¿@PolarLeaks y la guerra de Lorenzo Mendoza contra Venezuela?

Tácticamente la guerra contra la producción, es una sub guerra dentro de un plan general, cuyo objetivo es el colapso de la sociedad, dominando su voluntad hasta obligarla a rendirse por lo que cada día se va ampliando el campo de batalla, y se van utilizando las variables que nazcan de las circunstancias creadas para erosionar la credibilidad en los gobiernos. El principal aliado que se utiliza para librarla son los medios de comunicación, por la influencia que tienen en la opinión pública.

Para derrotar la Guerra económica es necesario comprenderla en toda su complejidad, y estudiar a los actores que la promueven, y precisar con exactitud las fuerzas con las que se cuenta para enfrentar a estos actores.

Es evidente que la verdadera conflagración de cuarta generación es apoyada y fomentada por un sector de los Estados Unidos, vinculado al negocio petrolero que tienen un poder de Lobby sobre la presidencia de los EEUU, las cúpulas de las organizaciones empresariales venezolanas, la banca privada y los medios de comunicación participan como enemigos internos.

El ataque contra nuestro país se prepara después que el imperialismo ha logrado tener una experiencia en este tipo de situaciones al involucrarse directamente en conflictos similares, y luego de avanzar en el estudio y la complejidad del modelo de acumulación del capital, lo que le da el conocimiento suficiente de lo que se va a producir, para poder aprovechar las nuevas circunstancias que surjan en el campo de batalla.

La guerra económica contra el gobierno de Salvador Allende tuvo una fase típica y ortodoxa que consistió en manipular la variable oferta de bienes de consumo perecederos, con el objetivo de causar una escasez inducida, muchas fábricas dejaron de producir y de importar,

para hacer chillar la economía Chilena, y generar malestar en la población.

En el caso venezolano se aplicó producto del conocimiento de nuestro adversario, una táctica invertida que consistió en manipular muy lentamente la variable del consumo. Si se aplicaba las recetas tradicionales de desaparecer los bienes de consumo por falta de producción, la respuesta del gobierno de expropiar y tomar fábricas, y el apoyo popular podrían revertir esta situación. En cambio con la manipulación del consumo se logra que la producción no alcance, y se tiene un efecto más perverso y demoledor, y se evita que el contrincante se percate de lo que está sucediendo.

Este proceso comenzó aproximadamente en el año 2007 y consistió en esconder momentáneamente productos de consumo masivo como la popular leche huesito para niños, luego de ser desaparecida por periodos cortos, aparecía en grandes cantidades, ocasionando que el consumidor ante el miedo psicológico , comprara tres veces la cantidad de productos que realmente necesitaba, está situación modifico el patrón de consumo de la sociedad venezolana, que fue acostumbrándose a tener en la despensa, una gran cantidad de productos, en lo que se conoció como el por si a las moscas.

Un factor clave en el diseño de toda esta guerra lo ha jugado el multimillonario Lorenzo Mendoza, quien tiene un monopolio de la distribución de productos de alto consumo, y conoce al dedillo el funcionamiento de la economía venezolana. Los técnicos económicos al servicio de Mendoza, participaron en el plan general de crear un nuevo patrón de consumo al venezolano promedio, utilizando sus canales de distribución y poniéndoles al servicio de la guerra económica. Posteriormente y en momentos políticos claves el magnate, ha bajado la producción de sus empresas como bien los muestra @POLARLEACKS, en sus trabajos de investigación.

Las empresas de Mendoza fueron las que crearon la simplificación de la producción, que consiste en producir lo mismo pero en un tamaño de envase más grande para que haya menos productos

empaquetados. También diseñaron el método de migrar la producción, el cual opera llevando a las grandes ciudades cantidades menores de productos, y las ciudades más pequeñas aumentando el nivel de almacenaje con el fin de crear una sensación de escases pero manteniendo los niveles de inventario.

El multimillonario Lorenzo Mendoza, mantiene conversaciones regulares con todas las entidades económicas supranacionales del mundo, especialmente con el Fondo Monetario Internacional que ha participado asesorando la conjura contra nuestro país.

Más allá del daño económico que busca acabar definitivamente con la revolución, la guerra económica diseñada por Mendoza y sus aliados está dirigida a la psique de la gente, a lograr un colapso cultural por la imposición de valores fuera de su alcance, por eso se utiliza el aumento del consumo, porque en términos reales mantener ese nivel de consumo es realmente difícil para cualquier venezolano. Esto propicia la desintegración social del país, y busca en última instancia una confrontación de grandes magnitudes, que permita acabar con el sueño del socialismo y crear un gobierno para la plutocracia.



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Luis Figuera


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