (1817)
Muestra otro rango esencial estructurante de la lírica de la Independencia su temporalidad, su espacio cronológico ubicado entre dos fechas consubstanciales del devenir histórico de este país: 1810-1830. Pensada, concebida, creada, redactada en la mera Guerra de Emancipación, en medio del estrépito, fue la lírica del fragor. Para escribirla no se apoyaron en los escritorios sino sobre la cureña de los cañones, en las piedras de los caminos, en el oportuno tronco caído de un árbol.
HIMNO DE LA MUERTE
Coro (uno): Recibid propicias
víctimas del honor
el justo homenaje
de nuestro dolor.
La Patria gemía
con amarga pena
bajo la cadena
de esclava infeliz.
Con noble osadía
su yugo rompido
la habéis convertido
en libre y feliz.
Coro (dos): ¡Oh sabios varones!
De virtud modelo,
gloria al patrio suelo
que os dado el ser.
¡Bravos campeones
honor de la guerra!
bendita la tierra
que os miró nacer.
Coro (uno): Juventud que diste
brillo al ser humano
¿qué bárbara mano
te ha cortado en flor?
Llora amistad triste
no cese tu duelo,
llora sin consuelo
desdichado amor.
Coro (dos): El tiempo repara
los frutos y flores,
vuelve sus verdores
al prado y pensil.
La muerte es avara
de nuestros despojos,
para nuestros ojos
no torna el abril.
Coro (uno): Este aniversario
de tristeza y luto
es justo tributo
de afecto filial.
Sitio solitario
lugar escogido
recibe el gemido
de voz maternal.
Coro (todos): Los nombres famosos
de mártires tantos
juveniles cantos
sabrán repetir.
Mil ecos gloriosos
dirán que murieron
los que merecieron
eterno vivir.
Dieron los múltiples aconteceres de la contienda libertaria otra forma expresiva en verso a la par de la poesía lírica, la trova humorística. Desacralizaron mediante ella los bardos del humor el discurso de quienes justificaban la brutal represión contra los patriotas por parte de los militares españoles invasores, los trovadores del humor por la vía del rápido verso de repuesta a lo acaecido, versos dotados de un contenido breve pero agudo, con el cortante filo de la sátira, del sarcasmo, de la ironía en soportes métricos cortos, dísticos, coplas, octavillas, décimas, estrofas asimétricas, armados con la dicacidad, el brillo, mordaces, jocosos.
En la batalla de Urica
Boves torció y levantó
pensó que iba para el cielo
cuando el infierno llegó.
En Urica murió Boves
en el Alacrán Quijada
y en el sitio del Juncal
Rosete y sus camaradas.
(…)
Cuentan que los chapetones
desde que Boves murió
le dicen a sus canillas
¿para qué te quiero yo?
(…)
Bárbaros isleños
brutos criminales
haced testamento
de vuestros caudales.
(…)
Morales con su escuadrilla
a Maracaibo tornó
pero luego al diablo vió
en el General Padilla
que a Laborde hizo tortilla
y a sus marino osados
la mayor parte ahogados
y muertos más de ochocientos
que a tiburones hambrientos
fueron sabrosos bocados.
(…)
Las cintas azules
son el estribillo:
¡Que viva la Patria,
que muera Morillo!
LO POÉTICO DE ESTAS ODAS
EN EL FRAGOR DE LA INDEPENDENCIA NACIDAS
Conforman el ser poético de las composiciones de los trovadores de la Emancipación las siguientes esencias: 1. El sentimiento de la libertad igualado a la vida, a la justicia. 2. El óseo amor a la patria, a su historia hacedora de ella. 3. Su franca —vivaz— fluidez rítmica, musical. 4. Entendieron estos poetas a Bolívar cual un victorioso alquimista quien pudo transmutar la áspera tierra donde habían nacido —hostil, egoísta, esclava— en el oro de la Patria, en la dulce Patria. 5. Por último, la espontaneidad: tener el valor de inaugurar un estilo de escribir poesía así, libre cual el viento, la absoluta autonomía de su cantar, acompañada con la sonrisa heroica de los buenos.