Maduro su discurso victorioso a la ONU y Duque entra en barrena

Cuando toda Venezuela, aspiraba darle su matarile con votos el 6D al espécimen abortado por Donald Trump, el propio Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, se encargó de hacerlo –quirúrgicamente- mediante el diálogo de naciones, hablándole a todas las naciones del mundo en el magno escenario de la 75ª Asamblea General de Naciones Unidas. Quien, mediáticamente, el imperialismo vendió como el supuesto presidente de Venezuela, Juan Guaidó, no apareció en las pantallas colocadas, en ambos lados a lo alto del salón de sesiones de la majestuosa Asamblea, sino que en ambas pantallas, apareció la imagen del Presidente Nicolás Maduro, como rotundo desmentido del falso presidente designado por Trump, y tan solo reconocido por una treintena de gobiernos en el mundo. La verdad de Venezuela, emergió como un tropel de llaneros cabalgando en las llanuras de Carabobo, persiguiendo las huestes del imperio español, en aquellos años de batalla por la primera independencia de Venezuela; liderada por el Padre Libertador, Simón Bolívar. No pasaron desapercibidas, las palabras del Presidente Maduro: «Hemos sido víctimas, durante todos estos años, de agresiones multiformes, de sanciones criminales e ilegales, de medidas coercitivas, pero nuestra patria aquí está de pie. Si el mundo venció al fascismo hace 75 años, el mundo podrá vencer en esta etapa a aquellos que quieren imponerse como hegemón dominante, podrá vencer a las ideas imperialistas y podrá vencer al neofascismo, estamos seguros de ello.» Comparaba, el Presidente Maduro, la batalla librada por el pueblo venezolano, su gobierno, instituciones, policía y FANB, con aquella gesta librada por la humanidad para derrotar al fascismo. Obviamente, se refería al expresidente imperial, Donald Trump, quien utilizó el escenario de la Asamblea General de Naciones Unidas para leer un discurso de campaña electoral y agredir a naciones libres y soberanas, en especial: China, Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Con relación a Venezuela, Trump, repitió el libreto que sus agencias de inteligencia le han creado para desacreditar a quienes considera sus enemigos políticos, dijo en su discurso: «Según un informe reciente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, las mujeres en Venezuela hacen fila durante 10 horas al día esperando alimentos. Más de 15.000 personas han sido detenidas como presos políticos. Los escuadrones de la muerte modernos están llevando a cabo miles de ejecuciones extrajudiciales.» Todavía anclado, en la realidad creada por la CIA en Venezuela, con su guerra económica en 2015. Debieran actualizarlo sobre la realidad venezolana para que no siga haciendo el ridículo. El expresidente Trump, no mencionó ni una sola palabra sobre la dramática situación que vive el pueblo afroestadounidense, objeto de exterminio por los cuerpos de policías que motivaron las más grandes y masivas protestas de la sociedad estadounidense en este siglo. Ni una sola palabra, sobre los más de 200 mil muertos gracias a su pésima gestión sanitaria contra la pandemia por coronavirus, ni los 20 millones de desempleados, mucho menos de su pésima gestión de la economía, actualmente en recesión. En fin, acostumbrado a mentir, se limitó a mentir. ¡Pésimo discurso ese del ex presidente! Tan solo, arrancó tímidos aplausos en las barras de sus colonias del sur (grupo de Lima) y Europa, una minoría vergonzosa de gobiernos y el repudio general de los pueblos del mundo. En fin, esta 75ª Asamblea General de NNUU, culminará polarizada entre un imperio decadente y en proceso de autodestrucción y el liderazgo del Nuevo Mundo, joven y rozagante. Cabal expresión de un mundo emergente y colmado de esperanzas.

