Del Carmonazo al Paro Cívico

Definitivamente, si algo ha demostrado la dirigencia de la oposiMUD, es su incapacidad para dirigir cualquier cosa menos un país tan complejo como lo es, la Venezuela Bolivariana de estos nuevos tiempos. La obsesión por cumplir con las órdenes emanadas por el amo imperial del norte, los ha llevado a hipotecar sus actuaciones a lo que se les instruya desde la embajada estadounidense y los organismos de inteligencia de dicha potencia. Muy poca libertad de acción, tienen los dirigentes de la oposiMUD. En su afán de presentarse más serviles que Macri; en enero pasado, apenas habían asumido la Asamblea Nacional, ya le daban al camarada Presidente Maduro tan solo seis meses de vida al frente de la Jefatura de Estado. Ya lleva, diez meses y tan solo le restan dos meses y cinco días, para que el boquicloaca de Ramos Allup le entregue a su sucesor la silla de presidente de la Asamblea Nacional. Quienes se enorgullecen de sus estudios en universidades y se dan bomba con sus títulos e ironizan tildando a quienes no los tienen de "brutos" y "burros", si algo han evidenciado en estos diez meses es que los brutos, burros e incapaces son ellos y, sin duda, pasaron por la universidad, pero la Universidad no pasó por ellos. El camarada Nicolás Maduro, si algo ha venido demostrando en estos meses de 2016 es que, sencillamente, es un Estadista, tal cual lo fue nuestro Comandante Hugo Chávez Frías. Winston Churchill, lo definía a su manera: "El político se convierte en estadista, cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones". Demos gracias a esta crisis inducida, en gran parte por los poderes facticos imperialistas, que nos han traído esta bendición si así pudiéramos llamarla, para provecho y ventura del pueblo venezolano, como señalara G. W. F. Hegel: "…los grandes individuos, son engendrado por los tiempos mismos". Por supuesto, teniendo presente siempre, que el camarada Maduro sabrá tomar las alabanzas de su pueblo con la misma humildad con que las asumía Fidel el 02 de enero de 1966, en un discurso con motivo del séptimo aniversario de la Revolución Cubana, en la Plaza de la Revolución: "Hemos pasado los primeros años. Nunca hemos ocultado la realidad, que ningún revolucionario debe ocultarse jamás, de que la inmensa mayoría de nosotros carecíamos de experiencia en muchas cuestiones; que la inmensa mayoría de nosotros nos enfrentábamos a una tarea enteramente nueva y verdaderamente difícil. Nadie nace sabio, nadie nace gobernante, nadie nace lo que llaman estadista, aunque esa palabra tiene un poco de sabor viejo, un poco de sabor burgués, porque antes se llamaba aquí estadistas a aquellos señores, y en nombre de su estadismo, trataban de tomarle el pelo a todo el mundo. Y nunca hemos negado, ni en la realidad de nuestras inexperiencias, ni las realidades de nuestros errores, en el esfuerzo siempre incesante de aprender, de comprender y de hacer mejor las cosas. Y entendemos que este es el único camino, tanto de los dirigentes, como del pueblo en Revolución, porque en este proceso todos, absolutamente sin excepción, hemos aprendido mucho; aprendido al ritmo en que se aprende durante una Revolución en que las masas y los cuadros adquieren en meses lo que de otra forma lleva años o tal vez nunca llegue a comprenderse. Porque hay una diferencia tremenda entre teoría y la realidad cuando llega la hora de convertir en hechos concretos las aspiraciones de un pueblo, las ideas políticas de un pueblo". De allí, la máxima de Fidel: "un partido revolucionario puede realizar movimientos tácticos, pero no debe cometer errores estratégicos", priorizando la Estrategia y la necesidad de tenerla siempre clara y precisa, como si se tratara de la Venezuela de estos años convulsionados de 2016, por eso señalaba en 1985, en entrevista con Elliot y M. Dymally que: "Hay una cosa más importante en este momento que los propios cambios sociales, es la independencia de nuestros países". En contraposición, nuestro pueblo ha encontrado un liderazgo opositor, para nada distinto de lo que fueron aquellos líderes de la cuarta república: mentirosos como el que más, oportunistas, corruptos y salta talanqueras; además, sin ideas y proyectos de país propio, autóctono, todo se lo trazan los organismos de inteligencia del imperialismo de los EEUU y quienes le financian su accionar político-partidista. Un liderazgo oposiMUD, sin visión de país, sin visión de largo plazo. Con visión de entrega del país a los dictámenes de su amo del norte, de su recolonización.

