En degradé de colores y de identidad va el chavismo

El color rojo está directamente relacionado con la idea de revolución y cualquier movimiento político que lo tenga como su color significa una corriente con fuerza transformadora, de fortaleza y valentía. Sin embargo, la iglesia católica lo relaciona con violencia, agresividad y prohibición, como una estrategia para evitar que surjan afectos a movimientos progresistas de avanzada contra el sistema que ellos representan. El origen del color rojo, asociado a la izquierda, deviene de un gorro rojo que se utilizó en las revoluciones Francesa y Americana por parte de los insurgentes. En Francia, tras la revolución siguió siendo utilizado por los jacobinos, adoptaron un gorro rojo llamado frigio, porque en la época romana éste distinguía a los pileus o libertos, a los hombres que habían dejado de ser esclavos. Ese gorro aparece en el escudo de la bandera Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, El salvador, Haití y Nicaragua y representa la rebelión de estos contra la monarquía española. La bandera roja se convirtió en símbolo revolucionario por una inversión de un simbolismo inicial. Lo que antes era usado como señal para amedrentar al pueblo, fue tomado por el mismo pueblo para mostrar que no tenía miedo. Luego, tras la Revolución de Octubre de 1917 y la fundación del primer Estado obrero, la bandera roja fue el estandarte de la URSS y de los partidos marxistas del mundo.

En Venezuela el color rojo fue tomado como símbolo de identidad por el Movimiento Quinta República, por el presidente Hugo Chávez, en 1998. También se distinguía por un gorro o boina roja, pero se ha ido degradando desde el año 2012 hasta nuestros días por cualquier color que el militante desee usar, o por cualquier "asesor de imagen" que tenga cualquier candidato, profundizándose en esta época de violencia guarimbera que vivimos, desde usar colores como el blanco porque simboliza la paz, o el verde por el planeta, o el azul, o amarillo. Lo importante, pareciera, es ir opacando nuestro color que nos distingue como revolucionarios. Aquellas famosas palabras "Venezuela es roja rojita", dentro de poco serán sustituidas por blanca blanquita, o verde verdecita y esto debe ser motivo de alarma. El chavismo está pasando por un proceso de degrade de colores y de identidad, esto se está viviendo a diario dentro del PSUV y sus dirigentes no hacen nada. Los colores cuando se transforman en símbolo de lucha social, generan un sentimiento de identidad y de solidaridad entre los miembros y simpatizantes de las organizaciones políticas y sociales que defienden los intereses de la masa trabajadora, campesina, estudiantil y a todo un colectivo. La bandera venezolana, por ejemplo, nos llena de orgullo y nos embriaga de consciencia patria cuando es representada en el exterior y nos causa indignación cuando es volteada o pisoteada por la oposición. Otros elementos de pérdida de identidad y de degradación es la sustitución de nuestro himno nacional en los actos públicos, el himno del PSUV, la canción popular "Venezuela" de los españoles Pablo Herrero y José Luis Armenteros, o las canciones revolucionarias de nuestro Alí primera, o Silvio Rodríguez, para ser sustituidas por vallenatos, rap, y/o reggaetón. El slogan "Patria socialismo o muerte", a raíz de la enfermedad de Chávez, fue sustituida por "Patria socialista, viviremos y venceremos", cuando en realidad las primeras palabras significan no solo resistir a la agresión, sino que sabremos vencer a cualquier agresión, y no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que se inició la lucha revolucionaria, la de la libertad o de la muerte, la de los pileus o libertos que dejaron de ser esclavos. Solo que ahora libertad quiere decir Patria y la disyuntiva de todo revolucionario bolivariano es: ¡Patria o Muerte! Esto no tiene que ver con enfermedades físicas, sino con una concepción de la lucha por la libertad. Quizás, los asesores de Chávez en solidaridad con él, modificaron estas palabras, pero es necesario que tengamos consciencia de éstas, de su origen y del porqué es ineludible el rescate de nuestra identidad.

Otra pérdida de identidad es la imposición de candidatos para las alcaldías, ya criticada por el presidente Maduro. En algunos municipios impusieron los mismos alcaldes que gobiernan desde hace más de tres períodos, y cuya conducta está en entredicho. En otros municipios, como en la alcaldía de Sucre de Caracas, impusieron a un candidato cuya alcaldía se perdió por su ineficacia. Mientras que en otras difíciles de conquistar nombraron candidatos que ni siquiera es reconocido en su propia jurisdicción. Por allí se va la Patria camaradas, en un degrade de colores, en un bus de pasajeros con rap y vallenatos, con sangre roja pero de ideología blanca, o como el rábano (blanco por dentro y rojo por fuera); por tantas cosas así se va la patria. Insisto en que se debe revisar y rectificar la corriente del chavismo, del PSUV y del GPP. Es necesario implosionar, para hacer esta trinchera firme e invencible. Nuestra identidad ciertamente debe ser llevada en el alma, en la lucha diaria, pero nuestras acciones diarias deben ser cónsonas con nuestra ideología, con nuestra forma de pensar y hablar, pues esto sería un acto de traición. Para cada uno de nosotros, individualmente, la consigna es: ¡Patria o Muerte!, pero para el pueblo, que a la larga saldrá victorioso, la consigna es: ¡Venceremos!



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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