Se baja la guardia y renacen trochas con Colombia

En varias oportunidades nos hemos referido al tema de la frontera y en especial a los 2.219 kilómetros que tenemos con nuestra vecina Colombia, por donde se fugan millones de litros de combustible (gasolina y diesel) y productos de la cesta alimenticia de los venezolanos.

Las medidas adoptadas por el gobierno de nuestro país, en especial desde la llegada del Comandante Hugo Chávez Frías y ahora con el Presidente Nicolás Maduro se han acentuado; pero como también lo hemos dicho, las mismas se tornan epilépticas y se convierten en un boomerang que se nos devuelve.

Es un ritornelo de nunca acabar o como diríamos en criollo "una mamadera de gallo" por parte de los diferentes factores que intervienen; desde los protagonistas personificados en los contrabandistas, pimpineros, bachaqueros, paracos y en los vigilantes, sordos, ciegos y mudos de los puestos fronterizos...

Hemos visto el accionar y el esfuerzo realizado por las OLP que lideran las FANB y en especial la GNB que ha causado un impacto positivo, pero al paso del tiempo también observamos como sufren un desgaste y son perforadas de nuevo las medidas; no solo por las trochas, sino por el soborno seductor de centinelas, planificado por las mafias que viven en la frontera donde tienen su caldo de cultivo.

Pareciera que los intereses y las ganancias del contrabando más los negocios ilícitos allí existentes (superan el negocio de las drogas) y son inmunes a cualquier medida correctiva de los dos gobiernos, tanto el de Colombia como el de Venezuela.

Todo ello ocurre muy a pesar de mantenerse el cierre de la frontera, porque la medida parece no ser efectiva y se queda muchas veces en las cámaras de televisión o en las cuatro paredes donde las anuncia el Presidente Nicolás Maduro en Consejo de Ministros junto a las demás autoridades del gobierno, quienes deben cumplir órdenes en la cadena de mando.

Por el lado colombiano no podemos responder oficialmente, porque después de la reunión de Quito entre los mandatarios Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos, todo pareciera haberse convertido en un saludo a la bandera y depende del resultado de nuevas reuniones (de cumbre en cumbre) entre delegaciones de los dos países que "están preñadas de buenas intenciones".

Hemos oído varias veces al Presidente Nicolás Maduro ratificar la decisión de mantener cerrada la frontera hasta tanto no se materialicen nuevas medidas, como la representada por la "Misión Frontera de Paz" (esto lo aplaudimos); pero si la acción no tiene el mismo eco en Colombia, se quedará atrapada nuevamente en la maraña y en el desorden imperante.

Los venezolanos habíamos sentido en los primeros días, la buena vibra y la repercusión inmediata de los controles aplicados por la OLP y el cierre de la frontera en los estados Apure, Táchira, Zulia y Amazonas. (Nos falta la OLP en Brasil y Guyana).

Los efectos de la disminución del contrabando tanto de combustible como de comida en los estados fronterizos se habían hecho sentir; pero en menos de lo que canta un gallo nuevamente las mafias instruyeron a sus operadores y peones de brega, para que se reactivaran y buscaran vías de escape secundarias para continuar sus negocios que actualmente acusan pérdidas.

El gobierno de Colombia, en las primeras de cambio, envió delegaciones a Venezuela para impulsar los acuerdos de Quito y cumplir con los 7 compromisos firmados:

1. Retorno de los respectivos embajadores

2. Realizar una investigación de la situación en la frontera.

3. Reunir a los ministros de ambos países el miércoles 23 de septiembre en Caracas, para tratar los aspectos sensibles de la frontera.

4. Normalizar progresivamente la situación en la frontera.

5. La coexistencia de los modelos socioeconómicos de cada país.

6. Mantener una relación de hermandad y llamar a un clima de mutuo respeto y convivencia.

7. Continuar trabajando con la mediación de Uruguay y Ecuador.


http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/noticias/venezuela-y-colombia-firman-siete-acuerdos-para-no.aspx#ixzz3okOt1nhj

El tiempo ha transcurrido y sólo se han consolidado negocios turbios. Continua la distorsión de la moneda (con dólar today), sigue la fuga de productos de la cesta básica y de combustibles (gasolina y diesel) con ganancias exorbitantes y además observamos, que no es fácil acabar de la noche a la mañana con las mafias en la frontera que son un hueso duro de roer.

Los venezolanos en los primeros días de los acuerdos observamos una reacción positiva en la frontera. Se acabaron las colas en los pueblos y en ciudades fronterizas, donde habían comenzado a reaparecer en los anaqueles productos de la cesta básica y de igual manera, habíamos visto disminuir el paso de gandolas con mercancía y combustibles hacia el vecino país.

Por ahora las alarmas se han reactivado de nuevo. Han reaparecido las colas en las estaciones de servicio de los estados Táchira, Zulia y Apure, en algunos con mayor intensidad (¿será por las elecciones?).

Productos de la cesta básica vuelven a desaparecer y el movimiento de pimpineros, por obra y gracia del espíritu de Santos y amparados en cooperativas, reanudan su trabajo que consideran legal gracias al respaldo del Estado colombiano.

Parecemos como niños entretenidos en los juegos de la "gallinita ciega" o de los "policías y ladrones". Se trasforman en tan son sólo buenas intenciones el repoblar de la frontera, incrementar la seguridad, frenar el contrabando y tener una frontera de paz, todo se ha convertido en un sueño a muy largo plazo.

Nuevamente los vigilantes de los puestos de control han bajado la guardia, muchos se hacen la vista gorda y otros, dejan reaparecer y correr el contrabando por las trochas gracias a el famoso pago de "peaje".

Algunas estaciones de gasolina, sobre las cuales hay que redoblar de manera urgente los controles de vigilancia por parte del Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería y de Pdvsa, continúan haciendo su agosto.

Los bachaqueros siguen vivitos y coleando empeñados en perforar de nuevo la frontera de la Patria de Bolívar y todo gracias al estímulo de las mafias que pululan en la tierra de Francisco de Paula Santander donde Santos sigue empeñado en acabar con la guerrilla y mantiene las siete bases norteamericanas.

¡Amanecerá y veremos!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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