Y los etarras ¿qué?

Mucho tiempo llevan los vascos siendo víctimas de la política reaccionaria y colonizadora del Estado español y del Estado francés. Franco –visión falangista del fascismo- penetró al mundo vasco con miles de españoles para despojar a los vascos de su verdadera identidad y hacerlos sentirse españoles a juro y por la fuerza de la costumbre. La lucha del vasco no es por colonizar a España ni a Francia sino por su derecho a la autodeterminación. Esta lucha sigue planteada actualmente salvo que en el mundo se imponga triunfalmente, de manera definitiva, el socialismo, que es el único sistema que rompe y acaba para siempre con las fronteras que separan pueblos en identidades diferentes, y los hermana en la verdadera solidaridad humana para el desarrollo económico-social.

Actualmente se libra en España una batalla política sobre el ofrecimiento de diálogo hecho por ETA. El Partido Popular –expresión del falangismo franquista en este tiempo- ha declarado la guerra al diálogo. El gobierno español –expresión del socialismo monárquico burgués- teme tanto a la reacción del falangismo como a la sinceridad y objetividad del diálogo. La reacción recuerda sus muertos pero se olvida de los miles de vascos que han sido asesinados, torturados, encarcelados y obligados al ostracismo. La reacción exige cobrar por sus dolores, pero se niega a pagar por los dolores causados por su política colonialista y represiva contra los vascos. La reacción plantea rendición total y sometimiento a cadena perpetua de los etarras, pero rechaza cualquier intento de aclarar la política criminal del Estado español contra el pueblo vasco. ¿A eso podría llamarse en algún tiempo de la historia: un diálogo o un acto de fuerza imperialista? La reacción lo que quiere es que el diálogo se guíe por la ley del embudo: lo ancho para ella y lo angosto para los vascos.

Lo anteriormente es necesario decirlo para poder entrar a opinar sobre lo que acontece con los etarras que se encuentran en Venezuela y son solicitados por el gobierno de turno español en extradición. Ningún ser sufrió tanto en el mundo para obtener asilo político como León Trotsky. Todas las democracias capitalistas se lo negaron, salvo la mexicana cuando gobernó el general Lázaro Cárdenas, lo cual se tradujo –en contra de la voluntad del gobierno mexicano- en su derecho a la sepultura.

Estamos en un tiempo en que en el mundo ya no se habla del derecho de asilo, porque el imperio ha creado sus mecanismos para imponerse como juez celestial, juzgar y condenar a todo aquel que no se someta a los dictámenes que aseguren la aplicación de la política de rapiña y colonialismo del imperialismo. Sin embargo, el imperio se siente resguardado para que sus soldados, no importa el número de sus crímenes de lesa humanidad, no sean juzgados por algún Tribunal Internacional que jura y perjura ser aplicador de justa administración de justicia. ¿Acaso con la sola percepción no nos damos cuenta de esa realidad?

El señor Zapatero, en nombre del socialismo que sirve fielmente al capitalismo imperialista, en vez de dar un paso firme hacia el diálogo con los etarras en busca de una salida política concertada al conflicto armado y político que enfrentan al Estado español –en condición de colonizador- y a una gran parte del pueblo vasco –en condición de liberación-, lo que hace es andar persiguiendo vascos, torturando vascos, encarcelando vascos, solicitando extradición de vascos. 

No olvidemos que el socialismo del señor Zapatero, como el falangismo de Aznar, se fundamentan en asegurarle mercado de inversión al capital español en el exterior, es decir, que los grandes monopolios capitalistas españoles encuentren espacios donde garantizar el mayor enriquecimiento posible en el menor tiempo y con la menor inversión posible. Ni el uno ni el otro van a favorecer una política que en verdad se proponga la construcción de un nuevo mundo posible pleno de justicia y libertad. ¿Cómo viviría el imperialismo español sin esclavos ni política de rapiña a la materia prima foránea? Téngase de seguro que el Estado español actual, como lo fue el de la colonia, será un enemigo acérrimo del proceso bolivariano aunque nos venda armas y elogie nuestra democracia. Ninguna razón justifica que se le entreguen los etarras que viven en Venezuela a España. ¿Qué crimen mayor que esclavizar un pueblo y no permitirle el derecho a su autodeterminación? Esto es lo que hace el Estado español con los vascos. Es la verdad política de todas las verdades políticas en España y en el país vasco colonizado.
 
Precisamente, entre los pueblos que requieren de solidaridad para su liberación plena está el vasco como el de Puerto Rico, el de Palestina, el de Haití. ¿Acaso el terrorismo individual de los iraquíes, de los etarras, de los palestinos o de los afganos es más cruel y atroz que el terrorismo de Estado estadounidense, inglés, israelita o el español ejecutado contra el pueblo vasco? ¿Quién debería ser juzgado primero: Aznar y sus acólitos o los etarras? ¿No olvidemos el organismo terrorista que creó el ‘socialista’ Felipe González para cazar y matar etarras como si éstos fueran moscas o cucarachas?

La lucha contra la globalización capitalista salvaje, para lograr crear un mundo nuevo posible, pasa también por la solidaridad revolucionaria con aquellos pueblos que aún siguen siendo víctimas de políticas colonialistas, tal como acontece con el pueblo vasco. ¡No a la entrega de vascos al Estado español! ¡Sí a la solidaridad con los vascos en su lucha por la conquista de su pleno derecho a la autodeterminación!


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Freddy Yépez


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