Como vamos yendo vamos viendo

La improvisación, es hacer algo de pronto, sin estudio y preparación. Eso fue lo que pasó con la salida del billete de cien. Porque antes se hubo improvisado algo. Y antes de antes otra cosa más. Desviada la meta del socialismo las decisiones del gobierno son una cadena de improvisaciones sobre la tensión de querer estar con Dios y con el diablo. Los aduladores del gobierno y sus más inteligentes asesores le recomendarían hoy al presidente que cite en su discurso la frase de Simón Rodríguez "O inventamos o erramos" para disimular astutamente. La improvisación para el gobierno se traduciría en "invención" (¡y cómo inventan!) para no errar.

La terapia del shock que impone Milton Friedman y el imperio a países como el nuestro está de un lado de la tensión aludida más arriba. Supone dejar hacer al capitalismo de todo. Esto supone libertad para comprar la fuerza de trabajo que sea, mujeres, niños, niñas y adolescentes. Libertad para sobreexplotar las tierras, para contaminar las aguas, libertad para aumentar o reducir la producción, libre comercio para los que dominan la producción y el comercio, libertad para comercializar con la salud, con la educación, libertad para comprar y vender consciencias, libertad para subir los precios, libertad para despedir y contratar trabajadores y pagarles lo que le convenga, libertad de calumniar a sus enemigos y al prójimo, libertad de mentir, libertad de engañar, de experimentar con la vida de los pueblos más pobres, libertad para defender la libertad de los ricos de hacer lo que sea para aumentar sus riquezas. Por encima de la libertad no puede haber nada en la vida, incluyendo a la vida misma. La libertad burguesa liberal.

En el socialismo científico, marxista, la libertad es un objetivo humano. Unan sociedad de justicia e igualdad que hace posible la libertad de los individuos, ejercer la libertad de manera creativa. Por encima de la libertad humana no puede estar el capitalismo, la ganancia, la acumulación de capital. Y por encima de ella, la vida. Por eso, en la construcción del socialismo, en su base política y económica la planificación es fundamental. La gran propiedad es confiscada en favor de toda la sociedad. La pobreza esclaviza, coarta la libertad de actuar, de pensar y de expresarse. En asuntos económicos, la sociedad entera debe ser la beneficiaria de la actividad económica, "A cada quien según sus necesidades, de cada quien según sus capacidades". Esta actividad tan importante para la vida humana es planificada, como es distribuida la riqueza para el beneficio de toda la sociedad. Como es planificada la salud, la vivienda, la educación, y el desarrollo de las ciencia y las investigaciones científicas vistas al avance de la sociedad y de la humanidad. Nada se deja al azar.

En una revolución socialista alguien debe estar vigilante de que esto sea así. Y este alguien son sus dirigentes principales, los cuales deben estar comprometidos con la Idea para poder y saber planificar. Una dirección política improvisada lo es de un pobre impulso de cambio, de un empujón sin aliento. Una revolución improvisada no es socialista, no es nada, cuando mucho un grupo de muchachos jugando a ser poderosos, groseros y caprichosos.

Entre dos aguas, entre el capitalismo y el socialismo, es fácil decir que "o inventamos o erramos", para improvisarlo todo, según se pierda popularidad. Improvisar en política es sinónimo de no pensar bien las cosas, no tener interés verdadero por algo o por alguien, a menos que sea la subsistencia propia, la permanencia propia en el poder.

Porque ni siquiera el capitalista más liberal del mundo improvisa, tiene claro sus objetivos egoístas, sabe cuál es el mejor ambiente para sus negocios, cuáles son sus aliados y cuáles No deben ser sus aliados, pero, por encima de todo, sabe que su único enemigo es el socialismo. Por eso digo que nuestros líderes solo juegan al poder. Pero no saben (ni quieren saber nada) de socialismo, de revolución socialista, de compromisos con el futuro de la humanidad.

Lo primero que confunden es el sentido de la lucha. No saben o no quieren saber contra quién pelean (es mejor así). Aliados a traidores pelean contra los amigos. Se abrazan a los enemigos jurados y luego los amenazan. Insultan a un presidente y luego lo llaman amigo y hermano. "Según vamos yendo vamos viendo", esa es su frase preferida. Andan solos por estas calles, como jipis adolescentes, pero son líderes de un país. Como adolescentes, no les importa el destino de la sociedad y de la humanidad, solo sus propias angustias. Son indiferentes a la vida y cotidianidad de la gente común, pero temen a quedarse desempleados. Ellos se dicen libres. Ipsen Martínez diría, a fin de justificar su propia existencia, "la cobardía es libre".

Nadie se lo discute. Pero aplicando esta idea de la cobardía a los verdaderos cambios que debería realizar el gobierno en el país y no los ha hecho, se corren riesgos serios, con la cagueta y con la improvisación, crear falsas expectativas sobre nuestro futuro con a arengas emotivas, pero vaciadas de razones y de revolución verdadera, alimenta un estallido social. Es, cuando menos, irresponsable, porque el día en que los capitalistas tomen el control de todo, gobierno y país, éstos improvisados que ahora lo prometen todo, se irán de aquí como perseguidos políticos, otros se incorporarán al juego democrático y harán alianzas, otros querrán ser ministros y asesores. Y otros, pensando en que hay que comenzar todo de nuevo, levantarse otra vez y continuar la lucha. Pero todos estaremos amenazados por la más cruenta dictadura fascista, propia de las terapias de Shock económico; muchos daños colaterales, muchos desaparecidos y muertos dentro de la población chavista, y la no chavista que hable demasiado.

El caso es que cuando se abandona la estrategia principal, no hay manera de planificar, porque no sabes para dónde dirigir cualquier plan. Abandonada la estrategia solo te quedan las tácticas, digamos que "la maña", los "truquitos", más los "disimulos y mentiras", otras formas de resolver rapidito. Cuando se nos venga la realidad encima no va haber "truquito" que valga, y eso lo vamos a pagar todos por igual, por lo menos todos los chavistas verdaderos. El enemigo es despiadado y no cree en alianzas con comunistas, socialistas, ni siquiera con socialdemócratas, y para muestra está Dilma en Brasil y Cristina en Argentina, dos intentos socialdemócratas de gobernar con los capitalistas. Y ni hablar de Venezuela, expulsada del Mercosur, sin muchas razones y explicaciones. Una lección para los socialistas que creen en el capitalismo. Volvamos a Chávez, es todo.



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Héctor Baiz

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