Decía Petronio en El Satiricon: Ves el piojo en el vecino y no ves la Garrapata que llevas encima de ti?
Es exactamente lo que se le puede decir a Santos, el Jefe de la Casa de Nariño en Bogotá, quien sigue en su campaña, a veces soterrada y en muchas otras con descaro abierto, de injerencia en los asuntos internos de Venezuela para dar pábulo a las facciones de la ultraderecha embarcadas en una loca campaña terrorista para destruir la sociedad.
Mientras en Colombia sube la marea e inconformidad por el incumplimiento de los acuerdos de paz, con miles de presos de las Farc en huelga de hambre a raíz del desconocimiento de la Ley de amnistía y de otros puntos de los consensos de paz que son desconocidos por las esferas burocráticas del actual gobierno, Santos se da licencia para acompañar el sabotaje colectivo de la ultraderecha a la institucionalidad del gobierno del Presidente Maduro.
Mientras en Colombia prosigue el asesinato de líderes sindicales, como el ocurrido hoy en Cali, y cuando el desplazamiento de más de 7 millones de campesinos no para por el accionar del neoparamilitarismo oficialista, Santos monta otra de sus conocidas cortinas de humo, atizando la campaña criminal de la conspiración venezolana.
Vergüenza produce este nobel de la paz que pasara a la historia por sus conocidas tramoyas contra los intereses populares.
Que Santos se ocupe de sus graves problemas, de la garrapata que lleva encima, y deje de meter las narices en la patria de Bolívar.
Lo que pretende es relanzar un conflicto violento de mayores proporciones en la región andina, destruyendo la paz y la armonía entre las naciones que tienen mucho en común.
Fuera Santos de Venezuela.
