Esta semana que recién culminó se armó un escándalo porque el pdte maduro se refirió a una verdad del tamaño de este planeta: la cantidad de personas capacitadas que para sobrevivir en el exterior están haciendo oficios cuya capacitación requerida es mucho menor. Maduro, dirigiéndose a un grupo de jóvenes dijo: "Sé de muchos venezolanos que la propaganda en contra de nuestro país les llego a la mente se fueron están arrepentidos, no saben cuanta gente está lavando pocetas en Miami, ¿tú te irías a lavar pocetas a Miami, tú te irías de tu patria amada?, no yo no me iría jamás, eso sí, todo aquel venezolano que se fue al exterior, producto de una falsa ilusión o producto de una esperanza que tenía que regresar tiene mis manos para que regrese a Venezuela". Eso fue lo que el tipo dijo.
Honestamente pueden acusarme de querer jalarle bolas al carajo, pero siendo realmente objetivos, no veo un ápice de sarcasmo, ironía, o burla en las palabras que dijo; de hecho no es falso que muchos venezolanos que estudiaron GRATIS en Venezuela y salieron del país, están ejerciendo oficios que no requieren una capacitación especializada en los lugares donde decidieron establecerse, (algunos mantienen la vaga esperanza de que algún día puedan ejercer su profesión); o porque simplemente "es lo que hay" en esos países a donde han decidido irse. No obstante, el comentario presidencial generó una inexplicable ola de repudio no sé si por varias cuestiones que me voy a permitir ventilar aquí:
- Toda expresión vertida por un dirigente del chavismo, o de alguien identificado con este sector político sea cierto o no, objetivo o no, genera automáticamente y sin ningún tipo de examen, la condena mediática más severa. Sin embargo, hace un par de meses Julio Borges, (ese que lleva como 5 meses fuera del país suplicando sanciones contra TODOS los venezolanos), se refirió a la emigración como una "ENFERMEDAD CONTAGIOSA", porque "la emigración venezolana ha llevado crimen organizado, militarismo, paramilitarismo, tráfico de drogas y terrorismo"; estas fueron las palabras que dijo este diputado viajero, y sobre lo cual se infiere entonces que los emigrantes venezolanos, son una parranda de malandros, narcotraficantes, terroristas, pervertidos y probablemente putas; pero nadie en el planeta se indignó por eso. Recalco este hecho para demostrar cómo una vez más los medios de comunicaciones privados nacionales e internacionales tergiversan y manipulan la información.
- Pero las reacciones también fueron para sorprenderse: las palabras de maduro sirvieron para que algunos venezolanos ofendidos por la verdad, salieran al paso a decir que "yo como médico lavando pocetas gano más que lo que gana un médico en Venezuela" Y ciertamente eso también es verdad, sin embargo las personas que hacen comentarios de ese tipo se habrán dado cuento que ellos allá, siendo médicos, abogados, contadores o técnicos en algún área específica jamás ganarán lo que gana un profesional en el país donde están lavando pocetas? Ni mucho menos tendrán el estatus que un profesional posee dentro del país donde decidieron emigrar.
- También me doy cuenta que ese "gano más" es gracias a la aberrante manipulación del tipo de cambio del bolívar con respecto al dólar. Paradójicamente muchos de quienes andan indignados por las palabras del presidente probablemente también sean entusiastas y convencidos partidarios de la dolarización de Venezuela. Habrán calibrado que esa dolarización eliminaría ese diferencial cambiario con el cual ellos (o sus familiares que permanecen en el país), hoy pueden obtener una absurda cantidad de bolivares para comprar cualquier cosa dentro de Venezuela? Es decir, ese "poder adquisitivo" simplemente se extinguiría.
- La emigración a otro país y la nueva situación, ha obligado que muchos venezolanos terminaran por darse cuenta que ser aseador, chofer, vendedor ambulante, mesonero u otro oficio afín, es un trabajo digno, cuando aquí en Venezuela abominaron de oficios como esos.
- Finalmente hay que reconocer también que la emigración venezolana está sujeta a sufrimientos como el desapego, la discriminación, en ocasiones el racismo y casi siempre la degradación laboral por cuestiones de papeles, pero también muchos desafortunadamente terminan engrosando el ejército laboral alimentado por una masa sumisa, voluntaria, obediente, explotada y paradójicamente comprometida con los que se aprovechan de su situación fuera de Venezuela.
Parafraseando al pana F. Vielma, la migración, como decisión unilateral o como fenómeno social , siempre tenderá a verse desde diferentes ópticas, cada quien es libre de escoger o formarse la suya, sin embargo, ha servido para manipular a la opinión pública y en alguna medida para servir a los intereses de quienes se aprovechan de los esfuerzos que puedan aportar los venezolanos que están en el exterior, y de quienes pretenden sacar algún dividendo político dentro de Venezuela. Habrá también quienes por matemáticas cambiarias asumen que lavar pocetas es un buen negocio o estilo de vida, y quienes aún a pesar de tanto peo, vemos a nuestro país como un espacio de oportunidades.