Esparaveles sociales

Para el título de este escrito, me pareció atractivo utilizar el término "esparavel", un sinónimo de red, o de nuestra conocida tarraya o atarraya, nombres con los cuales se identifica un antiguo instrumento para la pesca artesanal, que me trae gratos recuerdos de la niñez en mi querida Ciudad Bolívar y de su Laja de la Zapoara, a orillas del Orinoco. El recuerdo de esos peces atrapados en las redes es una buena analogía para comparar lo que sucede con las redes sociales.

El colapso social de la pretendida libertad de expresión que observamos, aunado con la eclosión de información, desinformación, verdades y mentiras conectadas globalmente en inmensas redes dirigidas por pescadores de incautos, me permite recordar dos obras del filósofo chileno Rafael Echeverría, que con avidez leí hace muchos años atrás, sin imaginarme lo que se nos venía encima. Me refiero a "El búho de minerva" y "Ontología del lenguaje".

De alguna de esas obras -o de ambas-, me permito parafrasear algunas consideraciones que en ese momento internalicé, adecuándolas al punto a tratar en este breve escrito.

Afirmaba Echeverría que "la verdadera libertad está en ser productores y dueños de nuestros juicios". En atención a esa verdad que considero categórica, podemos inferir que cuando permitimos que nuestros juicios nos ciegue a la posibilidad de cambio,ellos se hacen dueños de nosotros, y por tal razón, seremos sus esclavos.

La peor esclavitud es ser esclavo de nuestros juicios, ya que pocas veces somos concientes de tal situación. Sin embargo, siguiendo este breve ejercicio de racionalidad, cuando esa esclavitud es trasladada a juicios ajenos, le otorgamos a otros la llave de nuestros grilletes.

Las redes sociales se transformaron en la mejor y más rápida manera de atrapar como peces a esas personas que respiran y viven de los juicios ajenos y en función a ellos creen ejercer centran ese pretendido derecho a expresarse.

Cuando aprendemos a pensar de forma acertada, cumpliendo los principios básicos de la lógica y de la racionalidad, jamás seremos atrapados por ninguna red controlada por esos pescadores de incautos.

No se puede poner cadenas al pensamiento ni grilletes a la imaginación.

 

 


 

 



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