Volver a Chávez o la barbarie del fascismo

"En 2007 ya se veía un agotamiento del modelo revolucionario y es cuando se anuncia el golpe de timón, pero quedó atrapado en una élite de poder que buscaba privilegios para apropiarse delictivamente de la renta petrolera." Eso fue lo que dijo Oly Millán. ¡Lo siento!... Estoy de acuerdo en casi todo con lo que responde ella en la entrevista, lo siento… Es una profesional en el asunto, le debo una disculpa sincera.

Pero insisto con el argumento de que las posiciones políticas conciliadoras, socialdemócratas, que saltan a la vista como las más democráticas, las más pacíficas, no lo son, ni pacíficas ni democráticas.

Lo que entusiasmó a este pueblo, al punto de conmoverlo desde sus cimientos morales y de su amor propio, fundando una fuerza inusitada (la cual fue capaz de alfabetizar a ancianas, a campesinas, a ciegos; y de hacer que estudiaran y aprendieran más allá de lo calculable), no fueron promesas vanas, esperanzas vanas en acuerdos sociales, en "pactos sociales". Fue una acción política clara destinada a hacer cambios, comenzando con el amparo y liberación de los más necesitados, marginados y abandonados; "pagar la deuda social", como lo llamó Chávez. En principio fue una acción sentida y certera, dirigida hacia los excluidos de los excluidos de la sociedad.

Pero la misión Robinson, la misión Milagro, en fin las misiones hechas para los más marginados de todos marginados degeneró en misiones y programas ridículos e improvisados, desarticulados del propósito original de incluir a todos dentro de la sociedad, que inspiró el "pago de la deuda social", primero, antes que todo; la naturaleza de las nuevas misiones y programas cambiaron de pronto institucionalizando un sistema asistencialista el cual frenó de golpe y porrazo el impulso revolucionario, los cambios estructurales y de consciencia de la sociedad, mezclado con una regaladera de cosas materiales (desde lavadoras y televisores hasta taxis), como una manera de comprar lealtades, votos, el clientelismo, para competir con la otra derecha.

Esto resume la distorsión de la idea radical de Chávez. Lo demás, digo, lo técnico, lo político técnico –necesario para darle consistencia a esta "revolución", hecha para reivindicar a los in-visibilizados, a los excluidos- es otro cuento, pero hay que entenderlo, por supuesto.

Es la otra parte del cuento se pierde la revolución. Es aquí donde se diluyen las ideas radicales originarias de la revolución bolivariana y socialista. Una revolución social que comenzó con acciones concretas para redimir a los más necesitados (y así igualar las oportunidades de todos los individuos de crecer en una sociedad igualitaria) terminó en otro "pacto social", al viejo estilo adeco-copeyano…

¿Por qué? ¿Cómo eso fue posible? ¿Dónde se torció la consciencia de Chávez? ¿Por qué se frenó el impulso primario generador de la revolución de Chávez?

Paz con justicia social o fascismo

Pagar la deuda social fue el comienzo de la revolución social. Un pueblo visibilizado tenía que ser nuestra "base social" para la construcción del hombre y la sociedad nuevos, pero no fue así ¿Por qué?

Hablamos de un pueblo pobre, marginado, inculto de más, y enfermo, que había que rescatarlo de ese estado de indiferencia, y que ha debido ser nuestro aliado natural para el cambio de consciencia y la fuerza moral y física de ese cambio. Pero solo han sido útiles para votar y marchar, engañados por los mismos traidores históricos de siempre.

La idea de hacer una revolución es un pensamiento poderoso. Una motivación clara, una meta, un objetivo, y una estrategia clara produce un pensamiento poderoso, imposible de fragmentar y manipular. Es por eso que Chávez siempre habló de paz, pero paz con justicia social una cosa con la otra, es decir, paz pero bajo esa condición o condiciones sociales. "Justicia social" refiere casi que directamente a la decisión y acción inicial de Chávez de pagar la "deuda social", pero además apunta al fin último, al socialismo. ¡Paz, Sí, pero con justicia social! y en socialismo.

Pero ahora la paz se ha convertido en la excusa para regresar al pasado. De la "paz de la justicia socialista", pasamos a la "paz de la conciliación", a la paz de la resignación, de la entrega, de la claudicación, de la capitulación, de la cobardía ideológica; pasamos a la humillación ante el eterno patrón y la súplica del perdón por el pecado, a la vergüenza de ser haber sido chavista, socialista, comunista. Y todo por la paz.

Después de tanto esfuerzo moral, intelectual y físico, estos pendejos le salen a Chávez con el arrepentimiento, con esta mamarrachada, con esta caricatura de adecos y copeyanos disfrazados de socialistas, de ¡masistas!, de socialdemócratas emboscados, a punto de llevar el país a un fascismo cruento; mucho más cruento que cualquier dictadora conocida hasta ahora en américa latina y el mundo (en tal estado no importa de qué lado salga el engendro, los dos lados coinciden en los métodos, coinciden en su idea de paz, la paz de los difuntos)

¡Masistas!... Pero muchos tienen razón: esta anarquía institucional, estos dimes y diretes de la fiscal y de la Asamblea Nacional con la Corte Suprema, Maduro y Diosdado (o a la inversa), es un Show dentro de una democracia burguesa podrida. La solución entre los bandos en pugnas es acabar con todo, al precio de la razón, de destrozar al país con mentiras y más mentiras, aplanar las mentes, incitar a una guerra entre tontos manipulados, solo por ver quién se queda con el poder. En esta crisis, donde el gobierno de Maduro juega un papel estelar, las dos derecha trabajan en favor de los intereses del imperio. Por eso necesitamos revolucionarios que aglutinen pueblo chavista consciente, poco a poco, educando, convenciendo, explicando razones, necesitamos retomar la revolución en el punto donde se perdió chavismo de Chávez, el motor espiritual originario de todo. Desmarcarnos de los oportunistas, de los constitucionalistas insustanciales, de los aprovechadores cazadores de traidores. Reclamar del pueblo chavista un cambio de consciencia, hablarles más de los valores socialistas y no azuzarlos para la venganza, para la retaliación. Decirles que la lucha de clases es una lucha ideológica, que se gana en la consciencia no en la calle a cabillazos.

Pagar la deuda social de Chávez es pagar una deuda de amor y de justicia social, que va mucho más allá de la ridiculez de convertir a un pobre en clase media. La clase media, lamentablemente para Maduro y para los maduristas, no es una medida moral, tiene que ser vencida ideológicamente, es el objetivo principal de la revolución, para el cambio espiritual, ideológico tenaz; repito, la clase media es el objetivo principal de cambio en toda revolución socialista. Hermano, hermana ¡Qué falla¡… Una revolución es verdadera si hay un cambio de consciencia, pero ¡qué difícil que estos elefantes marinos lo entiendan!

 04/7/2017

 

 



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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