Paremos las armas señor presidente

No quisiéramos pensar que la inteligencia del compatriota Rafael Dudamel sirva solamente para articular magistralmente y que nos enorgullece a la "Vino Tinto" Sub 20,(Sub campeón del mundo), que nos ha dado una lección de constancia, de capacidad, de vergüenza deportiva, de dignidad, de patriotismo y de sentido de pertenencia en lo atinente a la nacionalidad y una bofetada a los mercaderes de la patria, que hacen lobby para su invasión por tropas extranjeras, sino que también llegue más allá y por eso esperamos su rectificación en el inadecuado llamado que hizo al presidente Nicolás Maduro Moros, como si las armas de la República Bolivariana de Venezuela, fuesen las causantes de las 70 muertes de venezolanos, en 60 días de acciones criminales de calle, financiadas, organizadas y dirigidas a control remoto por pranes del Crimen Organizado, que cobijados en la inmunidad parlamentaria y al servicio de la CIA y el MOSSAD, sirven de cabeza de playa, para los oscuros planes del imperialismo en contra de nuestro pueblo y de la soberanía de la patria.

Quien en su momento fuese el mejor portero del fútbol profesional venezolano y que continúa demostrando que Venezuela pare valores, es hoy por hoy como deportista ejemplo para nuestra juventud y en consecuencia debiera cuidar su imagen y no asociarla con quienes se solazan en el estercolero de la historia y que son los enemigos jurados de su labor como conductor de juventud, pues mientras él logra hacer de la selección nacional de fútbol Sub 20,un solo equipo, donde nuestros muchachos al igual que lo han hecho las muchachas en diferentes disciplinas deportivas, bastión de esperanzas para un próximo mundial de mayores; quienes él excluye en su llamado a bajar las armas, se encargan de envenenar a miles de niños, niñas y adolescentes de nuestra nación, pagándoles como mercenarios, suministrándoles drogas y formándolos para el crimen con instructores paramilitares, para que vayan a las calles a pelear en una guerra que ellos están provocando, pero que como buenos cobardes, irresponsables y cínicos, son incapaces de colocarse como primera avanzada en las acciones que plantean.

Honestamente, nos cuesta pensar que un valor como Rafael Dudamel, con una labor tan encomiable en defensa de la dignidad y decoro de nuestra juventud, se vaya a identificar, con quienes diariamente con sus satánicos ademanes utilizando de paso en ocasiones seleccionadas, la camiseta vino tinto, salen en las cámaras televisivas llamando a la violencia en las calles, para llevar a la muerte a jóvenes como Neomar Lander, quienes presumiblemente con una precaria formación en actividades terroristas son inducidos a inmolarse involuntariamente al manipular artefactos peligrosos contra las fuerzas del orden público, que en el peor de los casos le explotan en las manos.

Pero la muerte de Neomar,"no fue en vano" de inmediato la jauría de hienas, entre ellos un diputado señalado como reclutador, financista y articulador de los hechos criminales, salió a utilizar la desgracia de esa familia para ganar racting en las redes y de paso fortalecer su mentira generadora de odio en contra de la PNB y de la GNB, anunciando al país que el muchacho había sido asesinado con una bomba lacrimógena disparada en contra de los "pacíficos manifestantes, por las fuerzas represivas del gobierno de Nicolás Maduro".

Nos negamos a pensar que el seleccionador exitoso de la "Vino Tinto" para quien va todo nuestro reconocimiento, se identifique con la causa de quienes, a jóvenes y adolescentes como los que él en su condición de docente conduce por los mas nobles y ejemplares caminos, ellos los forman y conducen por la ruta del crimen, el odio y la muerte, mediante la inoculación del veneno psíquico, que les lleva a cometer los mas horrendos crímenes de odio, como el cometido contra el humilde trabajador Orlando Figuera, que por ser moreno y parecer chavista por su origen humilde, fue apuñalado y quemado vivo en la Plaza Francia de Altamira, independientemente que el informe del Ministerio Público, intente matarlo de nuevo (muerte moral) al dejar colar como quien no quiere la cosa, que fue un ajuste de cuentas y no un abominable crimen de odio. Los venezolanos no nos chupamos, el dedo y sabemos de los falsos positivos, que están montando. Sabemos por donde vienen los tiros y por eso el gobernador de Miranda, pese a ser el presunto responsable de 12 homicidios, entre ellos el de una niña de 13 y un niño de 14 años, no ha sido imputado, porque ese honorable despacho no ha encontrado elementos de convicción, pese a su actual reincidencia, como delincuente habitual.

Igualmente los alcaldes de los municipios sede de las guarimbas no tienen ninguna responsabilidad, pese a que es publico, notorio y comunicacional que apoyan esos hechos, porque de manera reiterada y en desafío al Estado, han afirmado a través de las mas medias que en sus municipios está garantizado el derecho a la "protesta pacífica".

Pretender culpar únicamente al estado venezolano por las 70 vidas que se han perdido, es un cinismo sin parangón. Es cierto que ha habido hechos aislados de abuso de poder y de la fuerza por parte de funcionarios, que no de las instituciones como tal y, en consecuencia están a la orden de los organismos jurisdiccionales. Pero de allí a que sea responsabilidad absoluta del gobierno hay un largo trecho. Ese largo trecho también lo advertimos en la diligencia para imputar a GNB y PNB, como presuntos violadores de su código profesional, pero no así para detener,. imputar y presentar a los criminales, que asesinan impunemente, queman despachos oficiales, unidades del transporte, preescolares con niños dentro, escuelas, universidades, bibliotecas, hospitales y saquean bancos, establecimientos de propiedad privada, encapuchados y exigiendo la renuncia de Maduro, comandados a distancia, por alcaldes, diputados y gobernadores de oposición.

La mayor responsabilidad la tienen los capos del crimen organizado al servicio del imperio y sus socios que están desarrollando el mismo libreto de Ucrania y ya sabemos que tienen su Polochenko bajo la manga. Si la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana actual, tuviesen la misma cultura y formación prusiana de la IV República, adquirida en la Escuela de las Américas, y en la presidencia estuviese un adeco, llámese Betancourt, Leoni, Lusinchi o Carlos Andres Pérez, o un copeyano com o Caldera o Luis Herrera, seguro que ya en el país no hubiese ni sombra de guarimbas, pero el río de sangre sería impresionante, como en el 27 F y entonces si tendría validez ese llamado: Paremos las armas señor presidente.



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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