"El Negro" Acosta Márquez

Mientras trabajaba el tema "Angelitos negros" del poeta Andrés Eloy Blanco, me asaltó de nuevo la figura de mi gran camarada y amigo Acosta Márquez, quien se encuentra desaparecido desde hace años. Busqué por horas y encontré pocas referencias sobre él. Llamé inclusive a la profesora Luisa Pérez Madríz, quien por supuesto lo conoció, pero quedó también asombrada por su desaparición y que no se sepa nada de él. Averiguó con su gente y ni siquiera sus allegados saben del camarada. Ni el cronista del pueblo de Río Chico, donde dicen que nació.

 

Noel Márquez, Antonio Acosta Márquez y Orlando Ugueto

Yo si creo que "El Negro" lamentablemente está "sembrado", pues él me llevaba unas cuantas lunas, y ya para 1998, cuando viajamos juntos a Cuba, estaba afectado de salud.

Consideré entonces, rendirle un pequeño homenaje -al menos con unas letras- a alguien que dio tanto por nuestra causa. Es algo que le debo, le debemos todos, a alguien que no ha sido valorado en su justa dimensión, sobre todo por nosotros sus coterráneos. Por ello es que el tema toca obligado lo poético, pero más lo personal, para no olvidar a este valor de la negritud y la afrodescendencia.

¿Dónde estás, Acosta Márquez?

¿Dónde estará "El Negro" Antonio Acosta Márquez? Me estoy preguntando a estas alturas de tanto tiempo pasado y nadie me responde. Sino está "sembrado", debe estar escondido por ahí "mamándonos el gallo", pues nadie sabe de él.

A lo mejor, está enchinchorrado escribiendo poemas en Barlovento o en Santiago de Cuba, terruños que adoraba por el parecido espiritual y físico de su gente negra, y cuya idiosincrasia y características le sirvieron de inspiración para producir toda su obra poética.

Recuerdo que durante el viaje que realizamos juntos en 1998 a Santiago de Cuba, al Festival del Caribe, "El Negro" me comentaba, con dejos de nostalgia, que Alí Primera tuvo que registrar su sello disquero "Cimarrón" en Colombia, pues así como estaba vetado en la prensa, radio y televisión venezolanas, también le impedían grabar en las disqueras nacionales.

Algo de eso se la pasó a Antonio. Tuvo que editar también en Colombia uno de sus libros, un extraordinario poemario donde compiló sus mejores trabajos sobre la negritud, del cual no recuerdo el título, pues por desgracia alguien "me lo tomó prestao" y no lo devolvió.

Pero por fortuna, -como pasó con el "panita" Alí- a Antonio será difícil ignorarlo y olvidarlo, pues forma parte de esa constelación de artistas populares de vanguardia de nuestra América Negra, cimarrona, afrodescendiente, integrada por el cubano Nicolás Guillen, el peruano Nicomedes Santa Cruz y otros muchos que se dedicaron a concientizar a los hijos de África, de América y de Venezuela.

En su poema "Canción para despertar a un negrito", Antonio refleja su condición de maestro popular y su indoblegable conciencia de clase:

"Calamé calamé, / calamé cuncú calemá / Calamé, calamé,/ calamé calamé / cuncú calemá "

"Despierta negro / Anda a la escuela / Ándese mijo para estudiar / Que el patrón no quiere que aprenda / Pero te tienes que superar"

"Estudie negro, estudie bastante / Pa que no sea un negrito inculto / Porque en el pueblo dice la gente / Que los negros y que semos brutos "(…)

En Barlovento y en Santiago te andan buscando

El Negro es muy conocido y querido en Cuba, principalmente en Santiago, provincia cubana, la cual frecuentaba para "cumplir con su santo", visitar a sus amigos y alimentar su repertorio poético.

Asimismo ha sido reconocido por estudiosos de la negritud y la africanidad, como el profesor de literatura afro-hispánica Marvin Lewis, de la Universidad de Missouri-Columbia, quien lo menciona en el libro "América Negra" editado en 1995 en Bogotá, Colombia, por la Pontificia Universidad Javeriana.

Lewis al respecto escribió:"Los poetas que han tenido más éxito son los que han adaptado aspectos orales a la poesía escrita como el finado Nicomedes Santa Cruz del Perú y el joven Antonio Acosta Márquez de Venezuela (…)

También José Montecano, hermano de Alí Primera, le da crédito y edita la canción La Melcocha, en su disco "José Montecano 30 años y sigo aquí".

Se dice que también es autor de la conocida canción "Tumba la casa Pacheco túmbala… túmbala… que esa casa está embrujá".

Él, como poeta, como declamador, como político, andaba encompinchado con Alí, con Los Guaraguaos, El Grupo Ahora, José Montecano, La Chiche Manaure y otros artistas populares, cantándole a la Patria buena, al pueblo, a la revolución.

Aldemaro Barrios, en un artículo en Aporrea del año 2006, rememora algunas anécdotas de la vida de Acosta Márquez y asevera que dejó en borrador, dos libros intitulados Mi primo longa y El sentir de un cimarrón.

https://www.aporrea.org/actualidad/a27463.html

A Acosta Márquez lo conocí por allá en los años 70, cuando andábamos en lo mismo: haciendo conciencia revolucionaria en los pueblos y barrios de Venezuela.

Lo he buscado desde principios de siglo, cuando le perdí la pista donde vivía, en El Valle. Ya con algunas dolencias, solía viajar los fines de semana al pueblito de Araira, en Miranda, a limpiar el rancho y un terrenito que allí tenía, que por cierto lo ofrecía en venta, pues su ya precaria salud, no le permitía atenderlo. Honores para Él.

ojue51@gmail.com



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