Otro frente de Gedeón: Los horribles piratas de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales …

  1. ¡Ay Dios mío, si yo no conociera la catadura de esta gente tan malvada! Cómo le han dado por las redes al informe sobre esos supuestos espantosos estragos que está provocando y provocará el Covid-19 en nuestro país, emitido por la oronda y honorable Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela. De antemano, primero que nada, lo que hay que preguntarse es: ¿Dónde están todas esas montañas de muertos que anuncian, y que según ese informe ya deberían estar cundiendo por doquier? Porque si algo es evidente, y que es imposible ocultar, son marejadas de muertos, porque hay cientos de familiares y amigos que tendrían que velar por ellos, comunicárselo a tantos otros, arreglar entierros, expresar condolencias por tantos medios como los que existen ahora. ¿Dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?, señores, horribles canallas, piratas, farsantes, instigadores de alarmas y de pánicos, ¿dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?, señores.

  2. Los muertos en grandes cantidades, insisto, son imposible de ocultar: cunden, apestan, enloquecen, perturban…, los medios estarían regodeándose y gozando como nunca… Ahí están los casos de Nueva York, Guayaquil, Guayas, Quito, Manaos, en donde han tenido que despejar enormes terrenos para hacer fosas comunes.

  3. Pero qué se puede esperar de esta gente malvada, sin escrúpulos, enferma como lo lleva y como se encuentra, desde que Chávez llegara legalmente al poder en 1998, apostando siempre a la desgracia total del país, embanderados con los más horribles elementos internacionales como OEA, PROVEA, HRW, CIDH, CIA, USAID, SIP, OIT, Grupo de Lima, Rastrojos, … idénticos a los elementos de esas universidades autónomas igualmente plagada de petulantes piratas con sus rectores y equipos rectorales, que en el pasado vivían (y viven) en plenos contactos con la embajada norteamericana, conectados a la vez con guarimberos y terroristas. Los que callaron cuando quemaron a Orlando Figuera y que no pueden ser sino unos amantes compulsivos y fervoroso de la muerte y de la maldad, y de que le sobrevengan todas las horribles tragedias a Venezuela, para así "liberarse ellos".

  4. Yo no soy médico, pero sé de los espantosos daños que muchos de esos profesionales le ocasionan y le han ocasionado al país. De las innumerables muertes, que por malas prácticas, que por indolencias de las más monstruosas, provocan en nuestra tierra y en el mundo, producto de esa desbocada adoración que tienen muchos de ellos por el becerro de oro del capitalismo. Al hablarse de clínicas provocadas se habla de medicina privada, es decir de negocio, y ante los ojos del mundo ahora vemos los estragos que por ello mismo está causando la pandemia mundial del Coronavirus. Conozco en profundidad ese mundo de la medicina privada, porque dirigí en Mérida, durante varios años, una ONG contra las malas praxis médicas. Yo sí sé cómo se bate la manteca en este terreno, y conocí horrores que habrían dejado pálido a Edgar Allan Poe y a Horacio Quiroga. Conocí de profesores y estudiantes de la ULA que dejaron en estado vegetativo algunos de estos bandidos negociantes. Y los ataqué con toda mi profunda sed de justicia que es lo que más me ha atormentado en esta vida. Horrores y horrores inenarrables, gente ciega, gente manca o coja de por vida, gente destrozada por operaciones sin sentido o sin necesidad, gente que se enloqueció tomando opiáceos que no requerían para nada, y puedo incluso decir que llegan estos grupos a constituir poblaciones enteras,

  5. Así como en mi vida he topado con muchos médicos piratas, también conocí eminencias admirables, extraordinarias como, por ejemplo, el doctor José Francisco Torrealba, padrino de mi promoción de bachillerato, siendo yo estudiante en el liceo Juan Vicente González. Fui muy amigo tanto del doctor Torrealba como de varios de sus hijos también médico (entre ellos Witremundo). Fui amigo durante muchos años, de los médicos investigadores Joaquín Mármol Luzardo y Carlos Chalbaud Cardona. Conocí al doctor Pepe Izquierdo que cuando en el paraninfo de la UCV le entrega el título de doctor a quienes no lo merecían les decía voz en cuello: "- Tome su ametralladora".

  6. En lo restante, me voy a concentrar en la respuesta que dio el profesor de la UCV Luis Manuel Hernández a los distinguidos mercenarios de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, éstos, que no entraron por Chuao, sino que pernoctan con sus bombas, misiles y pertrechos en permanente defensa de los intereses gringos, en pleno centro de la ciudad de Caracas. Comienza diciendo el profesor Luis Manuel Hernández "La falacia Petitio Principii (Petición de principio) es una falacia que se produce cuando la proposición por ser probada se incluye implícita o explícitamente entre las premisas. Aunque no lo crean, es una falacia bastante común, especialmente en esta sociedad en donde la gente está más interesada en tener la razón que en descubrir la verdad. En realidad, uno espera encontrársela en cualquier lado, menos en un documento emitido por la pomposa Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (que no identifica el nombre de su autor, por cierto)".

