Miguel Rodríguez Torres y Los Jalabolinger

Miguel Rodríguez Torres mientras era ministro aplaudió todo lo que hacía el gobierno nacional, al punto de que la oposición lo culpa por presuntamente ordenar la eliminación de decenas de terroristas guarimberos. Pero ahora sín cargo, Miguel habla barbaridades y conspira contra Maduro. Da lástima pero lo cierto es que los adulantes de hoy serán los peores traidores de mañana, así lo refleja la historia.

Miguel tiene opinadores que son sus defensores, se les puede llamar los Jalabolinger, personajes que también tuvieron su época de privilegios en la sección VIP de la revolución bolivariana, sobre todo mediáticamente pero que hoy estando margindas por el petro Estado, salen del clóset ideológico y hablan públicamente como furibundos antimadurista en Twitter y TV.

Pudiera dar más detalles de personajes pero cualquiera me acusaría de discriminación, ofensa o difamación; sin embargo he sido yo la mayor víctima de tales delitos pues decenas de veces se ha publicado que tengo nexos con la CIA, el gobierno de EEUU y su embajada con fines de dañar a mi país. Hoy pregunto: ¿esos articulistas presentaron pruebas? Es el precio que pago por ser un marxista que estudió en EEUU y ser profesor de inglés con acento gringo al hablar ese idioma (como todo el que lo aprende siendo niño).

Dejo aquí mi mensaje es transmitido por VTV al gobierno gringo. Saque ud sus conclusiones: https://youtu.be/3N4xBct9d9w

Como prueba de que un notorio trato desigual dentro del propio chavismo, hay odio y veto contra quien es revolucionario honesto pero no jala, en mi caso malas lenguas de atrincherados en puestos de poder dicen todavía que yo he escrito mas críticas al gobierno que cosas a favor y que "coqueteo" con la derecha imperial, jajajaja, es una inmensa mentira para justificar veto mediático injusto contra mí. Más bien yo puedo decir que debato con quien sea todo lo que he escrito y dicho como marxista de toda la vida porque he hecho observaciones constructivas y científicas siempre.

Pero a diferencia de mi persona que me he mantenido chavista por la calle del medio y sin adular a nadie, otros personajes al principio fueron focas que recibieron premios y cargos pero al no seguir la premiación hoy son famosos traidores.

¿Y quién no conoce a las focas? Simpáticos mamíferos del mar que en el circo han hecho fama por los aplausos que producen con sus vistosas aletas en respuesta a las morisquetas de sus poco talentosos domadores.

La sátira popular, en señal de pena ajena y considerable desprecio, compara con estos inocentes animales a las personas que, desde la posición de subalternos, celebran con vergonzante adulancia y falsedad los peores errores y momento de ceguera de jefes o patrones, es decir el aplauso de las focas manipula peligrosamente el ego de los amos del circo y los aparta de la realidad.

Las focas humanas abundan en la sociedad cuando la dignidad del hombre es erosionada por el instinto reptil del enriquecimiento fácil o la preservación del privilegio a cualquier precio.

A mitad del siglo pasado, cuando Stalin conducía los destinos del pueblo soviético, un rígido anillo de aduladores elogiaba efusivamente todo lo bueno y lo malo que hacía el mítico dirigente. Sin embargo, poco tiempo tras su muerte, Kruschev y las demás focas que por décadas promovieron el culto a la personalidad, satanizaron su severidad y los juicios de purga, en un acto de sorprendente traición. En lo que fue el mayor salto de talanquera de la historia política, nunca más los antiguos estalinistas alabaron su papel en el triunfo contra el nazismo, ni los logros económicos, sociales y culturales que ellos mismos atribuían al padre del socialismo real.

El espectáculo circense de estos animales raros suele intensificarse en los tiempos de crisis donde lo más urgente es la crítica constructiva para salvar al pueblo del hundimiento total.

Ciertamente, mientras puedan usufructuar el poder, las focas complacerán al amo sin preguntar y procurarán aislarlo de modo tal que no pueda escuchar nítidamente las advertencias ásperas pero sabias que sólo los hombres honestos y desinteresados pueden brindar. La calumnia será el arma favorita contra todo aquel hombre que gallardamente intente abrirle los ojos al dirigente de las masas. Cada día el rígido anillo de aduladores será más impenetrable.

Pero recordemos: no todo el que nos aplaude es nuestro amigo, ni todo el que discrepa es nuestro enemigo, porque la sociedad es dialéctica.

De allí que no vacilo en alertar que el aplauso fácil jamás será el que enrumbe al país hacia su mejor destino. Cuando las focas aplauden, vamos mal.

 

 

 

 

 

 

 



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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