Mi palabra

¡Ahorre! ¿Cómo?

"Mientras puedas, ahorra

para la vejez y la necesidad,

porque el sol de la mañana

no dura todo el día."

Benjamín Franklin

En la puerta de un supermercado, se encontraban dos mujeres ya entradas en años. Hablaban alegremente con una bolsita en cada mano. Se despidieron mandándoles saludos a sus familiares de manera recíproca; hasta por un perrito preguntó una de ellas. La de aparente menor edad, con abundante cabellera, pintado de un rojo cobrizo muy llamativo, le dio un beso a la amiga y se marchó, no sin antes aconsejarla, como impartiendo una orden ¡tenemos que ahorrar, porque todo está muy caro! La otra se quedó esperando a una compañera, quien se había retrasada en la compra; vio para todos lados, agacho la cabeza contemplando las dos bolsitas con resignación, hablando con la intención de llamar la atención de las personas presentes: ¿Cómo podemos ahorrar, si todo está por las nubes; con la suerte, que ya no compro las toallas sanitarias? Al lado un señor alto y delgado, bien vestido con muestras en el rostro de los años, largo una carcajada, cortando la risotada con unas palabras: "algo es algo, pero yo, ¿cómo ahorro, después de viejo, viviendo con una muchacha?".

El señor, casi confesó el problema donde se metió; al principio parecía una inocentada, pero después se le salieron las ínfulas de "galán" o viejo verde. La mujer con la chispa a flor de labio, le lanzó una que no va olvidar mientras viva, provocando risas entre los presentes: ¡bueno tiene que seguir comprando las toallas sanitarias, y de paso la "famosa" pastillita y después no diga, que es culpa de Maduro!

Todos sabemos lo difícil de ahorrar en estos momentos, mas no imposible. Las ordenes para comprar, las "dan" los medios de comunicación–especialmente la televisión, con su gran poder de penetración– el bombardeo es incesante con mensajes subliminales adelantándose a cualquier fiesta o celebración, para poner a la gran mayoría a soñar despierto, comprando muchas veces cosas innecesarias y las necesarias, sirven para darse cuenta de lo difícil de la situación; motivo por el cual, una amiga, no saca el vehículo, y antes cualquier pregunta relacionada con su decisión, responde: ¡El aceite está muy caro!.

Son muchos los casos, que nos demuestran la poca conciencia para enfrentar la situación económica de nuestro país, nunca comparada a la de Europa (Italia, España, Portugal), donde los emigrantes venidos de esos lugares, regresan, como "turistas" en visitas familiares o en casos definitivos a morir a su tierra de origen, agobiados por el peso de los años o la nostalgia de la tierra amada, cuando los llaman a pasar los últimos días de su existencia en su terruño. Son contados los que hacen nuevamente el papel de "aventureros" agarrando sus corotos, para irse a instalar en su tierra como comerciantes. Saben lo difícil de comenzar a buscar dinero a una edad avanzada, y cuando lo hacen algunos osados, los vemos regresar con la cara destemplada, contando el drama vivido. En Venezuela, la generosidad siempre tiene los brazos abiertos y todavía algunos pueden ahorrar, así sea, con el sacrificio de ver todos los días, el mismo menú en la mesa.

Hablar de ahorro, no es nada nuevo. Son infinidades los pasajes en la biblia, que nos orientan para economizar. Muchos pensadores, han dejado en sus obras verdaderas enseñanzas, sobre esta previsión del ser humano, muchas veces difícil de poner en práctica por varias razones: unos parecen que viven el último día de su vida; gastan lo que tienen, y lo que no tienen también. Otros ganan lo mínimo, para el sustento diario, que apenas les alcanza para las necesidades más elementales, lo que llaman los estudiosos la pobreza crítica. A esto le agregamos los esclavos de la "moda": empezando por los que pasan por el quirófano, y no precisamente en cuestiones de salud; y lo más grave aún los compradores compulsivos, el cual se encuentran en todos los estratos de la sociedad. Parece difícil guardar; sin embargo, tenemos que hacerlo todos los días, aunque sea la esperanza, y los nuevos billeticos de 2; aunque no los quieren, ni los vendedores de helado, así sepan que al día siguiente se convierten en los hechiceros dólares. Pero recuerde, ahorrar tiene su peligro, así reza un pensamiento anónimo: "El ahorro tiene dos enemigos, la inflación y los ladrones" y de estos males, parece que no se escapa nadie, si no es, en la compra, es en la calle un "amigo" de lo ajeno con una arma millonaria, no precisamente adquirida con el ahorro, quitándole lo que usted ha ahorrado, y así, el cuento se ha acabado.



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Narciso Torrealba


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