El 4 de octubre del año 2017, se cumplen 35 años de la Masacre en Cantaura, donde cayeron asesinados 23 revolucionarios por las bombas lanzadas desde los aviones broncos y las metrallas asesinas del gobierno punto fijista copeyano de Luís Herrera Campins. Los guerrilleros capturados ilesos al igual que a los heridos, fueron torturados y asesinados con tiros de gracia en la cabeza y ráfagas de fusiles Fal en sus cuerpos dejándolos todos destrozados. Se violaron todos los códigos de guerra internacional y todos los derechos de los prisioneros de guerra, según los convenios de ginebra, que en su artículo 3 establece que "se debe tratar con humanidad a todas las personas que no participen en las hostilidades o que caigan en poder del adversario, sin distinción alguna de índole desfavorable. Prohíbe específicamente los atentados contra la vida, las mutilaciones, la toma de rehenes, la tortura, los tratos humillantes, crueles y degradantes, y dispone que deben ofrecerse todas las garantías judiciales. Establece que se debe recoger y asistir a los heridos y los enfermos." Se violaron todos los derechos humanos de los combatientes y los derechos consagrados en la constitución vigente del año 1961 en su Artículo 46.- Todo acto del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución es nulo, y los funcionarios y empleados públicos que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores manifiestamente contrarias a la Constitución y a las leyes.
Al buen estilo nazi actuaron las fuerzas militares y policiales de la época contra los militantes de la izquierda revolucionaria. No hubo defensa, ni democracia ni legalidad alguna. La izquierda pacificada y oportunista le siguió el juego político a la derecha en el gobierno, salvo algunas excepciones de voceros populares que levantaron las banderas de la dignidad y el derecho a la vida como lucha revolucionaria contra las pretensiones oligarcas y sus lacayos de echar al olvido tan vil masacre. Resaltamos la solidaridad militante del camarada José Vicente Rangel, Jesús María Pacheco, David Nieves, Ignacio Ramírez, Gilmer Viloria, Judith López, María Parada, Argelia de Silva y Tarek Williams Saad, entre otros héroes y heroínas silentes que estuvieron presente en la parte oscura de nuestra historia sepultada en sangre inocente.
Según declaraciones del Camarada Potoco, en el Diario La Razón del 27 de febrero del año 2011, Pág. 6, y de los Camaradas Camarita y la China, reseñadas en el Libro "CANTAURA: LA MASACRE ANUNCIADA", la Traición premeditada de sus máximos dirigentes, Pedro Veliz Acuña y Gabriel Puerta Aponte, quienes permiten la penetración del Frente Américo Silva al imponer a los hermanos Norberto y Alirio Rebánales como sus voceros dentro del FAS. La historia transcurrida nos da la verdad histórica de estos personajes de mano con la oposición fascista luchando por socavar y destruir la Revolución Bolivariana, al igual que otros ex comandantes odiando los logros alcanzados por el Comandante Hugo Chávez Frías, abrazándose y celebrando con los responsables de los asesinatos de los camaradas que ellos dirigieron, o mejor dicho, que premeditadamente entregaron.
Ante la presente coyuntura, donde la guerra económica se acentúa, la injerencia imperialista es directa y los traidores de la Patria se quitaron las máscaras, se hace insoslayable la Unidad, Lucha, Batalla y Victoria! ¡La Patria es América, Patria o Muerte, Venceremos!
Por: Carlos López . Escritor del libro “Relato de la Prisión y Amores Enajenados”.