No ahorraron para los tiempos de vacas flacas

Estos turbulentos tiempos de pandemias y cambios económicos drásticos a nivel mundial, que derivan de la volatilidad de los mercados y a su vez de guerras económicas entre los países de más potencial económico y político en el planeta, y que ha hecho que los precios del petróleo se encuentren en sus valores más bajos durante los últimos años, deja en evidencia una consideración que ha puesto en jaque mate a aquellos países menos preparados para enfrentar este tipo de crisis.

Esta consideración está enfocada en la perversa utilización del dinero en épocas de vacas gordas, es este el caso particular de Venezuela y Ecuador. Recordemos los exorbitantes ingresos de estos dos países, en aquellos tiempos del "Boom" petrolero entre los anos 2008 y 2012 en los que los precios del barril de petróleo triplicaron en exceso el precio del barril de petróleo aprobado en el presupuesto fiscal de ambas naciones. En ese sentido, cabe formularnos una pregunta pertinente al caso, ¿dónde están esos excedentes del saldo que quedaba entre el precio del petróleo aprobado en el presupuesto fiscal y el precio efectivamente vendido?

Es necesario resaltar que hace solo unos días el presidente de Ecuador ha tomado medidas económicas de austeridad para responder a la caída estrepitosa del precio del barril de petróleo, por cierto, medidas que los propios ecuatorianos exigían desde hace mucho tiempo. Dentro del paquete de medidas que buscan reducir el gasto público se incluyen, cuatro agencias de regulación y control, cuatro secretarías públicas y cuatro secretarías técnicas, los servidores públicos deben aportar una parte de su salario temporalmente, la eliminación de empresas de medios públicos e incrementos del 0,75 % de las retenciones en la fuente de impuesto a la renta en empresas del sector bancario, petrolero y telecomunicaciones.

En este contexto de caída de precios del petróleo y la presencia de la pandemia mundial COVID-19 en el país, la respuesta del presidente Lenin Moreno es cónsona con la emergencia actual, tomando en consideración la débil capacidad del estado para enfrentar semejante crisis. Caso distinto hubiese resultado, si aquellos excedentes por ingresos petroleros se hubiesen utilizado para reforzar la economía ecuatoriana. Craso error aquel del expresidente Rafel Correa violando el principio fundamental de las finanzas "Si tus ingresos aumentan, no aumentes tus gastos" ese fue el camino a seguir, en aquella abundancia de petrodólares, destinó la mayor parte de esas ganancias al gasto corriente de la nación, en lugar de destinar esos cuantiosos recursos a reforzar las reservas internacionales del país o simplemente crear fondos de ahorro para el futuro. Se estima que en esos cuatro años se percibieron entre 7.500 y 9.000 millones de dólares de los cuales solo queda el recuerdo. Y con esto no quiero decir que el pueblo no debía beneficiarse de esos recursos, si acaso lo percibieron, lo que quiero dar a entender es que es una irresponsabilidad, aumentar los gastos de tal manera que eso conllevara a desbaratar y desaprovechar aquel momento de vacas gordas jamás experimentado por el Ecuador en su historia.

Por otra parte, en Venezuela la situación se da con características similares, pero en una mayor dimensión, cuyo alcance solo vislumbraba un proyecto político que requería exactamente ese nivel de ingresos para ser desbaratados. Menciono que esta situación alcanza una dimensión mayor, no solo porque precisamente los ingresos en el país caribeño hayan sido excesivamente mayores al caso de Ecuador. Lo que hace especial a este caso, es que se pasa de una bonanza petrolera inimaginable, y jamás percibida por algún gobierno venezolano en la historia republicana, a una emergencia económica, social y política que tampoco había sido experimentada.

Y las cifras hablan por sí solas, el PIB del país se redujo a un tercio de lo que era hace diez años, el sistema eléctrico se destruyó a raíz de la falta de inversión y mantenimiento, ameritando unos 60.000 mil millones de dólares para ser reparado, existe actualmente una migración histórica de más de 5 millones de personas, expulsadas por la grave crisis económica y la persecución política.

En ese sentido es pertinente recordar que el gobierno revolucionario a razón de ingresos petroleros anuales percibió un promedio de 56.000 millones de dólares anuales durante largos 17 años de mandato, pero un aspecto curioso según datos aportados por Ecoanalitica es que en ese mismo periodo el gobierno endeudó al país por más de 54.000 millones de dólares, contrayendo compromisos de intereses y capital hasta el año 2027 por más de 92.000 millones dólares. Además de deudas contraídas con Rusia y China, este último con deudas de hasta 65.000 millones pagaderos con barriles de petróleo. Sin duda este resulta ser un caso aún más espantoso, el "Boom petrolero" no solo no se usó para ahorrar para los tiempos de vacas flacas, sino que también quintuplicó la deuda externa del país.

Inconcebible el despilfarro de dinero. Como ejemplo del gasto excesivo, en el año 2012 cuando, pese a que el precio promedio del petróleo venezolano estaba en US$103, el gasto público tuvo un déficit de 17% del Producto Interno Bruto. "Es decir, que Venezuela gastó como si el petróleo hubiera estado en US$197 el barril". El gobierno venezolano dispuso durante muchos años de "recursos extraordinarios", esto es, fondos que no estaban previstos en el presupuesto de la Nación, gracias a una subestimación de los precios del petróleo. Así, por ejemplo, el presupuesto de 2013 se elaboró sobre la base de estimar el precio del petróleo a US$55 por barril, pese a que en 2012 se había ubicado en US$103,42

En resumen, el momento crítico que estas dos naciones están padeciendo, una con más fuerza que la otra, es la consecuencia de la mala administración de los recursos y la falta de previsión y visión a largo plazo. El multimillonario y empresario Carlos Slim, lo expresa de la siguiente forma "Mantener austeridad en tiempos de vacas gordas, esto fortalece, capitaliza y acelera el desarrollo de la empresa, Así mismo evita los amargos ajustes dramáticos en las épocas de crisis", este principio se extiende a las finanzas personales y gubernamentales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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Jiferson Santiago

Contador Público con Maestría en Finanzas. Docente Universitario y Asesor financiero

 jifersonsantiago@gmail.com

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