El Presidente Maduro, como buen estadista, no se limitó a denunciar las arbitrariedades del neo fascismo trumpiano, en guerra contra la humanidad, sino que presentó propuestas que bien merecen un debate posterior. La primera, estuvo relacionada con mecanismos para burlar las medidas coercitivas unilaterales, contrarias a la Carta de la ONU, y tiene que ver con la creación de un fondo rotatorio de compras públicas en el sistema de Naciones Unidas, para garantizarle acceso de alimentos y productos de salud, financiados con recursos públicos, que permita a los países bloqueados adquirir lo necesario para garantizar los derechos fundamentales. Asimismo, propuso la creación de un banco de tecnologías libres y procesos universales de formación y capacitación. Llamó a fortalecer las políticas y los fondos de financiamiento, orientados al desarrollo de las cadenas productivas locales y nuevos actores económicos. Sugirió también, la aprobación de un instrumento internacional, jurídicamente vinculante, sobre el desarrollo y el derecho al desarrollo, que refuerce la lucha de los pueblos para la superación de la pobreza, las desigualdades sociales y por la justicia social. También, criticó la actuación de los países del Cártel de Lima, impulsores de la migración de venezolanos y venezolanas, quienes una vez radicados en esos países, han sido objeto de brutales campañas de xenofobia y persecución, además de «…discriminación, maltrato, falta de condiciones socioeconómicas, situación de semi-esclavitud, trata de personas; calamidades que han padecido en clara violación de su dignidad humana». Finalmente, fue muy crítico de la gestión de organizaciones de la ONU, como ACNUR y la Organización Internacional de Migración (OIM), que han hecho de los migrantes venezolanos, vulgares mercancías, objeto de chuleo a Naciones Unidas para satisfacer la ansiedad por dinero mal habido, de países altamente corruptos como Colombia, Chile, Ecuador y Perú. ¿Qué hicieron con los recursos que desde Naciones Unidas y algunos otros países, se destinaron en ayudas para los migrantes venezolanos? Ayudas, que se utilizaron en quién sabe qué carrizo. En fin, develó la mafia internacional de corrupción, integrada por Colombia y demás países del Cártel de Lima, en conchupancia con ACNUR y la OIM. Un discurso contundente y fulminante, contra los enemigos de Venezuela. Pasado, el discurso presidencial, los súbitos apagones, en fin, las agresiones a fundamentales servicios públicos, han comenzado a cesar, al menos por ahora.

Es de interés, analizar toda la campaña previa, que antecedió esa victoriosa intervención del Presidente Maduro, ante la 75ª plenaria de la Asamblea General de Naciones Unidas. Notoria, fue la presencia del Secretario de Estado, Mike Pompeo, quien visitó dos de las colonias de ultramar: Brasil y Colombia. En la primera, Pompeo, pudo palpar el rechazo de los pueblos del sur, tanto, que ni se atrevió a pisar la frontera brasileña. Los ex cancilleres de la República Federativa de Brasil, se pronunciaron en rechazo a su presencia en suelo, antes libre e independiente. Luego, se fue a Colombia a dictar lineamientos a su principal perrito faldero, el más obediente de la región, que se encuentra en una muy mala situación y goza de mala reputación, con un rechazo masivo de la población colombiana, que ya supera el 70 por ciento de desaprobación. Allí, pudo ver a un presidente colmado de masacres en contra de un pueblo que solo le reclaman paz y tranquilidad. Un presidente, obsesionado con Venezuela, y temeroso de un pueblo que ha comenzado a despertar del largo letargo en que lo sumergieron, los medios de comunicación de la oligarquía bogotana.

