¿Cuál pecado cometió este pueblo para merecer el infierno madurista?

Antes de ensayar una respuesta debemos precisar el concepto pueblo: Pueblo sería la masa de los carentes de medios de explotación, los explotados, conscientes del origen de sus adversidades, organizados políticamente, capaces de parir una vanguardia, de reconocer a sus líderes. Este binomio, masa consciente y vanguardia, es lo que llamamos pueblo. Lo otro, la masa engañada, manipulada, fragmentada, la llamamos rebaño. Entre la masa y el pueblo se establece una relación dinámica, a veces el rebaño se hace pueblo, a veces el pueblo se convierte en rebaño, la calidad de la vanguardia determina estos tránsitos.

Entre la masa consciente y su vanguardia se establece una relación de mutua influencia, las dos juntas poseen otra dimensión, su fuerza se multiplica, aparece su capacidad de hacer cambios, de hacer Revolución. Los capitalistas saben que la fuerza de un intento revolucionario depende de la fuerza de esta relación, y contra ella lanzan todo su arsenal de destrucción, desde el linchamiento moral hasta el asesinato vil. Aquí en Venezuela, en los últimos veinte años, se produjo un tránsito, un cambio rebaño-masa y masa-vanguardia. Veamos.

Primero, la masa echando mano de su acervo histórico bolivariano reconoció al Comandante Chávez como su líder; alrededor de esta figura se condensó una vanguardia y se estableció el binomio masa-vanguardia; el rebaño se transformó en pueblo y el país entró en una etapa revolucionaria. La masa acicateaba a la vanguardia, la impulsaba a avanzar y ésta a medida que avanzaba empujaba a la masa a elevadas formas organizativas y de consciencia. El proceso revolucionario tomó fuerza propia y asombró al mundo, los cambios se aceleraban junto a la elevación de la conciencia y la organización. El peligro para el capitalismo mundial era evidente.

Y el capitalismo no perdona la insurgencia. Rápidamente supo que el binomio masa-vanguardia era débil: la vanguardia se nucleaba alrededor del Comandante Chávez, la formación ideológica era deficiente, por ese flanco el capitalismo diseñó su estrategia contrarrevolucionaria. Primero, debilitar aún más la vanguardia y en el momento preciso salir del Comandante Chávez, asesinarlo. De allí el grupo Boston, y de allí se desprende la estrategia de asesinato biológico, de esa manera salían del Comandante sin construir un mártir. Los intentos de estudios que tan caros eran al Comandante fueron saboteados, la formación ideológica se retrasó. Luego, consumado el asesinato, comenzó el desmoronamiento del intento revolucionario. Lo principal estaba logrado. Desaparecido el líder, a la conducción del proceso la capturó la derecha madurista y el resto de la dirección de vanguardia se inhibió. El pueblo volvió a ser rebaño… la Revolución fue capturada.

Después, el país entró en la fase de consolidación de la restauración, el proceso de desmontaje del avance logrado con Chávez, en lo económico, en lo organizativo, se disolvió el partido convertido en una siglas sin vida, sin pasión, la economía fue privatizada de manera violenta, la consciencia del deber social olvidada, se creaba así el soporte espiritual y material del capitalismo. El pueblo volvió a ser rebaño.

Hoy la tarea del chavismo auténtico, revolucionario, socialista está muy clara: se trata de recomponer, primero que nada, el campo chavista, definirlo desde lo ideológico hasta lo organizativo, formar el embrión de vanguardia. Dicho de otro modo, dar la batalla que fue postergada desde el asesinato del líder. Aún hay tiempo, el rebaño de hoy ayer supo lo que es ser pueblo, tiene esa experiencia fresca; la teoría, el camino están allí, lo dejó claro el Comandante Chávez, las condiciones están dadas para una recuperación.

La dirigencia debe asumir su papel de vanguardia chavista, contribuir a que el rebaño readquiera la consciencia de su papel histórico, se convierta en masa consciente, en pueblo; evitar que se repitan los errores del rebaño desbocado que se inmola en motín fácilmente atrapable, o se deje manipular hacia una democracia burguesa, regrese a la cuarta, o lo que es peor aún, que llevado por el desespero apoye una dictadura fascista. Sólo desde allí, del pueblo, masa consciente acoplada con su vanguardia, se puede avanzar hacia la recuperación del camino de la construcción de otro mundo como lo soñó Chávez fusionado a su pueblo.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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