Esta izquierda y la izquierda trasnochada

Chico, que es el capaz de mi pequeño fundo, tiene su casa, justo al lado de la mía. Somos desde hace 30 años una EPS, cuando aún no existía la Ley Orgánica de Economía Comunal. Chico, suele los viernes en la noche armar su rumba y yo con mi negro me arrimo. Aprovecho (como dicen en la isla) un barro flojo.

Este viernes 25-Oct, mientras lo acompañaba (en un barro flojo) tomándonos unos guatacarazos, Chico dejó oír en su equipo de música, una muy vieja canción: "Sin Corazón en el pecho", que luego me llevó a una reflexión. Una parte de su letra dice así:

Si naciste sin corazón en el pecho

Tú no tienes la culpa de ser así

Tu desdén es la causa de mi tormento

Tu desdén es la causa de mí sufrir

Y aunque sabes que de amor estoy muriendo

Tú no quieres siquiera fijarte en mí

La "izquierda" que gobierna hoy, después de Chávez, nació así, sin corazón en el pecho o tiene, como dice otra canción, un corazón de concreto.

II

Definitivamente, no me cuadra esta falsa e hipócrita unidad y esta no menos cínica "unanimidad", que toma cuerpo en eso que se llama Gran Polo Patriótico. Este supuesto gran polo, es una especie de diablo suelto que se lleva entre sus cacho a la izquierda.

No recuerdo haber visto un consenso tan absurdo, como este que le ha dado vida a una burocracia todo poderosa. Esta "unidad" de la "revolución" de hoy, es una enfermedad, como ayer fue, las casi diarias divisiones en la izquierda.

Alguien estornudaba en la izquierda de ayer, e inmediatamente, otro estaba preparando un libro y asumía de cara a la izquierda, la responsabilidad de una tendencia en el partido que militaba o producía una división, que cada vez era más vacía.

Aparecían formas distintas de ver un problema o situación. Hoy el gobierno, la chamba de 15 y último y la corrupción nos han quitado la posibilidad de ser diversos. En estos momentos y bajo el mando del "obrero", la izquierda prepara su paredón para fusilarse. Un acto valiente, pero que igual, no sirve nada.

Sé que no es correcto decirlo, pero extraño aquellas divisiones y esa izquierda que toda junta no llegaba al 5% histórico. Me sentía libre y sin deuda con la corrupción, que era un frente de batalla para derrotar a la derecha. ¡Era una bandera!

Extraño esta izquierda donde había solvencia MORAL para exigir (por lo menos) una tabla móvil de salario y conste, que la inflación era de una pendejadita.



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Amaranta Rojas


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