  7. Añade el profesor Luis Manuel Hernández: "Voy a dejar de lado el hecho que el documento fue desde principio claramente tendencioso y demás fallas técnicas que nunca debería tener un documento emitido por una institución que reúne lo más granado de la ciencia en el país (si tienes una cierta tendencia política, claro está) y voy a la parte puramente lógica del asunto. El documento busca establecer (a como dé lugar) que en Venezuela hay un subregistro muy grande de casos de Covid-19 y que por tanto el gobierno ha estado haciendo las cosas mal. Para ello, hacen una simulación basada en un modelo determinístico compartimental llamado SEIR (por cierto mal referenciada). No sé si recuerdan, el modelo SEIR fue uno de los primeros modelos que yo programé y por aquí les mostré algunos escenarios interesantes, eso si, haciendo siempre la salvedad de que los parámetros utilizados en ese modelo habían sido puestos a "pepa de ojo". De hecho, los resultados del modelo dependen de esos parámetros, los cuales algunos se conocen con cierta aproximación y se consiguen en la literatura, mientras que otros se desconocen porque son intrínsecos a las condiciones de cada país (climáticas, etc) y pueden cambiar dinámicamente en función de las medidas de distanciamiento social, cuarentena o confinamiento que ejecuten los gobiernos y de la misma percepción de riesgo que tenga la población. Una de esas es la tasa de transmisión beta, número de contactos promedio de cada infectado en una unidad de tiempo, multiplicado por la probabilidad de infección en cada contacto (es el valor esperado de contagios en una unidad de tiempo); que está íntimamente relacionada con el ya conocido factor de reproducción R0 . Resulta que además, los resultados que pueda haber en una simulación son altamente sensibles a ese parámetro beta. Curiosamente, uno de los gráficos que mostré en este muro fue el de cómo variaría el número de muertes en función de beta y varía grandemente. Eso lo puse para tratar de generar consciencia acerca de la influencia que pueden tener todos los factores que afectan a esa tasa de transmisión, incluyendo nuestro comportamiento.

  8. Continúa el profesor Luis Manuel Hernández: "Los modelos matemáticos, si bien generalmente no representan la realidad, son muy útiles porque nos ayudan a entenderla. La falla está en pretender que la realidad es la que se ajusta a tu modelo y no otra, especialmente cuando no tienes el valor de esos parámetros. En el mismo modelo yo puedo poner otro valor de beta, porque me pareció así y obtener otros resultados. Ahora, les voy a describir cómo el documento de la Academia calcula beta para concluir que en la realidad en Venezuela hay muchos más casos: ellos lo establecen de manera dinámica, es decir en función del tiempo, lo cual me parece muy bien y toman los valores de Italia. ¡ITALIA! ¡Evidentemente, la tasa de reproducción del virus les va a dar como la de Italia! Uno de los países con peor manejo de la pandemia, en donde la gente no tomó ninguna medida sino cuando ya había miles de casos. Y si aquí, según el modelo, hay una reproducción de casos igual a la de Italia, debe haber miles de casos no registrados. ¿Ven dónde está la falacia de Peticio principii?".

  9. Plantea además el profesor Luis Manuel Hernández: "Además, muy descuidadamente (o descaradamente) dicen que otros de los parámetros los pusieron "intuitivamente" ¿qué revista científica aceptaría semejante conclusión basada en semejantes suposiciones tan soportadas? Y ni siquiera ponen el valor que pusieron. Además de esto, hay otra falacia implícita: la falacia Ad Verecundiam. Es verdad porque la autoridad lo dice. ¡Es la Academia! Ya yo sabía que las academias andaban mal desde que vi que se iban a reunir para hacer un acto por la beatificación de José Gregorio Hernández, con la ponencia de cardenales y demás. ¡Es el oscurantismo tomando los espacios académicos!".

  10. Y Concluye: "Con esto no pretendo hacer una defensa pública del gobierno, un sub registro de casos hay en todos los países, claro no en la magnitud que nos sugiere la Academia. También creo que el gobierno lo ha hecho bastante bien, sino ya estuviéramos viendo los muertos como se ven en otros países. Creo que la cuarentena debe reforzarse e ir hacia la erradicación. Somos uno de los pocos países que aún tiene el chance. No hay un escenario intermedio a menos que se descubra una vacuna. El escenario de aplanar la curva es IRREAL. Cuando la curva agarre cierto valor va a despegar hasta infectar a un porcentaje alto de la población (todo eso según las simulaciones que he realizado). También creo que puede haber muchos casos asintomáticos (eso lo dicen las simulaciones), que los casos sintomáticos pueden ser sólo la punta del Iceberg, sólo que los asintomáticos tienen una tasa de transmisión mucho menor. Hice y programé un modelo generalizado para representar esto".


 



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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