Presidente: La distancia no se puede medir en kilogramos ni el peso en metros

“Alguien nos da un consejo desde lo profundo de su corazón, para nuestro bien, pero suena como un disparo en nuestros oídos y con enojo le despreciamos como si de nuestro peor enemigo se tratase. Sin embargo, cuando alguien sin verdadero sentimiento hacia nosotros, engañosamente, nos dice aquellas cosas que nos gusta oír, pagamos su hipocresía con amabilidad”
Dharmarakshita: La Rueda de las Armas Afiladas

“Sí, ya sé que es fácil aconsejar sin estar en Su situación ni cargar con Su responsabilidad”
Vaclav Havel: La responsabilidad como destino

“Si yo quiero obtener X y sé que, si se produce C, se desencadenará X, lo que haré es producir C “
Félix Ovejero: La libertad inhóspita

Estimado señor presidente del Partido Socialista de Venezuela (Psuv):
Me dirijo a Usted con “Temor y temblor”, pero abrigo la esperanza de que Usted aceptara mis reflexiones sin ese rechazo lleno de prejuicios con el cual se reacciona hoy ante todo lo que no elogia la línea política oficial. Presidente: hoy no podemos, como Leibniz, interpretar la realidad venezolana (el mundo) como teodicea, como armonía preestablecida y como el mejor de los mundos posibles, porque esta apologética, aunque sea defendida con los argumentos más sutiles, es desmentida todos los días por la injusticia y la brutalidad que vemos a nuestro alrededor (hambre, pobreza, desempleo, delincuencia asesina, educación de pésima calidad, sistema de salud injusto y precario, hiperinflación, otros).

No hace falta poseer un talante pesimista para advertir en la situación histórica presente una falla profunda entre el ideal de felicidad y la realidad concreta. Venezuela vive un momento histórico caracterizado por una profunda crisis de seguridad y de felicidad. La crisis económica es el indicador más cualificado de esta insegura situación histórica. Además de ser estacionaria y no pasajera, la actual crisis económica es estructural y no coyuntural. Sus asesores tal vez le han dicho que no todo lo que sucede en la vida económica acaece como producto de actitudes y decisiones morales .Sin embargo, en la raíz de la actual crisis económica (crisis estructural y crisis de sociedad) se puede detectar el factor (componente) moral. La crisis económica arrastra con ella una crisis moral Esta tiene la misma profundidad y extensión que aquella.

Por eso se pude afirmar que en la crisis económica actual existe:
Una raíz ética, que implica en cierta medida la génesis del actual desequilibrio económico;
Una concomitancia ética, en cuanto que a la degradación económica acompaña una degradación del nivel moral;
Una consecuencia ética, es decir, la crisis económica, generada por el desorden moral, genera a su vez contravalores morales.

Presidente, Usted sabe que Venezuela atraviesa desde hace tiempo una crisis cada vez más profunda de la conciencia crítica, lo que explica que se acumulen los problemas irresueltos y que las cosas vayan de mal en peor. Esta crisis ha incidido en todos los ámbitos, en particular en el seno del partido por Usted liderizado, me refiero al PSUV uno de cuyos signos centrales es justamente la ausencia de autocritica. Partido donde muchos (en la dirección) ciegamente enamorados de sí mismos, padecen de narcisismo crónico; de ahí su ceguera para ver y reconocer las anomalías y aporías de todo género que el proceso (sistema) engendra sin cesar. Presidente, es obvio que allí donde no hay autocritica ni critica digna de ese nombre tiene que reinar inevitablemente la rutina, el conformismo y la conciencia satisfecha, que es lo que en general ocurre hoy.

Presidente, las dificultades se acumulan y los problemas se complican más y nos estamos acostumbrando a aceptar lo anormal como normal; asistimos a una doble crisis: una crisis de la conciencia crítica y una crisis de la conciencia ética, dos fenómenos unidos intrínsecamente entre sí.

Si es profunda la crisis, mayor es todavía la posibilidad de la esperanza .No cabe la actitud de la resignación fatalista e inoperante. No nos encontramos como en un “final de fiesta” cuando todos los bienes han sido derrochados y no resta otra cosa que escuchar la melancólica advertencia “Señores la fiesta se ha terminado”(Schumacher).
Presidente no me arrogo el derecho a aleccionarle, ni tampoco pretendo adjudicarme “la conciencia de Venezuela”, sólo intento aportar algunos argumentos e ideas algo diferentes a los que le abruman por parte de quienes le rodean.

medida713@gmail.com



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Luis Antonio Azócar Bates

Matemático y filósofo

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