En el gobierno y todos los adictos a él podrán decir de Jorge Giordani lo que quieran, pero cuando el economista dice que podemos vivir sin petróleo, oro y sin diamantes, pero no podemos vivir sin agua y sin aire, resume la estupidez que está al centro de los planes para la emergencia económica. O los planes pensados para elevar las fuerzas productivas, o cualquiera sea las razones para acabar con nuestra herencia..

Respecto a la emergencia, la verdad es que no se sabe que tanta la hubo al reunir 150 empresas de 33 países en tiempo record. No se ve en esto mucha improvisación. Pero sigue siendo una estupidez comerse el plato de lentejas del oro, diamante, bauxita, diamantes, coltán, cobre y etc. sin pensar en el futuro. Más que una estupidez, es un acto irresponsable que hay que revertir ahora. No es posible que se entregue la revolución y se quiera acabar con el país al mismo tiempo, tal y como lo haría (y lo hará, cuando tenga su turno) la derecha nacional junto a sus patrones del norte.

Por otra parte, mucha gente parece que olvidó que esto comenzó siendo una revolución socialista. Que los problemas se deben enfrentar entre todos y que sus soluciones, y más las que conciernen al país entero, al paisaje, a los recursos naturales, deben ser consultadas a toda la población, no tomadas de espaldas a ella.

Nuestro caso no se resume en un hueco fiscal y la caída del precio del petróleo. También hay un hueco moral y de consciencia. Hay que recordar que el gobierno de Maduro entregó más de 21 mil millones de dólares a empresarios ladrones y esta es hora en la cual no se conocen responsables del robo. Hay que llamar la atención que este gobierno piensa seguir entregando dólares confiando en los capitalistas, muchos de ellos con antecedentes de ladrones, incluyendo la empresa Gold Reserve. El hueco de la conciencia nos tiene derrochando casi que como antes en el consumo de cualquier cantidad de basura, peleando por peroles innecesarios.

También, ese hueco moral y de consciencia nos ha distraído de nuestra meta original que es hacer la revolución, acompañar al gobierno en la toma de decisiones radicales y revolucionarias. No pensamos en castigar a los manipuladores y acaparadores confiscándoles sus plantas y empresas sino que les regalamos dólares. No apoyamos desde el principio a las empresas socialistas, abandonamos la controlaría social, la organización social, la formación política, pero en cambio comenzamos a regalar y a repartir cosas materiales. Todavía hoy Aristóbulo Isturiz piensa que socialismo es repartir cosas, sin pedir nada a cambio, sin crear conciencia, de que el destino de cada uno de nosotros es el destino de toda la sociedad.Todavía se piensa en comprar a la gente con cosas materiales, comprar apoyos, comprar fidelidades.

El "hueco fiscal" es el menor de nuestros problemas, el problema grueso es el moral y de la consciencia, la pérdida de la revolución frente a nuestras narices; la entrega del país al capitalismo delante nuestros ojos y nos quedamos callados o no hacemos los locos. Disimular por comodidad las locuras del gobierno no las va a desaparecer, negarnos el futuro por un plato de lentejas es nuestro final cantado. Hay que revertir esta locura de una vez. Hay que retomar el camino de la revolución de Chávez, volver al Plan de la Patria original, el mutilado y adulterado en esa Ley nefasta del Plan de la Patria, redactada por tecnócratas y justificada por Jorge Rodriguez y compañia.

Sin distracción, sin adormilamientos, hay que llamar la atención al pueblo chavista de la entrega del país a los capitalistas, con el pretexto de superar una crisis económica, la cual es más bien moral. Seamos revolucionarios y socialistas, paliemos todos, trabajemos todos por superar esta crisis sin entregarle el país al capitalismo y a los capitalistas, sin humillarnos al imperio. Abramos los ojos!!