Crítica ácida

Disimulocracia representativa y violenta, en apuros

A escasos 10 días de las elecciones del 20 de mayo 2018, desde el palacio presidencial venezolano hubo un gamelotal AD-COPEI, que aparte de vaciedad conceptual, desmonta acusaciones sobre una promocionada "dictadura de Maduro". Oooootra noticia-prueba de evidente legalidad y acatamiento lógico a la realidad, por la actitud prudente del reelecto Presidente, Nicolás Maduro Moros. Se acrisola el mandato de más de 6 millones de votantes, 47 % de los sufragios válidos emitidos, auditados, aceptados y firmadas las auditorías por representantes de partidos políticos de oposición y gobierno, más la veeduría internacional, es decir, observadores extranjeros calificados.

La presencia en Miraflores de los cuatro Gobernadores adecopeyanos, la abanderó quien posiblemente lancen de candidata nacional, la actual primera mandataria tachirense Laidy, en discurso sibilinamente amenazador, similar a los de María Violencia de apellido "manchado" , tratando de captar simpatías como sea, porque creen que la mentalidad política del país sigue en la ignorancia anterior a 1999, sin percatarse lo mucho que realmente hemos avanzado gracias a Hugo Chávez. El advenimiento del socialismo siglo XXI, es adversado con rabia infeliz mal calculada, sin rechazar por jefes opositores, los ataques despiadados foráneos injerencistas contra la patria toda.

El desafuero y la ilegalidad de medidas internacionales contra nuestra patria, es tema bajo estudio de lo que no debe hacerse en política, cuando se declara practicar y defender la democracia pero se actúa peor que en las dictaduras. Los gobiernos que sancionan a Venezuela y nuestra gente con medidas nazifascistas, hacen campañas para convencer al globo terráqueo que en el socialismo venezolano Siglo XXI vivimos violación permanente de derechos humanos, pese a efectuar elecciones numerosas, concede beneficios procesales a políticos que estaban tras las rejas por actos terroristas o de delincuencia destructiva, y dio libertad plena a un espía estadounidense, devuelto a su tierra para evitar que la derecha lo asesinara, y decirle al mundo utilizando medios de agitación social, que lo mataron en las mazmorras de la "dictadura" suramericana socialista.



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Luis Sánchez Ibarra


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