Si en 2002, esa misma oposición con nombres distintos: Coordinadora Democrática ayer, hoy Mesa de la Unidad Democrática, tardó nueves meses para transitar de la "carmonada" al paro cívico, en estos tiempos de 2016, esos meses se convirtieron en solo días. El domingo 23 de octubre, anunciaron desde la sede del Hemiciclo legislativo no ya, como en abril de 2002, la disolución de todos los poderes públicos sino la amenaza de sustituirlos mediante el mecanismo de la designación parlamentaria de nuevos rectores del CNE y magistrados del TSJ. Mientras que, a quienes permanezcan en sus cargos, ya sean jueces o rectores y no se sometan a las directrices de la mayoría derechista de la Asamblea Nacional, les amenazan con llevarlos ante la Corte Penal Internacional, donde formalizarían denuncias sobre el falso supuesto de "persecución política al pueblo de Venezuela". Así, en su "carmonada", mientras denunciaban la ruptura del hilo constitucional y sus medios de comunicación transmitían al mundo dicho acto espurio y falto de seriedad, el pueblo en las afueras de ese teatrillo de poca monta en que convirtió el boquicloaca del Ramos Allup, la otrora majestuosa Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, la casa de las leyes revolucionarias, veía expectante el show hasta que provocado por sus acciones espurias, optó por entrar al teatrillo de poca monta y ponerle punto final al mal espectáculo. Tal cual se tratará de un 11 de abril de 2002, las ratas huyeron apenas el pueblo entró al hemiciclo donde minutos antes diputados de la derecha fascista, esparcían toda su carga de odio contra el Presidente Maduro y demás poderes públicos, además de incitar a nuestra FANB a rebelarse contra el Orden Constitucional que supuestamente estaba "roto", como manifestaban en su proclama de "Acuerdo para la Restitución del Orden Constitucional en Venezuela", ya el retrato del Padre Libertador Simón Bolívar, el propio boquicloaca de Ramos Allup, hacía meses atrás que se había encargado de sacarlo del recinto de la Asamblea espuria y golpista, creyendo que, con ello, borrará de la memoria colectiva, la majestuosidad de la obra hecha por los Padres Libertadores Simón Bolívar y Hugo Chávez, en beneficio de la construcción de la Patria Grande, la garantía de la Independencia Nacional y nuestra Soberanía Plena.

Y si en 2002, transitaron nueves meses para parir el paro sabotaje petrolero o mal llamado paro cívico, en su fase de desesperación, se trazaron apenas 4 días para transitar del "carmonazo" al paro cívico, un viernes 28 de octubre de 2016. No podía ser otro el resultado que el fracaso. Ni la propia burguesía se les unió cerrando sus empresas, apenas algunas universidades autónomas se les unieron tímidamente en "paro silencioso", cerrando sus puertas y suspendiendo sus clases; mientras que, estudiantes, obreros y empleados acudían a sus actividades rutinarias por medio día. Contradictoriamente, entre los pocos trabajadores y trabajadoras que acudieron al llamado de la oposiMUD, hoy sienten el peso de sus patrones y patronas quienes les descuentan sus Cestaticket y salarios, abandonados a su mala suerte de seguir un liderazgo político negativo. Para nuestra fortuna, esta derrota de la oposiMUD no tuvo las pérdidas de 2002 que, de acuerdo a cifras del BCV se estimaron, tan solo para PDVSA, en 2.598 millones de dólares en petróleo no exportado. Además de sus efectos perversos sobre el desarrollo económico de la nación, que se expresó en una contracción del PIB de 2,9 por ciento, en la caída de la actividad comercial en 27,7 por ciento, en dos meses que duró ese paro-sabotaje.

