Mi palabra

Conciencia frente al imperialismo, y el dólar

"Tu estado de ánimo es tu destino".

Heródoto (484 a. C.-425 a. C.)

En cierta ocasión un amigo, mucho mayor que yo, me pidió que lo acompañara a ver un enfermo. Apenas llegamos a donde lo tenían recluido, el compañero se le salió una imprudencia propia de su personalidad; empezó a opinar de la enfermedad, y en medio de la conversación le escuché ¡De eso, mira, se murió un familiar mío! en el preciso instante, cuando se pasaba el dedo índice por cuello, como si, estaba tocando un violín: El silencio en la habitación nos envolvió. Han pasado varios años, el enfermo goza de buena salud, muy pocas veces lo veo; la última vez recordó aquel momento desagradable con el rostro muy serio: ¡El amigo se murió primero!

Este inoportuno momento lo traigo a colación, porque son tantos los mensajes totalmente premeditados –lejos de la ligereza del amigo– desde distintas direcciones con el único objetivo de bajarle la moral, y el estado ánimo a los que se encuentran defendiendo a la patria, que, de haberle prestado atención, hace rato el imperialismo hubiese convertido al país en un verdadero burdel, así, como lo tenían en Cuba, ante de la llegada del Comandante Fidel Castro al Poder. Los más allegados a Trump, despliegan las bocas para profundizar las amenazas, y poco les importa la pandemia porque están acostumbrados atizar la muerte en beneficio propio: razón por la cual, Donald Trump, arremete hasta con la misma OMS, y contabiliza los resultados de la desgracia que vive el mundo de manera anticipada, como si estuviera contando dólares, después de una partida de barajas.

La lucha en nuestro país, se ha convertido en una prueba de resistencia y por lógica el aguante depende de la preparación, y la conciencia para poder enfrentar la cantidad de escribientes desesperados, que, sucumben por diferentes motivos, pero, sobre todo por el poder mediático del imperialismo, el cual hace de la nada: héroes de barro, pero con la protección de un escuadrón al servicio de los más oscuros intereses de la humanidad. Cada momento oímos la pregunta: ¡Por qué no ponen preso a Guaidó? A Guaidó, lo escogieron bajo las más sofisticadas pruebas para una misión: desestabilizar al país. No es cualquier cosa, a pesar de ser un auténtico arrastrado, jolongo, y bobolongo, más la cara que lo ayuda. Se mueve haciendo de las suyas, porque le garantizan cualquier paso, al ser una punta de lanza en medio de la provocación.

¿Cuántas veces hemos oir burlarse de la milicia, incluyendo a personas pobre? Lo hacen con el propósito de bajarle la moral y el ánimo al valiente batallón de combatientes creado por el Comandante Chávez, –ejército del pueblo– siempre dispuesto a entregar la vida por su patria. El proverbio árabe "Un puñado de abejas vale más que un saco de moscas" nos permite sopesar la moral y el estado de ánimo de los milicianos entregados a los más sagrados intereses de la patria. Siria, es uno de los ejemplos más aleccionador ante los ataques y patrañas del imperialismo; han dado muestras de resistencia, y, cada día asombran, a pesar de tener un vecino muy peligro: Israel, con un gobierno y ejército tan sanguinario y fascista, como el de Estados Unidos.

El trabajo sistemático de los enemigos de la patria, es fomentar el escepticismo en la base fundamental del proceso: el pueblo pobre, ese que siempre ha sido explotado y humillado, y ahora con ver la luz de la esperanza, entienden un precepto bíblico: "No solamente de pan vive el hombre" Las incalculables mareas rojas en las grandes ciudades del país, no son fruto de la casualidad, ni producto de la fuerza, ni tarea de arriero, al coincidir millares de personas con cánticos, rostros impregnados por las sonrisas del que ama, por encima del brillo del dinero. Eso, es, consciencia convertida en una impenetrable fuerza, que ahuyenta al más poderoso ejército, aquellos que se despliegan por el mundo con una solo misión: matar por dinero.

La última patraña del imperialismo con el dólar, es precisamente para golpear con saña la moneda venezolana en plena pandemia, cuando de un promedio de 75 a 80 bs F por dólar–casi nos estábamos acostumbrando–lo dispararon a 135 bs F x dólar; un golpe noble para el bolsillo del pueblo trabajador. De esto no dicen nada los desesperados críticos, por consiguiente, le están haciendo un favor al imperialismo. Hablan de la pandemia para criticar al gobierno; la ven, como una manera de aprovecharse para esconder los males, mientras la gente sensata reconoce las medidas implementadas por el gobierno, y de esa manera hacerle un frente a la terrible tragedia que tiene paralizado al mundo.

Este último paso de gigante del imperialismo con el dólar, puede ayudar a reflexionar a muchos opositores, en medio de la tempestad que nos golpea a todos, aunque algunos de ellos emiten datos cargados de cizaña buscando abrirles el paso a los gringos. El caso de Rafael Ramírez, es una muestra de perversidad política, al tratar de marearnos con números y no reconocer el drama en el cual se encuentra la economía de los Estados Unidos: golpeada por la pandemia con números de muertos e infectados aterradores; los depósitos de petróleo abarrotados al bajar el consumo de fuente energía por esta vía; la recesión a la vuelta de la esquina, y de ñapa un Presidente, que solamente se ocupa de Cuba, Venezuela, e Irán, valorando más el poder del dinero, sin importarle para nada el ser humano. Razón tenía Alí Primera, cuando escribió la canción (Coquivacoa) La inocencia no mata al pueblo/pero tampoco lo salva/lo salvará su conciencia/y en eso me ha puesto el alma. La conciencia nos coloca frente a la realidad de la vida.







 



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Narciso Torrealba


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