La cena de Maduro en Turquía puso las sobras en el debate político

No creo, sería demasiado simple mi pensar y hasta imaginación, que esa cena de Maduro en Turquía, publicitada en un video y que aquí ha causado revuelo, sea muy distinta y hasta distante de las habituales familiares y con amigos en el palacio de Miraflores. Un poco de lujo y ceremonia más aquí que allá o la inversa es posible. Incluso, no creo que una cena con Xi Jinping, presidente de China, pues alguna debió brindarle, pudiera estar por debajo en brillo, ese siempre esmerado, discreto lujo y buen gusto propio de los chinos que la registrada en el video. Tampoco creo que Erdogan, presidente turco, con quien Maduro se la lleva de lo más bien, se quede corto en el momento de halagar o ceremoniar a sus amigos visitantes.

Un presidente, más tratándose el de Venezuela, la de antes, digamos de cuarenta años atrás y la de ahora, sin importar como se llame y su posición política, siempre ha estado y está en el interés de cualquier gobernante de otro país y hasta empresa o consorcio. No creo necesario argumentar para justificar lo que estoy diciendo. Pero el recibimiento dado a Maduro por Xi Ping, en lo formal, lo que uno pudo percibir, no difiere del que han sido objeto otros presidentes de países muy importantes o para mejor decirlo, del primer mundo. Eso lo sabe cualquiera que está pendiente de ese tipo de información, en la cual es muy prolífico por cierto Walter Martínez. ¿Qué de extraño hay que el presidente de Venezuela, sin importar nombre y tiempo, sea recibido hasta con boato por el oficialismo del país que visita y por sus empresarios? ¿Es sensato creer que el presidente venezolano tuvo necesidad que sus subalternos y acompañantes organizasen esa cena estando de visita en Turquía, con cuyo gobierno tiene buenas relaciones y están ambos en la búsqueda de negocios?

En esa cena no hay nada extraño, es propio de la época, como que abundan quienes graban cualquier cosa y la ponen en las redes con distintos fines, a veces hasta sin ninguno.

Como que tampoco es extraño haya en Venezuela quien se valga de eso para fundamentar alguna opinión política o simplemente llamar la atención. Más que ocuparse de la cena de Maduro lo que interesa es lo que ella pudo traducirse en bienestar o malestar para los venezolanos. El presidente dijo "Hicimos una parada en Estambul, de Beijing a Estambul, de casi 6 horas de vuelo, allí atendí una invitación para visitar el centro histórico y almorzar con algunas autoridades".

Me parecería más sensato, serio y menos politiquero y pequeño, preguntar y hasta reclamar nos diga con quién o quiénes específicamente se reunió o fueron los anfitriones en esa cena y cuál fue el fin de la misma. Lo contrario es hacerle el juego a quien puso el video en las redes y si es que este tuvo algún propósito político o simplemente es de esos que se ocupan de esas cosas para llamar la atención.

Lo cierto es que hay una categoría de políticos que, habiendo tantos asuntos de fondo que tratar, los eluden y optan por comportarse como si no estuviesen a la altura de las circunstancias. Por ejemplo, el viaje de Maduro a China estivo determinado por asuntos de enorme importancia para el futuro inmediato de Venezuela. Es bien conocido, lo deberían saber quiénes se preocuparon por la cena de Maduro y su costo, que obedeció entre otras cosas a diligencias con un nuevo crédito que ha solicitado, según se ha informado, exclusivamente para aumentar la producción petrolera. Problema este de envergadura y mucha urgencia para Venezuela, dadas las circunstancias que atravesamos. Como también, según se informó, la agenda contiene el tema de la extracción de oro. Es decir, sin necesidad de agregar más nada, tenemos dos asuntos vitales por delante que demandan la vigilancia de los venezolanos.

Sobre el primero de esos dos temas, vale la pena señalar que ya China ha aprobado ese crédito y hasta se dispone a hacer un anticipo de cinco mil millones de dólares. Según lo que se ha informado y lo que uno entresaca de la madeja, China ha puesto tres condiciones. La primera que ese préstamo sea para ese fin únicamente. No le está permitido al gobierno desviarlo para un fin distinto. La segunda condición es, se aumente la extracción de petróleo en el tiempo más breve posible, en un millón de barriles diarios exclusivamente para el mercado chino.

Viejos estudios, desde Charles Darwin, demostraron que los "seres especializados" terminan siendo los más débiles. Y son de esos los países mono productores y mono exportadores. Pero lo son todavía más quienes siendo esas dos cosas, se sujetan a un solo mercado o a uno con las condiciones que pone China. Estamos hablando de la historia política económica de Venezuela de los últimos 100 años y quizás desde su nacimiento como nacióin. No sé exactamente si mi planteamiento tiene sensatez, fundamento o no, pero este debe ser un asunto a debatir y no lo de la cena, lo que comió Maduro y lo que fumó. Quizás sí interese y mucho para qué y con quién fue ese convite.

El otro asunto es el del oro. El venezolano, sobre todo quienes suelen opinar por los medios, no deben olvidar que pocos meses atrás, el presidente Maduro, porque fue él y no otro, anunció al país, como siempre, en cadena de radio y televisión, la firma de un convenio con una empresa canadiense que debió empezar a explotar una inmensa mina ahora en septiembre. De aquel anuncio para acá, nada de eso se ha vuelto hablar y no es del conocimiento público si ese proyecto está en marcha o se quedó en el aparato o, como los tantos motores de Maduro, se fundió al nacer. Y esto viene a cuento por lo que dijimos arriba, Maduro fue a China, según dijo el mismo en unos de los discursos pronunciados allá, a hablar o convenir acerca de la explotación de otra u otras minas de oro.

El país merece saber si se trata de un convenio que nacería en virtud que el firmado con los canadienses fracasó o es otro. En cuyo caso deberíamos discutir acerca de la conveniencia al interés nacional de volver a poner el centro de nuestra atención y esfuerzo en la minería o el rentismo minero, con los agravantes ecológicos que eso implica y el retorno a la vieja política de atarnos al capital internacional, sin importar su origen, en la misma condición de debilidad. Ya hemos hablado de la excesiva dedicación que tendremos ahora en adelante en producir petróleo para China.

Menos mal que hay personas despiertas como Manuel Sutherland, quien saliéndose del rebaño como dijese Renny Ottolina, opinó:

"La cuestión es que Venezuela está creando una dependencia muy importante con el gigante asiático y prácticamente no tiene otra alternativa ante las sanciones del presidente de EUU, Donald Trump.

Y agregó algo muy importante, sobre lo que nosotros, sin ser ningunos académicos, antes hemos dicho más o menos lo mismo en varias entregas: "China es la única nación que está dispuesta a hacer negociaciones abiertas y a romper las sanciones de EEUU. Venezuela lamentablemente está en una situación de necesidad extrema en la que los prestamistas ponen condiciones muy duras y leoninas". https://www.aporrea.org/actualidad/n331612.html

Si se trata de un intento de no sólo "recuperar la salud" o, para mejor decirlo, de prolongar la agonía, que no es por esencia la crisis, de nuestra economía, el viaje a China y la estadía en Turquía o en el mejor de los casos, según el lado que uno se acueste, comenzar a crear eso que Maduro llama la "Venezuela Potencia", deberíamos estar debatiendo sobre estas cosas y no sobre lo que comió, a cuánto alcanzó la cuenta y quién la pagó. Ya el chef, o mesonero turco, uno no sabe si es uno u otro, se ganó el crédito al poner el video en las redes. Dejemos que las sobras las tiren a la basura de aquel restaurante.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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