Los cambios importantes en una sociedad se dan en un nivel muy profundo, no visible y son imperceptibles para la mayoría del pueblo, aunque sean ellos y ellas, quienes padecen sus consecuencias directas. Y, si bien nos enseña el astrónomo estadounidense Edwin Hubble que: "La historia de la astronomía es la historia de horizontes que retroceden", bien procede utilizar su cita para explicarnos la forma de actuación, en estos tiempos de modernidad, en los que la derecha suramericana envalentonada como está, pretende retrotraernos a tiempos pasados. Como bien lo señala el camarada Jefferson Miola, ex coordinador ejecutivo del Quinto Foro Social Mundial, quien en relación al gobierno del derechista Michael Temer señala que "las políticas del gobierno usurpador, colocan al país en aquella época del Estado oligárquico montado para atender los intereses de una minoría parasitaria y patrimonialista a costa de la exclusión de la mayoría de la población", concluyendo de manera dramática: "En apenas cinco días de instaurado, el presidente interino Michel Temer hizo retroceder a Brasil 50 años en la historia". De igual forma, en tan solo 10 meses de gestión al frente de la Asamblea Nacional, esa mayoría circunstancial encabezada por su presidente el boquicloaca del Ramos Allup, intentó devolvernos históricamente al terrible ciclo de la cuarta república, expresando en leyes que pretendieron privatizar las viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, las empresas pública (CANTV-MOVILNET, SIDOR, entre otras), anular leyes de alto contenido protectorio como el caso de la LOTTT, Telecomunicaciones y Cajas de Ahorros, revertir el contenido social del Presupuesto Ley de la República 2017. Una célula maligna, se enquistó en el cuerpo social de la República y, desde allí, intentó infectar todo el cuerpo de la República. Envenenarlo de enfermedad terminal. Para nuestra fortuna, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela después de esta intensa prueba, ha demostrado tener todas las respuestas contra los ataques de sus más enconados enemigos, los mismos que en 1999, llamaron a votar en contra de su aprobación y hoy, hipócritamente, la utilizan para sus fines nada santos, su destrucción, tal cual hicieron en 2002, en que renacieron por la gracia de Pedo Carmona Estanga, la Constitución de 1961.

Señalaba, como recomendación el revolucionario ruso León Trotsky que: "El deber primordial de un revolucionario es conocer las leyes que rigen los sucesos de la vida y el saber encontrar, en el curso que estas leyes trazan, su lugar adecuado". Tanto el imperialismo de los EEUU como la oposiMUD, hoy se encuentran en retirada. El camarada Presidente Maduro, les ha lanzado el salvavidas del diálogo como ariete para que no desparezcan del escenario político nacional, sin dejar rastros. Hasta qué punto es acertada esa política? El tiempo nos lo dirá. De nuestra parte, estimamos desacertada dicha política pues como nos lo ha demostrado esa parte de nuestra historia, una vez que el Comandante Presidente Hugo Chávez les perdonó sus aventuras golpistas y retornó a Palacio con su crucifijo en la mano perdonándoles sus crímenes, esos mismos que hoy llaman al derrocamiento del Presidente Maduro, atacaron nuestro pueblo con su paro-sabotaje petrolero. No escatimaron tiempo ni esfuerzo alguno para volver a clavar su cuchillo en el pecho de la nación, procurando su muerte. Ahora convocan sus hordas fascistas para el asalto final a Miraflores. Es, como si después de fracasado el paro cívico de 2002-2003, las huestes fascistas se hayan propuesto devolverse a la marcha del 11 de abril de 2002, que conmocionó al país y propició las condiciones necesarias para el derrocamiento del Presidente Hugo Chávez. Pretenden, manejar la historia a su antojo como si tamaña ambición fuera posible de realizar. Como si el pretendido "dios" imperial pudiera manejar a su antojo, desde su oficina oval en la Casa Blanca, el destino de la humanidad. Obviando Mr. Obama, las leyes de la ciencia del materialismo que bien nos enseña F. Engels al sentenciar que: "todas las luchas históricas, ya se desarrollen en el terreno político, en lo religioso, en el filosófico o en otro terreno ideológico cualquiera, no son, en realidad, más que la expresión más o menos clara de luchas entre clases sociales, y que la existencia, y por tanto también los choques de estas clases, están condicionados, a su vez, por el grado de desarrollo de su situación económica, por el carácter y el modo de su producción y de su cambio, condicionado por éstos".

La Revolución Bolivariana vencerá, porque en esta nueva batalla de marcado signo antiimperialista, la mayoría del pueblo venezolano sabrá escoger su frente de batalla, optando por la defensa de su Patria. En esta batalla, como lo fue la de Carabobo en 1821, en que la Patria reunió a sus mejores hombres y mujeres, quienes en tan solo 45 minutos, definieron el destino de la América toda. Tan igual que en Carabobo, las huestes imperialistas, este 3N serán derrotadas y sepultadas sus aspiraciones de dirigir los destinos de la Patria, para colocarlos de rodillas a los dictámenes del imperio del norte. Es la hora de las y los patriotas, como solía decir nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez, al advertirnos que: "No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria…."

Caracas, 30-10-2016

 

 



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Henry Escalante


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