Armando Reverón y la intolerancia política, cultural e histórica

El 10 de Mayo celebramos en nuestro país (Venezuela) el día del Artista Plástico, en homenaje al nacimiento del caraqueño Armando Reverón (1889-1954) al cual conocemos como el Artista de la Luz. Este apelativo tiene una razón de ser nos los explica el crítico de arte e historiadora Lucila Anzola:

"El período blanco en la obra pictórica de armando Reverón es considerado unánimemente el más significativo. La creación de este momento da a conocer una fórmula cromática que fue un aporte de gran valor pictórico en la historia del arte universal, especialmente dentro de las proposiciones post-impresionistas" (1).

Nos ha dejado este venezolano un alto legado sensible, cultural e histórico, que permanece en los museos públicos y en colecciones privadas, y cuyo reconocimiento incluso se ha expresado en representaciones públicas en bustos y estatuas.

La información que recibimos por los medios del derribo en el boulevard de Sabana Grande de una estatua de este gigante de la sensibilidad artística venezolana, nos alarma y nos debe alertar sobre la oscura sombra de la descomposición social que cobra cuerpo en nuestra actual sociedad .El Dr. Báez Finol, psiquiatra que atendió y ayudó a Reverón en algunos momentos difíciles de su vida, ya no está con nosotros, pues sería de mucha ayuda en estos momentos para atender una patología, que esta vez no tiene nada que ver con la grandeza ni la creación, al contrario es una enfermedad social que apunta al descenso, a la degradación, a la nada.

La intolerancia se cultiva, suele haber mucha responsabilidad de los liderazgos políticos, con sus oportunismos, demagogias, ignorancias, fanatismos. Hubo una época que en la Universidad Central de Venezuela (La Casa que vence las sombras) cuando los grupos políticos de cualquier ubicación (¿ilustrados?)Embadurnaban y pintaban consignas en la obra limpia y murales de diversos artistas nacionales y foráneos, malogrando el sentido estético de esa extraordinaria arquitectura e integración de las artes de Carlos Raúl Villanueva.

En el año 2004, se produce el derribo de la estatua de Cristóbal Colon en la Plaza Venezuela, a los gritos de genocida se destruía una representación en bronce, de un personaje que desde hace más de quinientos años está en la historia, independientemente de nuestros pareceres, emociones o profunda posición político-ideológica. La destrucción física del bronce jamás acabaría con el. Pero como la historia no son pedacitos aislados, también el derribo de esa obra "Monumento a Colón en el golfo Triste", conllevaba además un irrespeto al escultor-autor del siglo XIX Rafael de la Cova.

Algunos conversadores sobre historia, piensan que esta debe ser útil, y no quedarse en el regodeo intelectual, en el impacto del presunto saber expresado en el libro o en el artículo, es decir debe ser ciencia y razón, aprendizajes, no solamente creencias y fe.

Partiendo de allí no podemos repetir el genocidio europeo y les cuento: en la década del setenta hablando con unos indígenas en un chabono en la Gran sabana, (Santa Elena) me contaban que las gentes de las ciudades iban a comprarle a ellos por "cuatro lochas", aprovechándose de su hambre, sus bienhechurías desalojándoles luego y colocando cercas de púas con los cuales acababan con la cacería o sea con las pocas proteínas a las cuales podían acceder.

En la segunda mitad del siglo pasado (XX) los indígenas del apure eran masacrados por los hacendados, porque merodeaban y robaban en sus propiedades. Hoy con frecuencia vemos denuncias de nuestros hermanos indígenas del Zulia, sobre asesinatos de sus integrantes. Alguien diría, pero todo ello es incomparable con el genocidio europeo, ciertamente, pero esas muertes individuales, aquí, allá y acullá, a la larga y en el tiempo terminan siendo un gran genocidio de los históricamente originales propietarios O en tal caso copropietarios de estos suelos y estas aguas.

Con las actividades que se están planteando en el arco minero, los activistas contra el genocidio indígena que debemos ser todos los venezolanos hasta por razones del ADN, debemos estar alertas.

En este Siglo XXI, los medios de comunicación escritos y audiovisuales, nos han mostrado la destrucción por los Talibanes de los Colosos de Buda de Bamiyán (Afganistán) joyas del mundo antiguo esculpidos en roca, barbarie ejecutada con el propósito de acabar con las idolatrías. Igual cosa ha ocurrido con los Yihadistas en Palmira (Siria) destruyendo templos y monumentos antiguos, todo lo que significase antiguas civilizaciones y cultura.

Con la desaparición del Estado Soviético, en varias Ex Repúblicas de la antigua unión han derribado numerosas estatuas de Carlos Marx, Engels, Lenin, Stalin y otros, pero no han derribado las venturas y desventuras, ni los aportes políticos y culturales de estos personajes. .

LA REVOLUCION ES CULTURAL

Rafael Castro

    1. Anzola, Lucila/Periodo Blanco, 1925-1934/ En Armando Reverón/Exposición Iconográfica y Documental en el Centenario de su Nacimiento/Galería de Arte Nacional 1989.

Nota; Mi modesto desagravio al Pintor de la Luz, al Arte, a los Artistas Plásticos y a todos los venezolanos y venezolanas que confiamos en la profundas reservas del Ser Nacional.

 

 



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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