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Control de Cambios y de Precios

Generalmente, las medidas de control de cambio se producen cuando se da una considerable caída de las reservas de divisas, y se corre el riesgo de que los compromisos internacionales que se realizan con moneda extranjera ha llegado a límites preocupantes.

Para evitar posibles atrasos en el pago de la deuda externa, la imposibilidad de importar bienes y servicios que no produce el aparato productivo interno, el incremento de riesgo país con el consiguiente aumento de las dificultades para adquirir capitales foráneos, y hasta una posible devaluación del bolívar, las autoridades monetarias de la república (Banco Central), recomiendan al Gobierno Nacional adoptar medidas como el Control de Cambio y el Control de Precios de los productos de primera necesidad.

Este tipo de medida trae consigo modificaciones al régimen cambiario, algo habitual en la Venezuela desde el 18 de febrero de 1983, cuando el tristemente recordado “Viernes Negro”.

En los escenarios que se presentan bajo este régimen, la inflación y la corrupción persiguen a los controles como la sombra al caminante cuando el sol declina. Desde el primer gobierno de CAP, la inflación por quinquenio, en porcentajes, ha sido: 43.9 durante CAP I; 65,3 durante Herrera; 113,3 durante Lusinchi; 226,3 durante CAP II y 298,1 durante Caldera II, para un promedio de 149.38 por quinquenio .

Durante Caldera II, la inflación alcanzó la marca histórica de 103,2% en 1996, al superar la anterior de 1989 cuando CAP II que llegó a 81%. Los cuatro años de Chávez han sumado 77,3 de inflación(1), logro magnificado satánicamente por casi todos los medios de comunicación privada.

Algo novedoso en el período bipartidista fue el tránsito abrupto de un régimen de cambio fijo imperante desde 1964 (Bs.4,30/$), a un régimen de mercado oficial (controlado) con dos tipos de cambio fijos preferenciales (Bs.4,30$ y Bs.6,00/$), administrado por RECADI, y un mercado libre. Esta medida fue adoptada para frenar la masiva fuga de dólares que se había iniciado en los últimos meses de CAP I, pero que obró el milagro de convertir en millonarios a numerosos dirigentes de la partidocracia.

Durante todos los años de la democracia representativa: los ministros y altos funcionarios de la economía del Estado Venezolano surgieron de ternas o listados provenientes de Fedecámaras, quienes lograron el milagro de llevar el Tipo de Cambio de 3,35 Bs/1$ en 1960, a 564,50 Bs./$ al 31 de diciembre de 1998. La Deuda Externa, medida en millones de dólares, pasó de $2.000 en 1971, a $29.344 en 1980 y a $35.842 en 1995; el año nuevo de 1999 la deuda había bajado a $23.440, para situarse el 31 de diciembre de 2002 en $20.629, el nivel más bajo desde 1978.

La medida del Control de Cambios se adopta con el fin de frenar la salida abrupta de divisas, compensar desequilibrios en la Balanza Comercial y estabilizar las Reservas Internacionales del país. Es conveniente señalar que en el mundo desarrollado, donde se da una alta movilidad de capitales, los controles como el aquí comentado han desaparecido por completo desde los años 80. Pero en buena parte de los países en desarrollo, como Venezuela, en situaciones como las que vivimos hoy día, se restringe la conversión de activos financieros extranjeros en moneda local en forma rápida, ya que el BCV simplemente no vende ni compra divisas para este fin. La compra y venta está limitada casi exclusivamente a las transacciones de cuenta corriente, es decir, a la compra de bienes y servicios de uso imprescindible por la población (alimentos no producidos en el país, medicinas y equipos, materia prima, transferencias a estudiantes, etc.). Los exportadores reciben el tipo de cambio oficial cuando transforman sus ingresos de divisas a moneda local; de igual modo, los importadores adquieren divisas al tipo de cambio oficial(2). Es falso, como dicen muchas voces agoreras, que esta medida es obsoleta. En los países que se rigen por las normas del FMI y el BM, donde lo importante es la acumulación de excedentes económicos para garantizarse el cobro de la deuda externa, es claro que estas medidas casi desaparecen, pero no en forma absoluta.
Fuente: BCV.
Sachs-Larrain, Macroeconomía, pág. 398.

*Economista







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Prof. César Prieto Oberto *

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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