Pedro Carreño es un personaje muy interesante, padece de incontinencia verbal, su inconsciente está muy unido a su consciente, entre ellos no hay barreras, por eso lo que Pedro dice sale de sus abismos sin filtro.

Este tipo de personas, cuando pertenecen a la alta dirección, funcionan como un reflejo del interior de la agrupación política, su estudio nos dará una idea de las fuerzas que allí se mueven. Veamos a través de la ventana que Pedro Carreño, amablemente, nos abre.

En el programa de Frasso, Carreño responde una pregunta del periodista diciendo que la crítica a la constituyente es propia de "traidores a la Patria o tontos útiles", la amenaza se extendió a constituyentistas que han criticado y, específicamente, a Isaías Rodríguez.

Carreño nos muestra la corriente dominante en el interior de su partido: cualquier crítica es inmediatamente calificada de traición a la Patria, no importa quién la haga, puede ser un militante de la misma dirección, o un extraño, los cañones disparan a mansalva. Nos indica esta conducta que allí adentro crece el germen del fascismo; prospera, se desarrolla con la conducta del gobierno: sindicalera, estimuladora del egoísmo, agresiva con la disidencia, intolerable con la crítica, grupalista.

No es la primera vez que este núcleo arremete contra la crítica, temprano se conocieron sus acusaciones de sospechas de agentes de la cia. Este protofascismo germina en la militancia, ya hay "gatillos alegres" acusando a cualquier discrepancia. La persecución a la corrupción adquiere ribetes de cacería de brujas, basta ser apuntado por el dedo de este sorpresivo torquemada para que se produzca el linchamiento sin derecho a la mínima defensa.

Estamos frente a un grave peligro: el gobierno está desesperado, su pragmatismo no puede desenredar el nudo económico, y el cuento de imputar a otros de los problemas creados por el gobierno ya no funciona. Así, la tal guerra económica no es creíble, el desabastecimiento programado es una verdadera estupidez que no engaña, la inflación inducida es un invento infantil, la caída del precio petrolero para perjudicar a maduro indica desconocimiento de lo elemental de la economía.

En el gobierno y sus alrededores hay gente interesada en buscar a esta situación grave una salida con un neo pacto burgués. Se les ha dificultado por mil razones, la estulticia de los gobernantes es una de ellas; otra es su vocación represiva, su intolerancia. Además, nadie quiere asociarse con un desastre, pagar el costo político, prefieren esperar; otra es que el pacto no tiene capacidad de resolver, al contrario, crea problemas, exige recursos que hoy faltan. Esta corriente, que podríamos llamar socialdemócrata, está en pugna con la corriente protofascista, y parece que pierde la pelea.

Las circunstancias reclamarán represión, a esta situación nos trajo apartarse del mandato del Comandante, haberlo traicionado, transformarse en unos falsos chavistas, o como cantó Gardel: un cambalache. Ese es el precio del pragmatismo, del maridaje con los capitalistas, de estimular el egoísmo en la masa, de fragmentar la organización social.

En el interior del PSUV el choque de socialdemócratas y fascistas es impostergable, el estiramiento de las tensiones en la constituyente ya no da más, son pocos los que aceptan pagar el costo de los disparates, la ineptitud y las locuras de la inquisición.

Cada vez hace más falta volver a Chávez.