Fase superior de lucha: ¿Un gobierno de Unidad Nacional?

Julio Borges leyó el pasado lunes, en un espacio cerrado y reducido de Caracas, un documento titulado "Que sea el pueblo quien decida", convocando a un inconstitucional plebiscito el venidero 16 de julio; a lo cual señaló: "A partir de ese momento, dependiendo de lo que ocurra, iremos a una fase superior de lucha". Mi pregunta, ¿qué ira a ocurrir?

Pues muy simple, de nuevo Borges mentirá afirmando que más de diez millones de personas acudieron a su convocatoria y dijeron no a la Constituyente y sí a la conformación de un gobierno de unidad nacional.

A partir de ese momento ¿qué esperamos diga Borges con la amenaza de emprender una fase superior de lucha? Algo parecido a lo afirmado días antes del 11 de abril de 2002, junto a Leopoldo López, Henrique Capriles y Gerardo Blyde, entre otros: "Destrancar el juego pasa obligatoriamente por la renuncia de todo el gabinete ejecutivo y el Vicepresidente, que pongan sus cargos a la orden el Contralor General y Defensor del Pueblo, y finalmente tiene que renunciar el Presidente de la República".

Como es obvio, no habrá tales renuncias para entonces Borges anunciar la conformación de ese gobierno de unidad nacional; el cual contará con el apoyo de la actual Asamblea Nacional, Fedecámaras, los medios mercantiles nacionales e internacionales, y por su puesto el reconocimiento internacional de los gobiernos de EEUU, Argentina, Brasil, México, Colombia, Perú, Paraguay y Chile, entre otros.

Tal situación ocurrió en Libia en el 2011, cuando antes de intervenir militarmente la OTAN, se conformó un gobierno de salvación nacional opuesto al del presidente Muammar al-Gadafi; con el traidor neoliberal Mahmoud Jabril al frente del Consejo Nacional de Transición, luego de ser asesinado Gadaffi. Al igual que el gobierno provisional de Siria, conformado en Turquía desde el 2013 para oponerse al actual presidente Bashar al Assad; con el otro traidor y empresario Ghassan Hitto, hoy primer ministro del gobierno títere paralelo.

Ante tales amenazas, el Estado debe actuar de inmediato y no esperar el 30 de julio para comenzar a encarcelar a todos los conspiradores, que por la calle del medio anuncian tal fase superior de lucha. Necesaria acción del Estado para evitar mayor derramamiento de sangre y más violencia en el país. La intervención militar y mercenaria por parte de la OTAN, será un riesgo que hay que asumir; pero no podemos permitir por ningún concepto, se establezca impunemente en alguna parte, un gobierno golpista, traidor, títere y cobarde de pretendida "unidad nacional".



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Sergio García Ponce

Ex-vicerrector de Desarrollo Territorial de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).

 sagarciap@yahoo.es

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