Vicisitudes del amplio camino

En lo que cabe dentro de la infinitud de lo ínfimo, yo me permito decir de un amplio caminito, y no sin vericuetos tomados una que otra vez y, acaso, tomables todavía porque para eso estamos los iconoclastas, sí.

Más que un privilegio es eso de tener amigazos cercanos y con los cuales tú tomarte un traguito de ron -diga que, "no me eches mucho porque me lo bebo"- de vez en cuando, poco a poco pero a cada ratico, y a escondidas de tu mujer, desde luego, porque tu mujer siempre va a andar "moscapil" -mosca con las pilas puestas, frase del gran periodista venezolano Américo Hernández, y que yo tomo prestada de él, una vez más, pero siempre respetando la fuerza intelectual de los hacedores de rutas, especialmente- regañándote conque si el pato y que si la guacharaca.

No creo hacer con lo antes dicho, apología de vicio alguno, nada que ver, os juro de veras, por esta cruz -cruzo el pulgar con el índice de una de mis dos manos de trabajar duro- que solo pretendo deciros algo muy sentido, la defensa de la patria de Bolivar y de Chávez.

No pocos jovencitos e inclusive algunos manganzones han optado por irse de Venezuela a otros países, "ique" a trabajar y con la excusa de que las condiciones acá son francamente duras; lo siento, pero, en cambio, los hombres de brega dura, los hombres verdaderamente hombres hemos dispuesto renovar esfuerzos, unos y en los que me incluyo, y otros, volver al trabajo creador para superar las dificultades a las que ha sido sometida la patria venezolana, por parte de quienes pretenden esclavizarnos.

Hay que proseguir esfuerzos duros hasta recomponer la normalidad de Venezuela, si es que pudiese hablarse de normalidad; mucha gente bonita ha vuelto al trabajo, eso me consta, yo soy un impenitente azuzador de eso y he logrado resultados exitosos con algunos de mis viejos amigazos, nosotros tenemos una gran fuerza en la yema de los dedos y eso hay que ponerlo al servicio de todos; claro, los años no pasan en vano pero si hay que volar hay que volar inclusive sin alas.

En lo personal yo no me quejo, amo y amaré a mi patria hasta mi último suspiro, no demando menos peso en las tareas del trabajo creador sino que quisiera tener un espinazo mucho más fuerte para soportar tanta vaina, pero, aunque la realidad abrume, yo seguiré entrompando hasta donde pueda, por Venezuela.

Pido a los míos que apoyen abiertamente a Maduro, Maduro ha sido un gran presidente a pesar del despiadado ataque del que ha sido víctima; no afirmo que él ha hecho todo bien desde la presidencia de Venezuela, mosca, no lo afirmo, pero Maduro es un taco.

Ofrezco todo mi apoyo al Presidente Maduro y nada mejor que hacerlo trabajando duro, no guabineando; insto a todos a trabajar por el país, cada quien en lo que sepa hacer; abrigo la certeza de que triunfaremos por todo lo alto sólo si trabajamos duro, no de otra manera.

Por supuesto, a los manganzones de la Conferencia Episcopal Venezolana Escuálida -CEVE-, quienes viven como zánganos dentro de sus colmenas, les digo que no importa que ellos sigan su fiesta, parásitos felices, que coman sin trabajar, eso no nos importa, nosotros trabajaremos también para ellos, su aporte no nos hace falta, pero ojalá recapaciten y no jodan tanto.

 



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Guillermo Guzmán


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