¡Cámbialos!

Nuevamente la palabra cambio se vuelve a poner de moda en nuestra querida, mal querida, acariciada, manoseada y muy apetecida Venezuela. Y no nos extraña para nada porque por décadas ha sido la palabra preferida de políticos y politiqueros de oficio, aunque se haya comprobado que el ser humano se resiste a los cambios y prive el refrán de, "más vale malo conocido que bueno por conocer".

En el pasado reciente hubo cambios. Cambiaban de facha y de color, de slogan…, pero, imperaba el mismo modelo. ¡Tanto!, que se parecían igualitos. ¡El mismo miasma! Hasta que en 1998, sí hubo un cambio significativo. Este cambio enseñó al pueblo a llamar las cosas por su nombre. A diferenciar modelos. A esforzarse. A prepararse. A hacer política. A seguir un proyecto y a un líder. Esto, por su puesto, exacerbó la sangre de los defensores y vividores del viejo modelo que hasta la fecha rumian el pasado para mantener viva la llama del "we will come back". Otros han mutado de color y se presentan como nueva alternativa disfrazando el rancio modelo. Y, un grupo, más sagaz, como todo líquido, ha tomado la forma del recipiente. Camufladito, hace de las suyas, "las zorras cambian de pelaje, más no de mañas", dice el dicho.

El pueblo venezolano no es tonto, ha aprendido mucho, aunque aún le falte por aprender, ya no es el convencible aquel llevado de aquí para allá por cualquier viento o movimiento. Ha aprendido tanto, que no hay manual, formato o estrategia comunicacional por avanzados que sean, que hayan podido moverlo. Está claro y resteao. A pesar de las traiciones y de los que han vendido su dignidad por un puñado de verdes o bolívares. De los que han seguido el juego a los enemigos de la patria…

Ese pueblo claro y resteao, también está consciente que este modelo ha cometido errores en políticas económicas; de planificación; de cálculo…que muchas veces no se han escogido los mejores para ocupar cargos importantes, que no han sido eficaces y mucho menos eficientes. Que hay una guerra económica diabólica aunada al descalabro de los precios del petróleo empeñados en quebrarle el lomo y que se han tomado medidas pero no han sido suficientes para derrotarla. Que hay muchos delincuentes políticos que debieran estar presos y andan campantes como si nada…y por otras razones más, como calarse las colas en busca de un producto entre bachaqueros inescrupulosos, esfuerzo en ocasiones infructuoso, tener que pagar sobreprecio al inhumano especulador y al acaparador. Ante esto, traga grueso, menea la cabeza, mira al cielo y piensa ¡Cámbialos!

Pero, ¿Cambiarlos por quiénes? Se pregunta ¿Por los mismos o por sus clones que nunca han levantado ni levantaran sus manos para aprobar algo beneficioso para el pueblo? ¿Por los mismos o sus clones que no han reconocido nada positivo en materia de salud, educación, alimentación? ¿Por los mismos o sus clones que ante el decreto imperial huyeron valientemente hacia adelante para no firmar en contra de tal pretensión y callaron ante la amenaza del gobierno guyanés? O, ¿Por los mismos o sus clones que se opusieron a

las pensiones y a la entrega de canaimitas y tabletas para los estudiantes? ¿O a la Misión Vivienda? ¿Por los que ni si quiera portan por la Asamblea a defender a esa parte del pueblo que los eligió? ¿Por los que apoyan y guardan silencio cómplice ante hechos de violencia, muerte, destrucción, desestabilización? ¿Por los que anhelan una intervención militar para recibir con vítores al invasor banderita de estrellas y barras en mano y orejas de Mickey Mouse? ¡Umm…!

¡Sí! ¡Hay que cambiarlos! Responde. A través del voto. Escogiendo los mejores a la Asamblea Nacional A esos que cuando les toque levantar la mano para aprobar o desaprobar algo se pongan la mano en el corazón y disciernan si la decisión a tomar es la adecuada, lo más conveniente para todos, por el bien de la patria, y no para el beneficio personal o de un grupo. Sin someterse a órdenes de nadie sino a la razón. Que ejerzan contraloría y velen por las obras a ejecutarse. Que luchen por lo mejor para su estado. Que denuncien cuando sea necesario hacerlo. Hombres y mujeres que de verdad amen la patria. Probos. Con currículo no con prontuario. Comprometidos con el bienestar y desarrollo del país. Que defiendan los logros alcanzados…

"Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime", Proverbios 29:2.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2179 veces.



Elmer Montero

Licenciado en Comunicación Social,locutor,productor radial,escritor,compositor,músico,poeta.

 elmersanto@hotmail.com      @elmersanto

Visite el perfil de Elmer Montero para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Elmer Montero

Elmer Montero

Más artículos de este autor