A 53 Años de su asesinato, recordamos a Ernesto Che Guevara y sus afectos por Venezuela

En el piedemonte andino boliviano, donde los ríos corren afanosamente hacia el Amazonas, en una zona de poca vegetación, cuyas aguas en época de lluvias las recoge la quebrada El Yuro, en la escuela de la localidad de La Higuera, un 9 de octubre de 1967, es asesinado Ernesto Guevara de la Serna, mundialmente conocido como "Che". Quienes ordenaron y ejecutaron su asesinato y además ocultaron su cadáver bajo la pista de aterrizaje de Vallegrande, no pensaron jamás que Che se haría más grande, que sus pensamientos e ideas y su ejemplo revolucionario se expandiría en todas las latitudes de la tierra, convirtiéndose en una figura paradigmática y querida.

En lo que respecta a nuestro país, le evocamos cuando en 1952, junto a su paisano, el Científico Alberto Granado visitaron a Venezuela y tenía muchas ansias de incorporarse al personal médico que atendía enfermos de Hansen en el leprosario de Cabo Blanco de Maiquetía. Fue el 14 de julio de ese año, a las 7:00 de la mañana que llega al país, al cruzar la frontera con Colombia desde Cúcuta. Atrás queda el largo recorrido por Suramérica iniciado en Buenos Aires. Ese periplo lo hacen, en parte en moto, otras en camión, balsa, avión, autobús y con ello se acercan a la realidad de una tierra sudamericana totalmente desconocida para estos jóvenes, que deja en ellos una gran enseñanza: el conocimiento de la pobreza, la explotación, las injusticias de este subcontinente, situación de la cual no escapaba Venezuela.

El 16 de ese mes partió de San Cristóbal hacia Caracas, llega al día siguiente con un fuerte ataque de asma. Atrás quedaban el páramo el Valle de La Grita, los páramos del Zumbador, La Negra, Mucuchíes, Pico El Águila (hoy de Los Cóndores), Chachopo, Valera, Trujillo, Barquisimeto y las ciudades centrales hasta el ingreso a la capital de Venezuela. El 17 de julio llegan los argentinos en la noche a Caño Amarillo, luego se alojan en la pensión de la Juventud Católica de Venezuela, ubicada entre las esquinas de Las Mercedes y Mijares en el centro de Caracas. Allí, de inmediato, entran en contacto con un estudiante de tendencia socialcristiana, que aún con diferencias ideológicas, entablan una cordial y sincera amistad, se trataba de Gonzalo García Bustillos.

En Caracas visitaron la Universidad Central de Venezuela para entrevistarse con el Doctor Jacinto Convit. Che hizo una visita al barrio La Charneca en donde hizo unas tomas fotográficas. Cuando bajaron al Litoral visitaron el leprosario, saludaron al personal médico y a los enfermos. El Dr. Convit contrató a Alberto Granado y a Ernesto Guevara le conminó su regreso a Argentina para que culminara sus estudios de Medicina y bien podría regresar al Hospital de Cabo Blanco e incorporarse a su planta de profesionales de la salud. El 26 de julio parte Che en avión de carga a Argentina, previos toques en Miami y Maracaibo. En 1853, nuevamente Ernesto Guevara, ya con el título de Médico inicia otro recorrido por Suramérica, que le lleva a Guatemala y México, incorporándose luego a la expedición del Granma que organizó Fidel Castro para la liberación de Cuba.

El deseo de Ernesto Che Guevara por volver a Venezuela se mantuvo latente, tanto así que en el primer viaje del Comandante Fidel Castro a Venezuela en 1959, Che formaría parte de la comitiva, pero cae enfermo y no puede ir a Venezuela. Es significativa la importancia y el cariño que mantenía Che por Venezuela, siempre pendiente con el desarrollo de la lucha armada que se escenificaba en el país y todo lo que tenía que ver con la cultura y la historia de nuestro país y su relación con El Caribe. En los primeros años del triunfo de la Revolución Cubana, Ernesto Che Guevara estuvo en contactos en La Habana con Fabricio Ojeda, en Argelia con Pedro Duno, Oswaldo Barreto, Pedro Medina Silva, Mendoza y Eduardo Gallegos Mancera, quien estableció profunda amistad con él.

Gallegos Mancera recuerda el interés de Che por la lucha armada de Venezuela. En enero de 1965 el Che le manifiesta a Gallegos que quiere irse "para las guerrillas venezolanas" ante ello este le responde: "No, no creo que sería conveniente tu presencia allá, sería un pretexto para que los marines y yanquis invadieran el país y se quedaran luego en el alegando intervención cubana", el Che le dice que: "yo no sería sino un soldado más" Gallegos riposta "aunque así fuera, mero combatiente con fusil y morral, todos te considerarían el jefe, en primer término los propios compañeros de armas venezolanos" Che pregunta: "¿Entonces me rechazas?", Gallegos precisa que la decisión le corresponde al Buró Político del PCV. Che continuó perseverante.

Invitamos a leer Todasadentro número 681 del 7 al 3 de octubre de 2017, especialmente dedicado a Che.

Exhortamos a la recuperación de la fachada de la casa de donde se hospedó el Che en Caracas su visita en julio de 1952 de Mijares a Las Mercedes al lado de la sede Francisco de Miranda de la UNEXCA.



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Wolfgang R. Vicent Vielma

Trabajador de la Casa de Nuestra América José Martí en Caracas y Profesor de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada Bolivariana (UNEFA)

 wolfgangvicent@gmail.com

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