El regreso de Guaidó: Otra derrota política para el madurismo

Sin duda que una de las grandes debilidades que tiene el madurismo es su pésimo verbo. No sólo desde Maduro, pasando por quienes han ejercido los ministerios – incluyendo los de educación - , y sin obviar a los mal llamados "constituyentes", y por supuesto, los gobernadores, alcaldes y "protectores" que pluralizan el verbo haber en casi todas sus declaraciones, lo cual demuestra el nivel de ignorancia en el habla más simple, sino que ante la falta de credibilidad que tienen en sus distintas declaraciones, sólo les queda la mentira como único argumento para intentar convencer a los pocos incautos que les quedan, en especial, la senectud resentida, y los integrantes de las bandas criminales que conforman los colectivos armados, cuyo jefe Valentín Santana hasta se fotografía con los mencionados líderes maduristas portando sus armas de guerra, y acompañado de asesinos encapuchados.

En efecto, así tenemos que desde 2013 cuando Maduro asumió el poder, cada inicio de año a partir de ese entonces, es decir, desde 2014 hasta este 2019, ha asegurado que acabaría con los problemas económicos, y que Venezuela encontraría la senda del crecimiento y la prosperidad, así como la inflación sería controlada ¿Y cuál ha sido la verdad? Pues, haber llevado al país a una enorme pobreza, cuya inflación se convirtió en hiperinflación al punto que ésta se encuentra en cifras superiores al año de 2.000.000% con tendencia al aumento, así como una emigración que según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU) pasó de 2,3 millones de venezolanos hasta 3,4 millones de connacionales que huyen del desastre madurista, ante un país que carece no sólo de cauces económicos, sino que la violación de derechos humanos se hace presente desde sindicalistas presos hasta militares descontentos, que integran un sinnúmero de detenidos cuyo único delito ha sido protestar por la bazofia política que se genera desde Miraflores.

Ante esta crisis, luego de que Maduro se autojuramentó para un segundo "mandato" ante un ilegal e ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que fue "designado" violando la Constitución por una Asamblea Nacional que había finalizado su ejercicio parlamentario (2010-2015), ha caído virtualmente en desgracia política. No sólo vemos que la mayoría de países de América Latina, así como la Unión Europea, Australia, Japón, Canadá y Estados Unidos lo desconocen como "presidente", sino que en esas condiciones de usurpación, también ha perdido el control de las cuentas bancarias en el exterior de la empresa petrolera, y ni siquiera tiene la posibilidad de emitir bonos de deuda externa porque las grandes corporaciones financieras del mundo, no van a negociar teniendo de por medio inmensas sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump, y menos con quienes han asaltado la república en términos de sus recursos con la impunidad de la corrupción, y la destrucción de Venezuela.

Este escenario político ha colocado a Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional en el reconocimiento de ser el representante político oficial de Venezuela. Por ello, el hecho de que ahora Guaidó se reúna con Jefes de Estado de diversas naciones, más allá de entrar en intemperancias diciendo que es un mampuesto del "imperio", la realidad es que Maduro no ocupa ese lugar en el contexto internacional, es decir, que lo ha perdido, y peor resulta andar con amenazas que al final terminarán de hundirlo mucho más en el espacio geopolítico tanto interno como externo.

Maduro cuando comenzó esta historia intentaron detener a Guaidó en plena autopista hacia La Guaira, y cuando vieron que les salió el tiro por la culata, simplemente desistieron de esa acción, porque no tenían pueblo y además sabían de una posible revuelta popular que no iba a aceptar que ese hecho se pudiera materializar. Ahora, cuando Guaidó ha asegurado que retornará a Venezuela en los próximos días, Maduro se jacta en decir que el líder opositor deberá rendir cuentas a la justicia, o lo que es lo mismo, deberá ir preso.

Por declaraciones de ese tipo es que no me canso en asegurar que el verbo del madurismo es un desastre y revela su nivel de desesperación, y por ello, la afasia en algunas ocasiones es lo mejor. Maduro al decir que meterá preso a Guaidó sabe que tendrá que enfrentar una avalancha de protestas en lo interno, así como una condena prácticamente mundial, que pudiera incluir a sus socios de China y Rusia, y si no lo hace, pues quedará en evidencia que su debilidad política va in crescendo siendo un duro golpe para lo poco que les queda en su reducido número de seguidores maduristas.

Maduro ha perdido el control del país. Los militares están desertando y los que aún están en las filas castrenses, en su mayoría aunque no lo expresen también están en su contra. Al madurismo lo único que le acompaña son criminales de la estirpe de Valentin Santana y la guerrilla desertora de Colombia. Es curioso. Un gobierno que se jacta de ser democrático, lo abandonan militares y recibe guerrilleros y criminales armados que son los que ahora defienden lo que ellos llaman "soberanía".

Tan derrotado está el régimen que hasta el dólar criminal lo venció. Lo venció lo que llaman "guerra económica", y para colmo, el regreso de Guaidó será otra derrota política para el madurismo. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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