Si el pueblo de Venezuela no aplaude a sus bienhechores, es indigno de ser libre, y no lo será jamás (VIII)

Simón Bolívar, el hombre que nos enseñó a los venezolanos a tener una voluntad de hierro para afrontar cualquier dificultad, y que en medio de una hecatombe, en la cual momentáneamente no se le viera salida, no perdiéramos la fe de salir triunfantes. Es más, hemos visto en infinidad de ocasiones el talante de la mayoría de nuestros hermanos, que en los momentos más escabrosos y apremiantes de la vida cotidiana, salen con un chiste, con una mamadera de gallo. Ese es el espíritu festivo, jovial y esperanzador que sobresale en el venezolano y esto nos ha ayudado a ser invencible en las adversidades, puesto que con el ingenio infinito, a todo le conseguimos una salida victoriosa. Pues si, en el maravilloso Discurso de Angostura, Simón Bolívar ante los diputados constituyentistas, el 15 de febrero de 1819, todavía en guerra y luchando contra los conquistadores españoles, le infunde a estos representantes del pueblo un prodigioso ánimo de triunfo y de victoria. Si, ese fue nuestro gran paisano, siempre adelantado y con la visión de gloria ante cualquier acontecimiento. Aquí expondremos otros párrafos de aquella poesía, que en prosa sale del intelecto del más grande hombre de América; Veamos.

"El Senado hereditario como parte del pueblo, participa de sus intereses, de sus sentimientos, y de su espíritu. Por esta causa no se debe presumir que un Senado hereditario se desprenda de los intereses populares, ni olvide sus deberes legislativos. Los Senadores en Roma y los Lores en Londres, han sido las columnas más firmes sobre que se ha fundado el edificio de la libertad política y civil. Estos Senadores serán elegidos, la primera vez, por el Congreso. Los sucesores al Senado llaman la primera atención del Gobierno, que debe educarlos en un colegio especialmente destinado para instruir aquellos tutores y legisladores futuros de la Patria. Aprenderían las artes, las ciencias, y las letras que adornan el espíritu de un hombre público: desde su infancia ellos sabrían a qué carrera la Providencia los destinaba, y desde muy tiernos elevarían su alma a la dignidad que los espera. De ningún modo sería una violación de la igualdad política, la creación de un Senado hereditario no es una nobleza la que pretendo establecer por qué como ha dicho un célebre Republicano, sería destruir a la vez la igualdad y la Libertad. Es un oficio para el cual se deben preparar los candidatos; y es un oficio que exige mucho saber y los medios proporcionados para adquirir su instrucción.

Todo no se debe dejar al acaso y a la ventura en las elecciones: el pueblo se engaña más fácilmente que la naturaleza perfeccionada por el arte; y aunque es verdad que estos senadores no saldrían del seno de las virtudes, también es verdad que saldrían del seno de una educación ilustrada. Por otra parte los Libertadores de Venezuela son acreedores a ocupar siempre un alto rango en la República que les debe su existencia. Creo que la posteridad vería con sentimiento, anonadados los nombres ilustres de sus primeros bienhechores, digo más, es del interés público, es de la gratitud de Venezuela, es del honor Nacional, conservar con gloria hasta la última posteridad una raza de hombres virtuosos, prudentes, y esforzados, que superando todos los obstáculos, han fundado la República a costa de los más heroicos sacrificios. Y si el Pueblo de Venezuela no aplaude la elevación de sus bienhechores, es indigno de ser libre, y no lo será jamás. Un Senado hereditario, repito, será la base fundamental del Poder Legislativo, y por consiguiente, será la base de todo el Gobierno. Igualmente servirá de contrapeso para el Gobierno y para el Pueblo: será una potestad intermedia que embote los tiros que recíprocamente se lanzan estos eternos rivales.

En todas las luchas, la calma de un tercero, viene a ser el órgano de la reconciliación; así el Senado de Venezuela será la traba de este edificio delicado y arte susceptible de impresiones violentas: será el iris que calmará las tempestades y mantendrá la armonía entre los miembros y la cabeza de este ente político. Ningún estímulo podrá adulterar un cuerpo legislativo investido de los primeros honores, dependiente de sí mismo sin temer nada del Pueblo, ni esperar nada del Gobierno: que no tiene otro objeto que el de reprimir todo principio de mal, y propagar todo principio de bien; y que está altamente interesado en la existencia de una Sociedad en la cual participa de sus efectos funestos o favorables. Se ha dicho con demasiada razón que la cámara alta de Inglaterra, es preciosa para la nación, por que ofrece un baluarte a la libertad, y yo añado que el Senado de Venezuela no solo sería un baluarte de la libertad, sino un apoyo para eternizar la República. El Poder Ejecutivo Británico está revestido de toda la autoridad soberana que le pertenece, pero también está circunvalado de una triple línea de diques, barreras, y estacadas. El jefe del Gobierno, pero sus Ministros y Subalternos depende más de las Leyes, que de su autoridad, porque son personalmente responsables, y ni aun la mismas órdenes de la autoridad Real los exime de esta responsabilidad"



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José M. Ameliach N.


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