La geografía de luto por la pérdida de Ernesto y Carlos

Lamentable la noticia, vinculada con la despedida de dos personas que se vieron involucradas en mi proceso de formación universitaria y a quienes defino como maestros de la geografía. Cada uno en sus áreas dio a todo el universo de profesionales egresados de la Ilustre Universidad de Los Andes, un valor agregado que va más allá del proceso formal de formación académica. Ernesto Flores irreverente en las ideas conservadoras y Carlos Amaya con visión un poco conservadoras pero cómplice en las ideas revolucionarias que para el momento se desarrollaban en la Cooperativa de Geografía, fue él quien nos dio la sede e inmobiliario de nuestra organización en la planta baja (aula N° 1), donde desde allí se organizaban eventos académicos, deportivos y recreativos, que permitió asentar las bases en el tiempo para alcanzar el gran logro ganar el centro de estudiante de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, bajo la candidatura de Dante Rivas, estoy convencido que a mis hermanos de carrera como Adelis Perez, Diego Padrón, Dante Rivas, Alexis Ramírez, Héctor Cedeño, Yolimar Martinez, Liliana Rivas, Liliana Ruiz, Jenny Subero, Carmen Yolanda, Lucas Teofilo, Cucho, Marcos, Mirella Nava, Yeisa Peña, Dennis Torres, Rafael Guzmán, entre otros; además de nuestros fiel amigo y orientador Wladimir Ramos y nuestro otro pana Omar Gutiérrez, los embarga la tristeza por dos grandes de la geografía que de manera decidida fueron partícipes de nuestra lucha Universitaria.

La rebeldía de Ernesto Flores, además de contagiosa llevaba impresa una suerte de doctrina socialista caracterizada por la necesidad de cambios que requería el País. Flores a quien le doy gracias por permitirme hacer las pasantías en el instituto de ingeniería y luego ser el Presidente del jurado de mi tesis, fue un líder pedagógico y de vida. Impacto varias generaciones, Zoilo Ferrer, Luis Chirinos, Fluvio Tamborini, el gordo molina, Anita Cruz entre otras. Siempre mostró preocupación por lo que acontecía en la escuela de Geografía, dándonos su punto de vista con respeto a nuestra idea, acuñando grandes decisiones y lo más importante, hablándonos de las grandes bondades que tenía nuestra futura profesión. Era el amigo y profesor de los rebeldes y a veces corrientes de pensamientos adversas a la de él, nos catalogaban como la gente de Ernesto. Sentimos apoyo en momentos cruciales de nuestras carreras el más reconocido quizás, al momento de definir tutor para cumplir con la fase culminante de nuestra formación. Siempre estuvo allí, nunca nos abandonó por eso hoy junto a tantos lamentamos su desaparición, nos defendía de formas y modos absurdos que buscaban solo el hacer daño por comulgar con ideas distintas, Ernesto, seguramente alguna cosa debe estar inventando en donde reposa su alma porque quieto no debe estar. Amigo, compañero y hasta padre de quienes dejamos a nuestros viejos en otras ciudades de Venezuela, para formarnos profesionalmente en la bella ciudad de Mérida.

Carlos Amaya, al igual que Ernesto muy querido por muchos de nosotros, siempre estuvo casado con la excelencia haciéndonos énfasis que el líder si es buen estudiante tiene adosada una admiración natural en sus compañeros, quienes en todo momento en cualquier escenario reconocerán de él, su liderazgo. Como olvidar sus prácticas de campo que nos dio las bases para entender e interpretar la dinámica y organización urbana, elemento que no pasa desapercibido por ninguno de quienes fuimos sus alumnos al momento de ingresar y recorrer una ciudad. Por otro lado mientras que Ernesto innovaba en técnicas y tendencias cartográficas, Carlos Amaya desarrollaba su línea de investigación a la geografía electoral, una vez le escuche decir la geografía es el todo solo la debemos aplicar su método en cualquier área de investigación.

Son dos grandes maestros de la geografía que no están con nosotros en lo terrenal, pero dejaron impregnado en muchos las mejores de las formaciones, cada uno a su manera, en nombre de mis compañeros de la cooperativa de geografía y el movimiento 19, en el plano donde se encuentre le damos las gracias por haber sido con nosotros seres especiales e imposibles de olvidar.



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Joselino Serrano


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