Más daño hace en un día un intrigante que cien hombres de bien en un mes (XXXI)

La Batalla de Las Queseras del Medio o Combate de la Mata del Herradero, fue una destacada acción militar llevada a cabo el 2 de abril de 1819 en el actual estado Apure de Venezuela, en la cual la historiografía venezolana dice que el prócer de su independencia, José Antonio Páez, acompañado de 153 lanceros gana la batalla contra 1.200 jinetes de caballería de las fuerzas españolas, siendo la más famosa batalla comandada por Páez y en donde se dicta la famosa frase: "Vuelvan Caras" táctica de contraataque de caballería que simulaba una huida. Esta es la acción guerrillera más extraordinaria ocurrida en el mundo, ejecutada por un venezolano contando con un grupo de llaneros de apureños. Veamos: En su biografía, cuenta el venezolano General José Antonio Páez: "Yo dividí mi gente en dos pequeñas secciones, e hice que Aramendi, encargado de una de ellas, diera frente al español General Pablo Morillo, avanzara, se retirara y sin cesar le hostigase, apoyándolo yo al mismo tiempo con el resto de la gente. Bien se comprenderá ahora que el general español no me perdonara aquella mala pasada que yo le había jugado en sus mismas barbas y que estuviera deseoso de hacérmela pagar con usura. Después le solicité al General Simón Bolívar que si él me permitía pasar el río con un corto número de los míos, yo con mi táctica habitual atraería a los realistas hasta frente al lugar en donde estábamos, y si Bolívar mandaba a emboscar al enemigo en las orillas del río a las compañías de granaderos y cazadores con toda su artillería, podríamos dar un buen golpe a los españoles; pues cuando le tuviéramos en el punto citado, yo cargaría de frente al mismo tiempo que nuestras fuerzas al acecho atacasen de frente. Accedió Bolívar a mis deseos, e inmediatamente con ciento cincuenta hombres crucé el río, y a galope nos dirigimos al campamento de Morillo. Moviose éste para poner en práctica su plan, y nosotros le fuimos entreteniendo con frecuentes cargas y retiradas hasta llevarlo al punto que habíamos señalado para la emboscada. Al llegar allí abrió fuego contra los realistas una compañía de cazadores que estaba allí apostada, pero no con toda la fuerza que yo suponía. Muy apurada era entonces nuestra situación, pues el enemigo nos venía acorralando por ambos costados con su caballería y nos acosaba con el fuego de sus fusiles y cañones, cuando afortunadamente el valeroso comandante Narciso López me brindó la oportunidad de pasar con alguna ventaja a la ofensiva.

Fue el caso que López se adelantó a la infantería con el escuadrón de carabineros que mandaba; en el acto dispuse que el comandante Rondón, uno de aquellos jefes en quienes el valor era costumbre, con veinte hombres lo cargarse a viva lanza y se retirara sin pérdida de tiempo antes que lo cercasen los dos trozos de la caballería enemiga que yo deseaba formasen una sola masa para entonces devolver nosotros y atacarlos de firme. Cargó Rondón con la rapidez del rayo, y López imprudentemente echó pie a tierra con sus carabineros; Rondón le mató alguna gente y pudo efectuar su retirada sin que lograsen cercarlo. Al ver que las dos secciones de caballería no formaban más que una sola masa, para cuyo objeto había ordenado el movimiento a Rondón, mandé a mi gente volver riendas y acometer con el brío y coraje con que sabían hacerlo en los momentos más desesperados. Cuando vi a Rondón recoger tantos laureles en el campo de batalla, no pude menos de exclamar: Bravo, bravísimo comandante. General, me contestó el, aludiendo a una reprensión que yo le había dado después de la carga que le dieron a López pocos días antes, `General, así se baten los hijos del Alto Llano` Todo contribuía a dar a aquel combate un carácter de horrible sublimidad: la noche que se acercaba con sus tinieblas, el polvo que levantaban los caballos de los combatientes de una y otra parte confundiéndose con el humo de la pólvora. La caballería enemiga se puso en fuga; la infantería se salvó echándose sobre el bosque y la artillería dejó sus piezas en el campo, lo cual no pudimos ver por la oscuridad de la noche. Finalmente, mucho antes del amanecer se puso Morillo en retirada para Achaguas. Bolívar con los demás jefes del ejército desde la otra parte del río, había presenciado la refriega. El hecho sucedió en el lugar llamado Las Queseras del Medio, Morillo lo llama en su parte El Herradero y a la batalla la llamó: Vuelvan Caras" Bueno, después de narrar algo de una valentía y estrategia única de guerra retomemos la enumeración de los muchos y sabios pensamientos brotados de la mente de nuestro paisano venezolano Simón Bolívar. Continuemos todavía con los que comienzan por la letra M.

M.

"Mandado el Ejército, Colombia me tendrá siempre en la reserva y el gobierno en la vanguardia"

"Mañana veréis que los colombianos son dignos de pelear al lado de los hijos de Albión"

"Más aborrezco el mando que la muerte, pero todavía aborrezco más la ignominia de la deserción"

"Más cuesta mantener el equilibrio de la Libertad que soportar el peso de la tiranía"

"Más hace en un día un intrigante que cien hombres de bien en un mes"

"Más quiero estar bien con los fanáticos que con los liberales, porque los primeros son intolerantes, y los segundos deben ser tolerantes según sus principios



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José M. Ameliach N.


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