Reflexiones ingenuas: "La procesión va por dentro o a llorar al valle"

"La libertad es siempre la libertad

de los que piensan de otra manera"

Rosa Luxemburgo

El pueblo venezolano viene sufriendo un doble ataque. Por una parte un ataque descubierto, a cielo abierto, proveniente del Imperio y sus secuaces quienes han declarado la guerra al proceso revolucionario que se inició en el año 1998 con el liderazgo del Comandante Eterno y contra el gobierno democrático y legítimamente electo del Presidente Nicolás Maduro.

Este ataque, iniciado desde el mismo momento que el Presidente Chávez asume la presidencia en el año 2.000 con el Golpe de Estado y el Paro Petrolero, hoy asume característica de una guerra declarada, que se concreta con el saboteo al sistema eléctrico nacional, asaltos a instituciones militares, intentos de invasión, desconocimiento del gobierno de Maduro, invasiones a Embajadas, bloqueo económico, financiero, robo de instituciones del Estado (Citgo, robo de las reservas de oro en el Banco de Inglaterra, etc.), el dólar paralelo, escasez, bachaqueo, entre otras cosas.

Esta situación ha venido afectado gravemente al pueblo venezolano tanto en la salud, como en la alimentación, transporte, electricidad, sistema hídrico, educación, suministro de combustible, gas doméstico, adquisición de insumos, electrodomésticos, reparación del parque automotriz, entre otros muchos, viéndose agravado por la pandemia que ha impuesto una cuarentena que afecta el aparato productor y comercial, agravando mucho más la situación insostenible que ha venido soportando en los últimos años.

En los últimos años se ha agravado la salud de los venezolanos, desnutrición, muertes por patologías, falta de atención médica, de medicamentos y personal de salud, y un montón de etc.

Y el ataque por mampuesto, solapadamente, a escondidas de los enemigos silentes de la Revolución Bolivariana.

Por una parte están aquellos que se beneficiaron y se benefician de los recursos de estado amansando grandes fortunas durante el tiempo que ejercen o ejercieron cargos del Estado a través de actos de corrupción y que hoy se presentan como grandes revolucionarios y funcionarios probos.

Por la otra están aquellos que por desidia, impericia, dejadez, abandono permitieron actos que afectaron, tanto al aparato productor y de servicios, lo que ocasiono y sigue ocasionando grandes daños a la economía del país.

Y por otra, están los que afectan directamente al pueblo con actos de corrupción, represión, sustracción de equipos de medicamentos, alimentos,

Para todos es conocido el cobro de "peaje" que ejercen innumerables funcionarios públicos para solucionar un problema a un ciudadano o a una comunidad, para surtir gas doméstico a las comunidades, combustible a los ciudadanos, reparar una avería, instalar un equipo…

Hoy día se cobra en dólares afectando con ello el valor de la moneda nacional y la posibilidad que muchos no tengan acceso al servicio solicitado.

Todos hemos sido víctimas, de una u otra manera, de los "cobradores de peaje" de las carreteras, en los supermercados, para surtir combustible, solicitar algún servicio en las instituciones del estado. Y esta situación no es nueva, sólo que se ha intensificado en los actuales momentos, produciendo grave daño en la población carente de recursos económicos.

La diferencia radica en que las condiciones sociales, de salud y económicas han agravado la situación del pueblo por lo que se profundiza el descontento y el desencanto de la Revolución Bolivariana.

Hay una situación que está golpeando fuertemente la ya deteriorada calidad de vida de los venezolanos.

Por una parte el suministro de agua potable y de servicios. En todo el país las quejas por falta del servicio de agua son inaguantables. Tanto para el suministro a los tanques que surten a grandes urbanismos como para los hogares de medio y bajos recursos. Y el cobro por parte de los transportistas de los camiones cisternas, además de ser en dólares, es impagable.

La segunda es el horario de funcionamiento del servicio eléctrico nacional. Anarquía en el suministro y recorte del fluido eléctrico, bajones que afectan los equipos y aparatos electrodomésticos, diferencias sustanciales en el horario de recorte y suministro entre sectores vecinos.

Y el servicio de telefonía y servicio de internet ni se diga. Para llamar por teléfono, celular o comunicarse por msj de texto, así como el acceso a internet, hay que llamar a María o rezarle a Mambarito. Toda una odisea. Y eso a pesar de estar el pago de los servicios al día.

Y nadie dice nada, nadie explica nada, nadie da respuestas a las quejas, es decir, no hay funcionarios que atiendan los servicios, o al menos no dan la cara.

Esta situación me hace recordar al año 2014 cuando nuestro país fue azotado por una sequía extrema, y se decretó el Estado de emergencia, pero, el recorte del servicio eléctrico a las comunidades fue hecho de una manera irracional, sin explicaciones de ningún tipo, arbitrariamente, sin horario programado. Muchos de los apagones fueron hechos exprofeso, alevosamente, para generar descontento en la población, en los sectores populares.

Las acciones traicioneras, muchas de ellas encabezadas por funcionarios supuestamente amigos de la revolución surtieron su efecto: el resultado de estos actos alevosos tuvo su resultado: El 6 de diciembre de 2015 la oposición logra un triunfo aplastante contra los candidatos de la Revolución.

Es decir, la procesión va por dentro, está en las entrañas mismas del proceso revolucionario.

Al igual que el año 2014 el pueblo venezolano sufre en carne propia las improvisaciones, omisiones, dislates de la administración del servicio de energía eléctrica en grandes sectores del país. Al igual que el año 2014 es servicio de agua para el servicio humano sufre en carne propia las improvisaciones, dislates, omisiones, corruptelas en grandes sectores de la población. Al igual que el año 2014 nadie explica nada, ni corrige, ni escucha las quejas, ni da respuestas a las preguntas a las quejas.

A diferencia del año 2014 que la oposición tenía candidatos y organizaciones partidistas activas, hoy la oposición está débil, sin capacidad de convocatoria, sin militancia ni recursos económicos y se enfrenta a un equipo gubernamental organizad, sin embargo, el peligro real lo representa la abstención.

Un pírrico triunfo en las elecciones parlamentarias a celebrarse en el mes de diciembre del 2020 podría significar un triunfo electoral, pero también una derrota política, ya que evidencia la debilidad política del gobierno y en consecuencia su falta de apoyo popular.

Y el imperio y sus secuaces intentarán demostrar la validez de sus planteamientos, es decir, este es un gobierno débil, autocrático, dictatorial, írrito y en consecuencia debe ser sustituido por uno realmente democrático y popular.

La estrategia de la "quinta columna", de los

Es decir: a llorar al valle.

 



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Carlos M. Rodríguez C.

Estudió en la UCV. Docente jubilado

 carrodcas@gmail.com

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