Crónicas de Jueves Santo

EL CURA ZULETA

Vos sabéis que. Aquí en Maracaibo el papel de la iglesia siempre ha sido fundamental. En momentos ha tenidos actitudes conservadoras, pero casi siempre han acompañado todos los alzamientos, que desde la ciudad se han originados en defensa de la libertad.

En Maracaibo tuvimos al recordado Obispo Lasso, quien fue nombrado prelado de la Diócesis de Mérida de Maracaibo. En principio se colocó al lado de la corona y su ejército imperial, pero terminó siendo un hombre de confianza del Libertador y vicepresidente del Congreso de Cúcuta.

En diciembre de 1899 Maracaibo se vio envuelta en una trifulca donde los mochistas seguidores del general José Manuel Hernández "El Mocho" se alzaron contra la gente que defendía la causa de Cipriano Castro y su jefe civil, general Francisco Tosta García.

Al frente de la gente que protestaba, iba el cura José María Zuleta. Al pasar por el Palacio Episcopal, el obispo Francisco Marvez, quien lo ve por una ventana, le grita: ¡Padre Zuleta! Que está haciendo, Venga acá, salga de eso. A lo que Zuleta le respondió: ¡monseñor, quédese tranquilo, que, si ganamos esta, lo hacemos papa! Pa’ que vos sepáis.

LA CARRETILLA DEL PADRE OLEGARIO

Vos sabéis que. Cuando se supo en Maracaibo la muerte de Juan Vicente Gómez, los estudiantes salieron a las calles a exigir el fin de la dictadura. Los más fogueados en la lucha clandestina tomaron la emisora "Ecos del Caribe" y desde allí arengaron al pueblo para que se concentrara en la plaza Bolívar.

La manifestación no se hizo esperar, pero los esbirros de la dictadura, con el coronel Pablo García al frente, ante tan multitudinaria demostración, mantuvieron el mismo comportamiento de cuando el dictador vivía, y arremetieron con violencia provocando la muerte del estudiante Severiano Rodríguez.

Aquel diciembre de 1935 los alrededores de la plaza Bolívar era un campo de batalla, hubo saqueo y violencia, ante los disparos de la policía, quienes sin cesar iban dejando una estela de muertos y heridos frente al Palacio de las Águilas, la Catedral y el Concejo Municipal.

El prelado Olegario Villalobos, demostrando su fe cristiana, cuando todavía se cruzaban los disparos, salió en auxilio de los heridos moribundos, dándole su última bendición. Terminó el padre Olegario recogiendo con una carretilla los últimos muertos de la dictadura en Maracaibo. Pa’ que vos sepáis.

EL MONSEÑOR ALZAO

Vos sabéis que. El monseñor Domingo Roa Pérez, aunque nació en el Táchira fue un zuliano de corazón, porque desde que se vino a ejercer el sacerdocio en Maracaibo, luchó con una fe infinita por los intereses de su feligresía y por los más desposeídos.

En ocasión de su participación en el Seminario "Carlos Cisneros Rendiles" emplazó a los candidatos Carlos Andrés Pérez y Eduardo Fernández, presentes en dicho evento. A medida que iba desarrollando su discurso, los asistentes pudieron observar cómo este prelado no tenía pepitas en la lengua al decir sus verdades.

"Vengo hablarles sobre el que vive en esta tierra con multitud de dificultades, porque todos sufren de alguna manera. En esta Venezuela democrática se han hechos cosas admirables, pero también, mucha gente subió de la noche a la mañana a la categoría de los nuevos ricos".

"El problema más grave del país es la corrupción. En el engranaje administrativo se ha incrustado lo que en otra parte llaman "la mordida" y aquí toma el elegante nombre de comisión". Cuentan que los candidatos no paraban de anotar las palabras de aquel monseñor alzao. Pa’ que vos sepáis.



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Douglas Zabala


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