Chávez, un sentimiento indescriptible…

"Los únicos que están lo suficientemente locos para pensar que pueden cambiar al mundo, son los que lo hacen"

ANONIMO

"Camarita, camarita… parece que hubiese sido ayer que teníamos al eterno gigante Hugo Rafael entre nosotros y no que hayan pasado ya cinco años de su desaparición física. Y le digo ‘física’, porque la mayor parte de la gente de buenos sentimientos lo llevamos sembrado en nuestros corazones. ¿Recuerda cuando lo conocimos en el hotel Gran Delicias, aquí en Maracaibo? ¿Recuerda ese acto en el que estaban presentes algunos simpatizantes y seguidores, y quienes estaban en el estrado? ¿Cómo era que se llamaba el asistente que tenía?... Ah, sí, el teniente Andrade. Quién diría que desde entonces estaríamos al lado de su pensar político y que formaríamos parte de su gran proyecto de transformación del país. ¿Recuerda el acto de graduación de técnicos industriales en el Alianza, que usted logró que apadrinase y al que asistieron unas diez mil personas? Todavía tengo fotos de ese evento, pero sólo las que semanas después nos autografió. Déjeme decirle que mirarle a los ojos, mientras nos hablaba, permitió conocer la sinceridad de sus palabras y la bondad de su corazón, cualidades que los opositores nunca pudieron reconocerle. De ahí, al día que fue juramentado como presidente, corrió agua bajo el puente, pero su espíritu seguía siendo el de un hombre noble y bueno, y de ideas firmes. Recuerdo el día de su juramento ante la ‘moribunda Constitución’ y sus palabras: ‘Yo seré el Presidente de Venezuela, pero quién mandará será el pueblo’. El ha sido el ‘elemento cohesivo’, del que hablara Gramsci en su Príncipe Moderno, para este proceso revolucionario que estamos viviendo y que debe ser uno de los pasos en la transición hacia el ‘Socialismo del Siglo XXI’ y el noble y bravo pueblo venezolano ha sido el elemento masivo. De lo que hemos carecido ha sido del ‘elemento intermedio’ porque a pesar de tanta recomendación de Hugo, hemos fallado en la ‘formación’ de los cuadros necesarios para darle continuidad a su proyecto. ¿Acaso usted llegó a pensar que ese hombre que teníamos frente a nosotros iba a ser universal en pocos años? El ‘militarcito’, como lo llamaba Miquilena en sus reuniones clandestinas, les salió respondón y aprendió rápido, pero sobre todo, no se dejó manipular ni chantajear por quienes se creían los ‘sabelotodo’. Camarita… hablar de Hugo Rafael, hoy en día, es hablar de un gigante que dedicó a la solidaridad un lugar de honor, respetado y amado por pueblos del mundo, algo que muchos quieren imitar sin lograrlo por tener sus corazones llenos de odio y rencor."

¡Qué se puede decir del eterno Hugo Rafael Chávez Frías que no se haya dicho! Hablar del hombre, del padre, del esposo, del presidente, debiera ser la tarea más fácil del mundo sobre todo cuando existe tanta información en los medios digitales, a favor y en contra. Sin embargo, esta última ha tratado de borrarlo de la memoria y sacarlo del corazón de los pueblos con infamias y acusaciones tiradas de los pelos. No le perdonan que jamás pudieron vencerle en vida y eso les alborota la hiel, así como les saca de quicio que todos recordemos que fue el primer mandatario latinoamericano que se expresó sin miedo, en un discurso en la Naciones Unidas, contra el imperio norteamericano con su famosa frase "Por aquí pasó el diablo… todavía huele a azufre" para referirse al entonces presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, George Bush. Creo que todos los venezolanos debiéramos releer ese discurso para entender por qué los pueblos del mundo comenzaron a admirarlo y a apoyarlo.

Pero en una fecha como hoy, escuchamos en cada conversación que nuestro gigante se convirtió en pueblo, como lo extrañan, como les hace falta, como el amor que le tienen les sale del alma, "rodilla en tierra viviremos y venceremos", repiten sus dichos y frases cuando son pertinentes, hablan de lealtad y solidaridad no sólo para con lo criollo sino para con los países hermanos del mundo. Recuerdan anécdotas de personas ayudadas por su gobierno, en especial de la Gran Misión Milagro. Y al escuálido que quiera hablar mal del comandante le dan un para’o con aquello de que "aquí no se habla mal de Chávez". Y hasta los "rojos rojitos con el barril de petróleo a $100", esos que se dicen más chavistas que Chávez pero que en realidad son rosados, se tienen que quedar callados, sobretodo si su llantén es porque no "los han puesto donde hay".

Algo que se debe resaltar y que muchos, al hablar del Gigante olvidan o desconocen, es la influencia que personas en su entorno general pudieron tener sobre él, sin que por eso podamos decir que lo "manejaron". Su amistad con Alfredo Maneiro le dejó buenas enseñanzas que desarrolló con buen tino. Otra, como la de Miquilena, dejó el sabor amargo de la traición. Y el corazón de Hugo era tan grande que hasta la traición la perdonaba, y les tendía su mano en señal de amistad y cariño. Hugo leía mucho por su afán de formarse a fondo. De ahí sus etapas; Robinson, Nietzsche, Gramsci y otros le dejaron enseñanzas de la política en letras mayúsculas. Los que lo adversaban no sabían la biblioteca que el Gigante tenía en su cabeza bajo la premisa de que tema que le interesaba, tema que estudiaba, para que nadie le cayera a cobas.

Yo me siento orgulloso de haber vivido en la época de Chávez y de haberlo conocido. Seres como ese son resplandecientes porque generan luz, que es muy diferente a reflejarla, luz que le abrió el entendimiento al pueblo para conocer su Constitución, esa en la que están impresos en blanco y negro todos los derechos y deberes de quienes tenemos el honor de llamarnos VENEZOLANOS. También despertó sentimientos patrios que estaban aletargados, nos volvió a ser visibles y nos devolvió la identidad nacional. Ah, y nos restituyó los derechos económicos que estuvieron suspendidos durante todo el período de Rafael Caldera. Como ven y ya lo dije; ¿qué decir de Hugo que no se haya dicho? Sólo me queda decir que Chávez se convirtió en un pueblo amoroso, a pesar de que algunos no tienen dentro de sí nada de él porque para esa gente el amor es una enfermedad en su mundo de odio.



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Luis Semprún Jurado

Profesional, productor audiovisual, co-productor y co-moderador del programa radial El Ojo de la Ciudad en Maracaibo, estado Zulia

 luissemp2003@gmail.com      @luissemp

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