Cuidado con el fascismo y la ultraderecha

América Latina ha vivido bajo el acecho del facismo épocas de terror a mediados del siglo XX, citando de esta manera la famosa operación cóndor en chile y la caída no solo del socialista Salvador Allende, sino también, de dictaduras militares como las impuestas en Guatemala, Nicaragua, el Salvador, Argentina Bolivia y Paraguay, siempre apadrinado por los Estados Unidos que impusieron un sistema de creencias conservador como proyecto político-ideológico, con la finalidad de implementar métodos y prácticas orientadas a reprimir al pueblo y todo lo se le parezca a luchas populares y movimientos sociales, pero también en diversas formas excluir cualquier procesos revolucionarios, sino hagamos un repaso mental sobre lo sucedido con el golpe militar en el año 2009 en Honduras, y el golpe que dio el congreso paraguayo en 2012, esto puede determinarse como el facismo en su máxima expresión.

Ante esta situación histórica que traviesan nuestros pueblos, la ultraderecha no descansa, cada día desarrolla contraofensiva de carácter facistoides contra los procesos de avanzadas, ejemplos tenemos muchos, el Alba. Unasur, la Celac y por último la entrada definitiva de Venezuela al Mercosur, de esta manera podemos decir con orgullo que llevamos aproximadamente década y media consolidando una verdadera democracia y una instauración de gobiernos revolucionarios y progresistas en América del Sur, y porque no decirlo tomando en cuenta como punto de partida Venezuela tras el triunfo electoral de 1998, de Hugo Chávez, que fue el campanazo inicial hacia una nueva visión de país, donde muestran cada día posiciones de dignidad y respeto, generando de esta manera condiciones de igualdad social.

Pero cuidado ojo avizor, no hay que olvidar que estamos siendo vigilados constantemente por un peligro inminente que es el FASCISMO y la ULTRA-DERECHA, que a la par vienen siendo lo mismo, y tienen las misma condiciones de alto nivel de frustración de algunos sectores sociales, ante las expectativas generadas por la revolución, en este sentido no hay que olvidar que la democracia representativa burguesa por definición establece un Estado democrático capitalista y se presenta en innumerables ocasiones como el representante de los intereses generales de todos, pero en los hechos reales sintetiza los intereses de un grupo privilegiados que fomentan la entrada de capitales extranjeros con la intención de intervenir directamente en la economía para fomentar los grandes monopolios nacionales, y privilegiar a la burguesía imponiendo a la clase trabajadora los mayores sacrificios y por tanto el mantenimiento de la opresión social.

El fascismo y la ultraderecha se puede decir que es la negación de todo lo que huela a pueblo, y no es nuevo que la contraofensiva fascista y derechista que viene es un peligro latente para la revolución sobre todo en los países de la región, especialmente en Venezuela donde busca consolidar una situación de clase que se oponga a la revolución bolivariana o en su defecto ampliar puntos de partidas para la conquista de segmentos desencantados con este proceso, pero este peligro no es ajeno por supuesto a otras revoluciones en el continente del siglo XXI, llámese la Boliviana la Nicaragüense, la Ecuatoriana, que están decididos a pisar el acelerador a fondo para profundizar los cambios que sean necesarios para implementar medidas que vayan en beneficios de la gran mayoría, que por mucho tiempo fueron los desclasados.

Sobre estos cambios favorables no debemos descuidarnos y tener la convicción de que los pueblo sabrán defender sus irreversibles conquistas, ya que estos fascistas no llegan al poder solo con golpes de estados, también recurren a las debilidades y errores de las políticas de avance revolucionario de los gobiernos de izquierdas siempre convocando a las masas reaccionaria con la finalidad de provocar, desestabilizar la democracia y buscar por la vía de construcción de matrices de opinión contrarias al cambio, para expresar su sumisión a sus amos del norte y valorarnos como narco estados, corruptos y totalitario desde el concepto de estados fallidos.



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Víctor José Guerrero

Abogado. Maestrante de Derecho Internacional Público

 guerrerovictorj@hotmail.com

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