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Engatillar el populismo en nuestra conciencia revolucionaria

La condición histórica del país, exige una etapa más profunda de recuperación y es necesario una reapertura del aprendizaje interactivo de nuestra realidad para ampliar la rebeldía de los movimientos sociales y neutralizar la acción de los infiltrados que hacen su trabajo en los sectores populares con el único fin de gobernar bajo un autoritarismo falangista. Ganar unas elecciones, como ha sucedido en los últimos tres momentos, no implica tener una mayoría que arropa los sectores populares del país. Hay una derrota que alimenta los núcleos subversivos del país y tiene su representación en los Consejos Comunales y le sirve de soporte político al falangismo inducido que se refleja en la economía del Estado, algunos militantes no se acoplan a la estructura política de la izquierda venezolana, menos al Proyecto Bolivariano.

Nos olvidamos de Grecia, (Atenas), e Italia, (Roma), considerados como los constructores de la civilización y la cultura universal. Al inicio, los pueblos colonizados por Europa, los suramericanos en particular partieron en la era del siglo XVI con la expansión colonial del Capitalismo naciente que arropó los pueblos organizados en imperios, señoríos, cacicazgos y confederaciones y bajo el tutelaje de la Iglesia Católica fueron reducidos a misiones espaciales, pero enmarcados en una Misión religiosa que, en realidad, reflejaba una posición plana de carácter temporal y sin historia por la carencia de conciencia política.

Todavía, Suramérica convive en un desorden civil, a pesar de las cinco leyes comunales reflejadas por el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías en su proyecto originario. Pasará, mucho tiempo para proyectar una nueva imagen de independencia y, hasta los momentos, nuestra revolución ha sido solo militar y no civil, poco, hemos aprendido a gobernar y conocer las teorías políticas y culturales presentes en toda sociedad, más allá, es perturbaste tener una disciplina partidista, como la expuesta en primer lugar por Alfredo Maneiro y los matanceros, luego por el presidente, Hugo Chávez Frías.

El populismo, ha resultado aterrador en América Latina. Hay una relación lineal contradictoria que actúa a través de diferencias estigmatizadas y que en nuestra imaginación proyecta una continuidad de propósitos y que aborda nuevas situaciones bajo la dirección de un movimiento desconocedor de esta nueva situación dialéctica, hoy, los movimientos sociales se trabajan políticamente bajo el espectro de un espacio y una coyuntura histórica y la mayoría de los venezolanos, solo están acostumbrados al territorio donde residen, pero, nunca están sujetos al tejido de cambios cuantitativos que sirve de soporte a la aparición de nuevas cualidades sociales.

Hay una receta neoliberal entre nosotros, poco, tenemos conciencia ideológica, somos regidos por una emoción y cada día, sentimos esa tuerca neoliberal, el populismo quebranta la unidad de lucha y poco avanzamos en el sentimiento revolucionario de Alfredo Maneiro y Ludovico Silva.

No podemos borrar la historia del pueblo revolucionario, porque son de conciencia. El capitalismo se centró en otros revolucionarios que aplican el populismo para controlar el poder. Jamás han tenido ideas políticas



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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