Rafael Ramírez, pescador en rio revuelto

"La política hace extraños amantes."

Charles Warner

Entre los ataques desquiciados de Donald Trump y sus títeres desesperados, la corrupción desatada y la falta de conciencia de algunos funcionarios, hemos llegado a una situación bastante preocupante, que solamente un valiente guerrero, como Nicolás Maduro, ha tenido la moral, la paciencia y el aguante necesario para saber enfrentar, cuantas tempestades se le han presentado en el camino. Y en todos esos momentos de apremio, nunca han faltado los oportunistas para lanzar el anzuelo y ver que agarran. El más insistente de estos personajes: Rafael Ramírez Carreño.

En estos momentos el gobierno venezolano, se encuentra enfrentando los recios ataques del gobierno estadounidense, que no escampan, desde el mismo momento de ser juramentado por primera vez el comandante Hugo Chávez; sin descuidar por un instante el peligro de la pandemia, que tiene a la humanidad envuelta en amarguras y tristezas. Al asumir Nicolás Maduro, surgió una camada de ex funcionarios del gobierno, convertidos en unas verdaderas sirenas, cuando precisamente al ocupar puestos de importancia, nunca se les oyó una queja, y menos una denuncia. Algunos de ellos, han dado el giro de 180 grados para darse la mano con Guaidó y su combo, sin ningún grado de vergüenza, como es el caso de Rodrigo Cabezas. Otros, se han mantenido a escondidas lanzando los dardos, pero con tanta torpeza, que no logran atinar, porque los argumentos son los mismos utilizados por la oposición, con algunos retoques, como de peluquería al esconder las canas.

Por algo dicen los llaneros en un refrán: "Por la boca muere el pez" aunque la expresión completa, según el académico Julián Marías, es la siguiente: "por la boca muere el pez y el hombre por la palabra". Por eso, se le puede aplicar fácilmente al ex ministro de petróleo Ramírez Carreño, quien, se ha convertido en un desafinado oportunista, tan parecido al dúo (Trump, y Guaidó) a quien solamente le falta, tomar la decisión de Rodrigo Cabezas, pasarse de una vez a lo más rancio del bando opositor; porque en medio de sus ofuscaciones se le están saliendo inventivas al estilo de Delsa Solorzano: "Ni siquiera durante el sabotaje petrolero en el año 2002 el pueblo de Venezuela pudo ser privado de gasolina" Expresión solamente creíble por menores de edad, pero, eso sí, totalmente apolíticos manejados por la oposición.

Así, como nadie se podía imaginar al "flamante" ministro de economía Rodrigo Cabezas, en una marcha de la oposición convocada por el genocida Juan Guaidó–pruebas hay suficientes– en medio de los ataques por salir de Nicolás Maduro. Rafael Ramírez, no ha dado ese paso, porque se encuentra fuera del país, huyéndole a la justicia, pero ganas no le faltan. Lo viene demostrando de manera tan claro, como lo hace Guaidó; todos los males del país se los endosa a Maduro, pero por ninguna parte, aparece una expresión contra Donald Trump, quien viene dando muestras de torpeza, hasta superar a George W. Bush, y parece que uno de sus aventajados discípulos es Ramírez.

Los últimos artículos de Ramírez, lo colocan, como un auténtico vocero de lo más rancio de la oposición venezolana, y del imperialismo por omitir descaradamente todos sus ataques criminales a través de su portavoz Donald Trump. Por ninguna parte cuestiona las medidas coercitivas, y los pedimentos a gritos por más ataques contra la maltrecha economía venezolana. Los boletines petroleros en cadena, son informes sobre la baja del barril de petróleo, y todo el mundo lo sabe por las incidencias en todos los órdenes de la vida nacional. Lo único que le falta, es repetir, una expresión de Trump: "Las medidas no inciden en la economía venezolana" entonces me pregunto: ¿Para qué las aplican?

Todos estos informes petroleros, terminan en un abierto ataque a Maduro, y falta poco para colocar a Trump, como el salvador del mercado ante el desbarajuste de los últimos meses, porque según él, EE. UU, da la ligera impresión de primer consumidor pasó a un país productor, algo tan falso y engañoso al no reconocer que la realidad del momento la impone la pandemia, el cual tiene a los Estados Unidos, económicamente paralizada, y por consiguiente el consumo de los fuentes de energía derivadas del petróleo han disminuido. Lo único que le falta a Rafael Ramírez Carreño, es que nos cuente una de vaqueros, para ver si la pega. Porque el mismo alcalde de New York, acaba de tirarle un strike a Trump: "Tenemos un presidente, y no un rey, y no voy a pelear con él"



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Narciso Torrealba


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