Entre esos dos eventos, ocurre uno muy especial, que bien merece pongamos la atención. La mediática occidental, los presentó como un enfrentamiento entre la gloriosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana, FANB, y combatientes «disidentes» de la FARC. En dicho enfrentamiento, caen muertos 4 combatientes de la causa bolivariana y según varias fuentes consultadas, 15 militares colombianos o ¿estadounidenses?, además de cinco detenidos, quienes se encontraban en 3 campamentos, ubicados en plena línea fronteriza. El G/J Padrino López, los presentó a la opinión pública como supuestas bandas estructuradas de delincuencia organizada, dedicadas al secuestro, extorsión, narcotráfico y otro ilícitos. En Nariño, habló tan solo el silencio. El contexto, en que ocurre ese enfrentamiento, da para muchas elucubraciones, más aún, cuando es harto conocido que sobre ese territorio, está operando la brigada norteamericana de Asistencia de Fuerza de Seguridad (SFAB por sus siglas en inglés). Nuestra hipótesis, es que pretendieron hacerle una demostración de fuerzas, al principal impulsor de la política guerrerista de la Administración Trump contra Venezuela, Mike Pompeo. Obviamente, quedaron muy mal parados ante el Secretario de Estado, tanto el delincuente Duque como su siervo Guaidó. Una soberana pela, recibieron las fuerzas imperialistas de parte de una moralizada FANB, que no evitó el combate -en ningún momento- y neutralizó a la fuerza invasora, que –mediáticamente- fue presentada, mediante el falso positivo de «disidentes de las FARC». El Comandante, William Izarra, vía tuiter, arrojó luces sobre lo ocurrido: «La confrontación del sábado pasado en Apure fue con mercenarios de Colombia y USA que se hicieron pasar por guerrilleros de las FARC-EP y ELN…» Obviamente, alguien fue por lana y salió trasquilado. Tal es, el nivel de desmoralización en que se encuentran las fuerzas militares colombianas, cuyo Comandante en Jefe, Donald Trump, está de capa caída al igual que su edecán, Iván Duque. Y, son esas fuerzas militares, que aspiran, los guerreristas de Washington, lanzar como perros rabiosos contra Venezuela. Revisen la historia, y entérense a quien se van a enfrentar, sobre todo, revisen quien los liberó del colonialismo español. No es cualquier Ejército a quienes se van a enfrentar, sino al heredero de las glorias libertadoras del Padre Simón Bolívar, ahora dotado de los armamentos más avanzados de la región. No por casualidad, el Presidente Maduro, en su discurso ante la ONU, se da el tupé de expresar: «Debe saber el mundo que estamos dispuestos a combatirlos [a los fascistas de EEUU y Europa] con la fuerza de nuestra historia, de nuestro espíritu, de la razón y del derecho internacional.» Pocos gobernantes, se atreven a decirle eso al hegemón imperialista, sobran dedos de una sola mano para contarlos. ¿Quién dijo miedo? ¡No te equivoques, Duque! En fin, mal parados, quedaron Duque y su servil Guaidó, en su intento de «torcerle el brazo» a Donald Trump, para que retomara su cruzada guerrerista, que antaño le dictaron sus asesores sionistas: Bolton y Abrams. No se trataba del mismo Trump de antaño, sino de otro que el pasado 18 de septiembre, se había autoproclamado como el presidente «más pacifista de la historia reciente de Estados Unidos». Sí ¡Aunque usted no lo crea! Y lo decía, en el marco de la firma de los llamados «Acuerdos de Abraham», que hacen posible el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin con el Estado nazi sionista de Israel.

No todo le fue mal, al perverso Duque, en relación con sus agresiones contra Venezuela. Una jugada perfecta, diríamos, le permitió distraer las atenciones de la opinión pública internacional de sus masacres diarias contra el pueblo colombiano, al crear una Comisión Independiente que se autoproclamó como Consejo de Derechos Humanos de la ONU y –mediáticamente- creó la ilusión de que era la propia ONU, la que acusaba a Venezuela de ejecutar las masacres en Colombia. De hecho, la propia Cancillería venezolana, no logró descifrar lo que estaba ocurriendo hasta que fue el propio Presidente Maduro, quien gracias a su vasta experiencia como Canciller de Chávez, desnudó la ocurrencia de Duque, la visibilizó y planteó las soluciones para desmontar tamaña artimaña. Nació así, el Informe sobre la verdad de Venezuela: «Contra la infamia, datos y testimonios de un país bajo asedio». Documento histórico, que ya ha comenzado a circular en todo el planeta para desmontar la matriz impuesta por el Palacio de Nariño. Resalta, en sus Conclusiones, el Informe sobre la verdad de Venezuela: «Por todo lo anterior, la República Bolivariana de Venezuela afirma y declara a toda la comunidad de países libres del mundo, que el informe que hoy constituye una infamia en su contra, no es producto de una misión independiente, sino todo lo contrario. Es el resultado de una misión que demostró y evidenció su profunda vinculación con un conjunto de actores internacionales que han protagonizado una serie de ataques programados dirigidos a socavar su soberanía y negarle su derecho a la autodeterminación. Es el informe de la Misión Dependiente del Grupo Lima.»

Aspiramos sí, la activación de la misión diplomática venezolana en el Consejo de DDHH de NNUU, en Misión de Observación sobre territorio colombiano para palpar la realidad de las masacres, 61 en lo que va de año y 246 muertos, que se ejecutan contra el pueblo colombiano como parte de una política de Estado, que procura atemorizar y devolver a las catacumbas en que se mantuvo por todo un siglo ese pueblo, y que hoy ha despertado en resistencia, y movilizado está en las calles de toda Colombia, como demostración de su aspiración a vivir en democracia. La cual, les ha sido arrebatada por una oligarquía, funesta y ávida de producir y producir cocaína, para satisfacer la ansiedad de oler y oler hasta la saciedad, de las élites imperiales del norte, que aspiran mantener al pueblo estadounidense alejado de la realidad política de su propio país…

Caracas, 26-06-2020


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Henry Escalante


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