La mentira está destruyendo a Venezuela

La razón que empecé a escribir artículos de opinión en el 2002 fue porque durante los tres años anteriores (1999 – 2001) mientras trabajaba en el ámbito de la investigación de fraude corporativo internacional y en el espionaje industrial, había leído cientos de artículos de opinión y noticias en el exterior (Canadá, EEUU, Europa) sobre Venezuela, sin embargo, estas no correspondían con las noticias que recibíamos a diario de nuestros familiares en Venezuela.

(Mi esposa y yo vivíamos en Canadá en aquel tiempo.)

Casi 100% de las noticias que recibíamos sobre Venezuela en el exterior a través de los grandes medios de comunicación, eran falsos, o manipulados para hacer creer al resto del mundo que Chávez era un dictador comunista, un ignorante, un estúpido, un ladrón, y un asesino, y, que los líderes de la entonces violenta oposición venezolana eran unos demócratas modernos, educados, inteligentes, honestos, y pacíficos.

Pero, antes de empezar a escribir, para confirmar esta tremenda discrepancia, decidí de averiguarlo personalmente, entonces, dediqué alrededor de 3 meses de cada año a partir del año 2000 para viajar en buseta de pueblo en pueblo por gran parte del país excepto por los estados de Guárico, Monagas, Bolívar, Apure, y Amazonas. Infiltré a la violenta oposición de entonces, presencié algunos de sus violentos actos armados, participé en sus marchas donde la mayoría eran unos vagos "blancos" de las clases media y media altas que andaban borrachos y drogados, y armados, pero también participé en marchas Chavistas, llenas de "indios" y "negros" con música y bailes, y con familias enteras, y cosas así.

Anduve con ricos y pobres, con gente de la calle, en barrios, en apartamentos millonarios en Los Dos Caminos, y mansiones en El Hatillo. Conocí a Chávez, conocí a varios de sus ministros, y al jefe de inteligencia de Chávez, y también conocí a uno de sus asistentes personales quien me contó sobre la manera humilde que Chávez vivía, aun siendo presidente del país. También conocí a dos de los fundadores de Aporrea.

Los antichavistas y sus cómplices trataron de matarme tres veces por divulgar información "sensible," o sea, por decir la verdad, o por descubrir sus mentiras, y más tarde, en el 2015, fui secuestrado, torturado, y casi matado a machetazos cinco días después de haber escrito un artículo denunciando al ministerio de la presidencia del actual Estado venezolano.

¿Casualidad?

Bueno …

Lo que quiero decir es que, desde hace más de 20 años --- y casi 19 años escribiendo --- me he dedicado a investigar quién dice qué, dónde, cómo, cuándo, y por qué, y, la razón que lo hago es porque he visto cómo la mentira destruye las vidas de las personas, pero más que nada, cómo destruye las vidas de las personas más buenas del planeta, o sea, los inocentes (más o menos un 33% de la población mundial en mi estimación).

Ven, hasta los 12 años de edad, crecí pobre, y en tres países, entre varias culturas, Indígena, francesa, inglesa, judía, y latina, y me di cuenta que en cada cultura había gente que mentía, más en algunas que otras, y que la mayoría de quienes mentían eran personas que se dedicaban a la venta de algo, o sea, mentían para beneficiarse ellos mismos, pero siempre a costilla de la inocencia de los demás, y eso me molestaba, mucho, y hasta hoy me molesta, mucho.

Esta gente se dedica a la venta de cosas, a la venta de ideas, y a la venta de sueños, así como por ejemplo lo hace la mayoría de los comerciantes, los políticos, y los predicadores religiosos, pero también me di cuenta que quienes más creen sus mentiras, son los más inocentes, particularmente los más pobres, porque ellos siempre han soñado de tener más de lo poco que tienen. Ellos son más susceptibles a creer en las promesas de los mentirosos, y eso siempre ha sido así, creo. Sin embargo, del otro lado de la moneda, también me di cuenta que la inmensa mayoría de los mentirosos también querían más, mucho más de las riquezas que ya tenían, riquezas que en primer lugar obtuvieron en base a la mentira, y estaban perfectamente dispuestos a seguir mintiendo y aun a exacerbar sus mentiras para alcanzar sus eternamente insatisfechables deseos.

Es contra este fenómeno que he peleado casi toda mi vida desde los 15 años de edad cuando decidí:

1) de jamás ser empleado de nadie,

2) de jamás acumular bienes o dinero a menos que sea para trabajar, y

3) de jamás mentir.

De esta manera, en mi mente, pensé que podría mejor entender el mundo así como Jesucristo lo hizo sin ser estorbado por las complicaciones que normalmente azotan a la humanidad, como por ejemplo el concepto de ser esclavo de los demás, o de tener que depender del dinero para ser aceptado o reconocido, y de tener que mentir para sobrevivir, y cosas así.

Así he vivido toda mi vida, no como Cristo exactamente, porque yo no soy nada perfecto, pero sí he practicado su estilo de vida, aun siendo ateo (no creo en ningún dios único).

Es probablemente por eso que dediqué tantos años a la investigación de fraude corporativo, donde los ricos buscaban tener aun más de lo que ya tenían, utilizando la mentira y tácticas financiera subversivas para enriquecerse de manera grosera, siempre a costilla de los más débiles.

Es por eso mismo que escribo las cosas que escribo, expongo a los mentiroso y sus tácticas subversivas, o sea, investigo todo lo que huela a fraude, y presento las evidencias, eso es lo que hago, sin embrago, entre el 2002 y el 2015 cuando finalmente me di cuenta que el actual Estado venezolano está compuesto de persona que yo considero fraudulentas, o sea, persona que no son quienes parecen ser, expuse principalmente a los antichavistas (opositores a Chávez), porque, básicamente:

1) los antichavista casi siempre mentían,

2) Chávez no mentía, y

3) sus ministros no se atrevían a mentir.

Pero, hoy el asunto es muy diferente:

1) los antichavistas siguen mintiendo como siempre

2) Chávez está muerto y su reemplazante miente casi todo el tiempo, y

3) sus ministros no tienen ni una pizca de vergüenza para mentir.

Cada día leo y veo en los medios de comunicación por lo menos 10 descaradas mentiras dichas --- directamente o indirectamente --- por el actual Estado venezolano, y cada día pienso escribir sobre estas mentiras, investigarles, y presentarles las evidencias, pero, la cantidad de mentiras hoy ha llegado al punto de ser tan catastróficamente elevada que no me da el tiempo para exponerlas todas. De hecho, solo me da el tiempo de exponer --- más o menos --- una de cada 10 mentiras con sus correspondientes evidencias y argumentos.

Son tantas las mentiras hoy, que desbordan todos los límites de la normalidad.

Pero …

Lo pero …

Es que …

La mayoría de esta mentiras --- hoy --- son generadas directamente desde el Estado venezolano, no desde sus oponentes o detractores así como fue cuando Chávez mandaba.

La mentira está destruyendo a Venezuela.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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