La impotencia ante los precios

"No podemos asumir las posiciones o actitudes del clásico poder constituido.

Se equivoca el representante que se crea dueño de todo, ¡el dueño de todo es el pueblo venezolano!".

Hugo Rafael Chávez Frías

A medida que transcurre el tiempo los embates de la guerra económica han ido causando estragos en la población venezolana la cual estoicamente ha soportado con valor, pero ya comienza a mostrar cansancio y podemos ver las consecuencias de su constante resistencia.

Los misiles disparados contra el pueblo venezolano han logrado perforar parte de su vida cotidiana y las reservas morales y económicas acusan sus efectos, los cuales apuntan a la destrucción de la Revolución Bolivariana y a su principal representante, el Presidente Nicolás Maduro Moros.

Ante el acoso de una hiperinflación inducida y el desbordamiento del cauce económico, en un mercado asfixiado por los precios exorbitantes que destruyen el poder adquisitivo de los venezolanos, el Gobierno ha reaccionado con cautela a pesar de que el límite ha sido alcanzado y el pueblo reclama una acción y una respuesta contundente por parte del Estado venezolano.

Un refrán popular dice "tanto va el cántaro al rio que por fin se revienta". Este hecho no ha tocado su piso en Venezuela pero ha encontrado respuestas variadas en el pueblo, ante el acoso y el ataque despiadado de una "mano peluda" que no es precisamente la mano invisible del mercado.

Los estrategas y artífices de una economía neoliberal sólo han estimulado los resortes de su siembra los cuales se han encontrado con los cimientos y la siembra del Comandante Hugo Chávez, quien cambió para siempre los parámetros de la sociedad venezolana.

El ataque que esconde la estrategia del imperio norteamericano, una y mil veces probada con éxito en otras latitudes, se ha encontrado con un muro infranqueable en la Patria de Bolívar. Una Patria que ha resucitado los valores y las raíces de un bravo pueblo, quien encontró su libertad en Carabobo y su eterna proyección en la epopeya heroica de la Patria Grande Latinoamericana.

El pueblo llano, si bien ha recibido soluciones y respuesta del gobierno revolucionario con sus Misiones, aumentos de sueldos periódicos y bonos compensatorios para paliar la crisis que nos afecta, ya reclama un poco más allá de los paliativos, una solución definitiva.

Se trata de la garantía para el buen vivir consagrada en la Constitución Bolivariana y una estable economía, que mantenga el equilibrio de su bolsillo y brinde una solución real a la hora de adquirir la cesta básica de alimentos, así como los demás bienes de consumo indispensables para el sustento de una familia promedio de la sociedad venezolana.

Si en algo está claro el pueblo luego de su marcado sacrificio es en el hecho de determinar las verdaderas causas de su maltrato, a expensas de mantener su indeclinable fervor y entrega por la causa revolucionaria y la Revolución, instaurada en nuestro país con la llegada del Comandante Hugo Chávez y la Constitución de 1999.

A las puertas del IV Congreso del Partido Socialista de Venezuela y con la presencia activa de una Asamblea Nacional Constituyente como solución política del pueblo ante los ataques en su camino revolucionario; ya la suerte está echada y no hay vuelta atrás.

No hay excusas para el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro, así lo acusen de dictador, para tomar medidas efectivas y definitivas ante la guerra económica que nos destruye y nos angustia.

Diagnósticos a todos los niveles sobran y respuestas para el enemigo o la mano peluda del imperio, ya están bien claras y definidas.

No debemos esperar más tiempo para decidir y tomar las medidas que haya que tomar desde el Estado y el Gobierno para acabar con los artífices y operadores de la guerra económica. El deterioro y los estragos causados son irreparables y se ha dejado pasar mucho tiempo, por lo que llegó la hora de actuar con justicia e inmediatez.

Hechos lamentables como el éxodo masivo de muchos venezolanos, formados y capacitados por el Estado, es un acontecimiento que hemos podido evitar. Los malos ejemplos y la falta de severas políticas anti corrupción, nos hace más que cómplices o culpables indirectos de una situación que con nuestra indiferencia hemos permitido en nuestro país.

La autocrítica a "calzón quitao" es necesaria. Están en puerta los debates y discusiones sobre el tema y hechos que nos hacen reflexionar y a la vez nos exigen, por encima de ello (IV Congreso del Partido Socialista de Venezuela), soluciones inmediatas por parte del Estado venezolano quien también ha salido afectado.

No es la indiferencia quien nos ha conducido a la impotencia sino la preocupación de cómo enfrentar el inclemente e implacable ataque de los precios, hecho que ha afectado a toda la sociedad venezolana. En cadena nos estamos destruyendo nosotros mismos mientras el enemigo interno y externo, se ríe ante nuestras narices.

Ya basta de diagnósticos y debates estériles. Existen muchas soluciones y proyectos macro económicos elevados a altos niveles del Estado y a las manos del Presidente Nicolás Maduro, quien no debe esperar sino actuar inmediatamente.

Entendemos su capacidad y liderazgo para enfrentar la actual situación, la cual nos agobia, porque "no es cualquier concha de ajo". La Revolución exige respuestas inmediatas y políticas implacables contra los operadores de la guerra económica, los gérmenes de la extorción, la especulación y el saqueo del bolsillo de los venezolanos.

Los enemigos, ladrones y saqueadores de nuestra sociedad ya están identificados. El Estado no debe seguir alimentando a través de divisas a los mafiosos empresarios, a los vestidos de rojo rojito o de verde oliva, quienes se han convertido en nuestros propios verdugos.

Si no buscamos una solución inmediata para frenar la guerra económica está nos seguirá destrozando y consumiendo ante nuestra propia impotencia, mientras el Estado venezolano siga mirándose el ombligo y esperando un no sé qué para actuar.

El propio pueblo tiene la solución, sólo hay que organizarlo y orientarlo para poder enfrentar y acabar con sus enemigos, quienes ya están identificados. No es necesaria una cacería de brujas, porque para ello tenemos las leyes y sólo hay que aplicarlas bajo el espíritu de nuestra Constitución Bolivariana…

¡Amanecerá y veremos!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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