Un tema controversial, dicen algunos. Yo diría que un tema que contribuye a la confusión de conceptos, sobre todo por aquellos que no les interesa el tema del coloniaje capitalista. Como si el capitalismo fuera nuestro americano. Pero no lo es, es un invento europeo. Quizá la tiranía imperial sea muy prehispánica. Pero el capitalismo no es nuestro americano, y sí es el verdadero coloniaje, frente a eso de querer vestirse, comer y curarse mediante los inventos y técnicas autóctonas, mediante nuestras tradiciones. Referirse a las formas de pensar y de hablar no describe lo que es realmente estar colonizados. Estar colonizados culturalmente es pensar, sentir, y hacer como el colonizador. Se refiere también al hacer como él, a pensar como él desde el ser como él.
Habría que preguntarle a Maduro o a Aristóbulo si están dispuestos a dejar las corbatas; a desmontar la cultura clasista que domina a la administración pública; a acabar con la cultura corporativa y capitalista de PDVSA; a dejarse de la ostentación y los Shopping fuera del país. Es fácil pedir la descolonización de Nuestra América, lo difícil es descolonizarse. Es sencillo eso de los decretos y deseos. Pero es difícil si estamos colonizados en lo más profundo y no lo sabemos.
Es imposible descolonizarse si somos un mercado cautivo para la Polar, para la Samsun o para la Toyota. Es absurdo hablar de eso cuando tenemos planes en "pleno desarrollo" para convertir al país en una enorme feria comercial e industrial, por una parte, y por la otra en una COLONIA de las corporaciones mineras y de las petroleras más grandes del planeta. QUE DESCARO DE HIPOCRESÍA.
Ya el presidente de Rosneft declaró que no piensas disminuir su producción de petróleo, a pesar de la OPEP ¿Por qué no le dice, presidente, que nos ayude a descolonizarnos? ¿Por qué no se reúne con Winston Vallenilla y le dice que ayude un poco a descolonizarnos? Que aproveche ahora que se celebra el Halloween. Pero también para el día de Gracias, el día de las madres, del padre, etc. Aproveche y descolonícenos con un decreto (y no con una verdadera revolución) de todo eso, que nos hace gastar y derrochar en esas obligaciones que son "nuestro americanas", pero americanas del norte, y europeas.
Consumir y poseer cosas de más; acumular mercancías; ostentar lujo y tecnología; escalar socialmente, por encima del resto de la sociedad y a costa de su fracaso; el pensamiento egoísta e individualista; la beatería católica; la iglesia católica; los "productos" musicales de los programas mañaneros de Tves; todas las necesidad falsas e inútiles creadas por el capitalismo para poder sostenerse en el tiempo; la publicidad y propaganda comercial, son formas del coloniaje capitalista, que es cultural y a la ves existencial, o sea, espiritual y material.
La pregunta es ¿Qué ha hecho el gobierno en estos tres años para disminuir el efecto espiritual del capitalismo? La respuesta es NADA, todo lo contrario. Ha estado estimulado el consumo de fruslerías hasta más no poder; ha sustituido la "conciencia del deber social" con una consciencia egoísta e individualista a ultranza; y ha estado estimulando y sustituyendo al socialismo, a las empresas de propiedad social por empresas capitalistas ¡No creo que en el gobierno se refieran a estos avances socialistas y de naturaleza marxista, como parte del coloniaje a cual tenemos que vencer!
Nuestros valores culturales "nuestro americanos" no pueden estar, ahora mismo, por encima de nuestros intereses de clase explotada, y de sexo explotado (hablo del sexo femenino). Hasta ahora nos han enseñado a pensar como los amos, a odiar a los pobres y no a la pobreza; Chávez quiso revertir ese efecto. Pero en tres años hemos retrocedido hasta los años ochenta del siglo pasado, la década de la máxima idiotez pro capitalista y consumista.
Pregúntenle a Liborio Guarulla, que vestido con un taparrabo o con plumas e la cabeza es, a pesar de todo, el mejor ejemplo de los efectos culturales del capitalismo; es corrupto y tramposo. Un ejemplo más de cómo se puede metamorfosear el capitalismo en lo que sea, dentro del carnaval del mercado, dentro de su farsa y su superficie.
Otra vez, lo que para Chávez era una necesidad política incluir a los pobladores originarios y su cultura en el desarrollo de la sociedad; lo que para él fue coherencia con la justicia socialista, hoy es oportunismo. No puede ser una excusa para la colonización la descolonización.
Ya veremos después de que se active la Comisión de Maduro para la Descolonización como muchos ministros, muchos diputados y muchos empresarios, con el alma tranquila, se mostraran enguayucados, con alpargatas ¡hasta hablando guarao, pemón o guayú!, para la televisión. Pero con los zapatos, la corbata y el paltó arregladitos en un morral o en un casillero para cuando les toque reunirse y hacer negocios en grande, a fin de entregar medio país, a fin desarrollar las fuerzas productivas del país, en sana PAZ.
