El TSJ mató el tigre y le tuvo miedo al cuero. "Política", "Justicia" y Autocracia

El TSJ, instrumento del Ejecutivo Nacional, suspende las directivas de Acción Democrática y de Primero Justicia; para otorgarles la dirección de estas organizaciones a los disidentes de estos partidos, que a su vez, son los aliados del gobierno en la llamada "Mesita CLAP", que no llega ni taburete, de bar de mala muerte; el PCV partido aliado del gobierno, rechaza la decisión del TSJ de imponer directivas a los partidos; los disidente de UNT, le solicitan al TSJ que les nombre también su directiva; una magistrada del TSJ no firma la sentencia que suspende la directiva de AD y la Sala Constitucional del TSJ se declara incompetente para determinar si Voluntad Popular es una "organización terrorista"; mientras tanto, se instala el CNE "exprés", designado por el TSJ. Cinco noticias con diferentes niveles de impacto en la coyuntura política actual, pero con un elemento común: el caradurismo extremo del TSJ.

El TSJ, ejecutó secuencialmente las jugadas que le ordenó el Ejecutivo Nacional, una vez que este último, creo las condiciones políticas para el éxito de tales jugadas: elije y juramenta un CNE "exprés", afecto en su mayoría al gobierno; despoja las directivas de AD y Primero Justicia; pero cuando les toca declarar a Voluntad Popular como "organización terrorista", se declaran incompetentes para hacerlo, demostrando que, mataron al tigre y le tuvieron miedo al cuero, quizás porque aún no asumen plenamente su camino a la Autocracia, sobre lo que me referiré más adelante.

Darle un tratamiento diferenciado a Voluntad Popular, tiene entre otros objetivos, profundizar las diferencias al interior del G4; solo que al designar las directivas de estos partidos por parte del TSJ, podría crearse un efecto contrario, de mayor unidad del G4; y por otra parte, haber declarado a VP como "organización terrorista", los obligaba a encarcelar a Guaidó y sus inmediatos colaboradores que aún se encuentran en el país, a quien las estrategias mediáticas gubernamentales denominan "la nada", para ocultar la falta de coraje político que no les ha permitido encarcelarlo, y porque este sigue representando a pesar de sus costosos errores, un punto de apoyo para el rescate de la democracia y el estado de derecho, principios enterrados por las desviaciones del llamado proceso bolivariano cívico/militar/policial.

Encerrar entre comillas las palabras política y justicia, no es un error, tampoco un descuido, ni acto involuntario; sino, para significar la forma pragmática como la actual dirigencia gubernamental desnaturaliza estas dos palabras, para mantenerse en el poder a costa de lo que sea. En ese orden de ideas, los sectores progresistas y de la izquierda democrática y humanista, tenemos el reto de rescatar el valor de la palabra política y el accionar de los políticos. Un político, no puede seguir siendo sinónimo de corrupción, manipulación y beneficio personal de quien desarrolla la práctica política.

Por otra parte, la justicia, no puede seguir siendo, solo la justicia que ampara a los sectores que están gobernando, sino a toda la sociedad venezolana sin distingo de condición social, económica, política, ideológica y religiosa. ¿Les parece justo a toda la militancia del PSUV y de sus aliados, a los intelectuales y a la clase media, que el partido de gobierno se enfrente electoralmente a los partidos de la mesita, cuyas directivas fueron decididas por el TSJ, quien, a su vez, también seleccionó al CNE? ¿Cayapa de los cobardes?

El desarrollo de una "política" pragmática de albañal, desarrollada desde el Ejecutivo Nacional, aprovechando diligentemente los errores de la derecha y de los sectores progresistas, civiles y militares que adversan al gobierno, con el apoyo de todos los poderes, excepto la Asamblea Nacional, vino creando condiciones socio políticas, para que el TSJ, una vez suprimida en la práctica la separación de poderes, les garantice su permanencia en el gobierno, a costa del sufrimiento de toda una sociedad.

En relación a la supresión de la "separación de poderes", vuelvo a recordar, que en la estrategia discursiva del Presidente Chávez, seguida por el actual mandatario, siempre estuvo presente, que el ejercicio del gobierno requería siempre del apoyo de la Asamblea Nacional; de lo contrario, se estaría presente ante un saboteo permanente, que perturbaba el ejercicio de la acción gubernamental; no en vano, bajo esa línea de acción política y legal, en el año 2004, con ocasión de la sentencia N° 3098, de la Sala Constitucional (Caso: Nulidad Artículos de la Ley Orgánica de Justicia de Paz) del 13-12-2004, Gaceta Oficial N° 38.120 del 02-02-2005, se establece que la separación de poderes "no es un principio ideológico, propio de la democracia liberal, sino un principio técnico del cual depende la vigencia de la seguridad jurídica como valor fundante del derecho"

Poner a depender la seguridad jurídica de un estado, como valor fundante del derecho de un "principio técnico", no es más que un vulgar pragmatismo de la "justicia" y de la "política" por parte del gobierno, con el fin de mantenerse en el poder, sin el favor de las grandes mayorías, lo que configura una tiranía muy particular, lo que merece una profunda reflexión e investigación, para desarrollar alguna categoría que resuma ese tipo de ejercicio del poder, que en ningún caso, tiene que ver con el principio de "participación activa y protagónica" que todos abrazamos con el advenimiento de la era Chávez. Y es que, parecieran acercarse, a lo que llamaría por ahora "Autocracia Moderna del Siglo XXI".

Finalmente, las cinco noticias a las que me referí en el primer párrafo, en pleno desarrollo, con el permiso de Walter Martínez; además de la posición en la coyuntura de los movimientos sociales y gremios profesionales; el recrudecimiento de la pandemia en Venezuela; la grave situación económica y financiera del país; y la posición del llamado concierto internacional, donde se inscriben los aliados y oponentes de la "Autocracia Moderna del Siglo XX"; más temprano que tarde, dependiendo de las jugadas de la oposición, con sus aliados civiles y militares, podría reconfigurarse una situación favorable al rescate en paz de la democracia y del estado de derecho; el gobierno a pesar de avallar con el TSJ a la oposición, sus aliados y la disidencia Chavista, no las tiene todas consigo. Se le empiezan a escapar algunos mansos Rolling entre las piernas.


 



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Roger Lázaro


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