Los concejales hibernan y salen con los reyes magos

"Escribe que algo queda".

Kotepa Delgado

La nueva geometría del poder, sin duda, le tenía la vista puesta a varias cosas y funcionarios, que son eso, llamado por uno de joven, elefantes blancos. Esto implica que provocan más gastos que beneficios.

Crear el poder popular y, a partir de éste, generar estructuras que permitieran al pueblo administrar recursos y encargarse de resolver los problemas que agobian a las comunidades, era y es una forma de dejar al paquidermo níveo para la simple observación, cercarlo en el zoológico. Pues, pese a que uno se esfuerce, no encontrará motivos para, como los tailandeses adoran a esos mansos animales, sentir lo mismo por estos extraños, insípidos y costosos personajes.

Pero los concejales, parecen pues, en la jerga popular, esos extraños animales sagrados en Tailandia, cuya manutención resulta muy costosa, tanto que según dicen, los reyes de aquel exótico país, cuando un subalterno caía en desgracia, solían regalarle uno, con la obligación para éste de darle cuidados especiales y permitir que quienes quisiesen adorar al paquidermo pudieran hacerlo. Tal compromiso significaba un costo demasiado alto y con frecuencia la ruina de quien aquel "regalo" recibía.

Pero los funcionarios municipales suelen también comportarse como los Reyes Magos. Porque sólo aparecen, se hacen visibles y desfilan en enero. Y este es el mes de cuando Melchor, Gaspar y Baltasar, viniendo desde el lejano oriente, llegan a visitar al recién nacido; también en esos días, aquellos se activan para cuadrar acuerdos de cómo integrar las directivas de los concejos municipales o alcaldías y todo lo que de ello se deriva o por allí chorrea.

Después de cumplido ese ritual y dejar sentada muchas cosas que, pese al disimulo y lo encriptado, no con dificultad salen a la calle, los ediles, como también les llaman, entran en hibernación hasta el próximo enero. En esto parecen osos. Necesitan recuperar energías para volver, al comenzar el año, a batirse con fuerzas por la "noble causa".

Sólo que los reyes magos llegan con las manos llenas; los ediles del cuento, lo que significa no todos, se las llevan llenas, no necesariamente de lo que el lector podría fácilmente pensar, pero por lo menos de esperanzas y promesas de interés personal.

Mientras tanto los males se acumulan, multiplican y la cosa puede descomponerse; las aguas negras corren raudas por las calles, los huecos a éstas se tragan, carros, hasta gente y ésta nunca halla adónde acudir. Al concejal nunca le encuentran, pese a que de lejos, se escuchan los ronquidos. Se violan las normas ambientales y urbanísticas. Terrenos que deberían ser para humanizar la ciudad se venden indiscriminadamente y mañana aparecen dedicados a fines contrarios.

¿Qué relación hay entre la conducta de ellos y algunos resultados electorales? Mucho. Se les puso allí, no para que hibernasen todo el tiempo, sino como voceros de la gente del pueblo. ¡Y se les puso! Generalmente poco se les conoce. De ellos mucho se ignora. Sus nombres, el de dónde vienen y hacia dónde se dirigen. Por esto pues, en la mayoría de los casos, se les puso. De no haberlo hecho así, se hubiesen quedado dormidos para siempre o deambulando como fantasmas con pecados leves pero comprensibles, no en el limbo porque este clausurado fue, pero si en el purgatorio. La mayoría son analfabetas funcionales.

A cambio del favor de transportarles se esperaba que velasen por el bienestar de la gente y menos por sí mismos. Pero, en gran medida, por el fórceps que han portado, sin percatarse de ello, creyeron que sus "obligaciones" eran las mismas que los vivos de antes asumieron. La gente, esa que votó o dejó de hacerlo, lo hizo en parte contra ellos. Y la revolución se ha herido. Y lo fue por un gesto ingenuo, pero explicable, pues nadie debe dudarlo, el pueblo actúa bien cuando a quienes pusieron a servirle, pero se dedicaron a servirse, de alguna forma les castiga.

¿Si muchos de esos funcionarios, en la mayoría de los casos ostentan cargos dirigentes, no entienden la magnitud de la propuesta de cambio, qué puede uno esperar de quienes abajo esperan de ellos el mensaje y el gesto salvador?

Un amigo, hoy en la mañana, al comentarle sobre este asunto, con asombro preguntó, ¿esos personajes existen? No es que no hagan bulla, es que no hacen nada.

Pero el elefante blanco es sagrado. Este nuestro hiberna como un oso, nada ve, siente y menos le conmueve; el pueblo le ve tal como es, pero tiene aquel la rara virtud, quizás por lo sagrado, que adonde apunta el dedo allí se encuentra él. ¡Son vainas de la vieja y vigente geometría del poder!



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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